La caída interminable del Racing

Que un club decida prescindir de su entrenador después de haber conseguido solo tres victorias en 17 jornadas en Segunda, de estar antepenúltimo en la tabla, a dos puntos de la salvación, cuando el año pasado se codeaba con los grandes de Primera; de que el técnico en cuestión, enfrentado a la afición, la prensa local y a sus jugadores, llevase semanas diciendo que con esa plantilla no podría lograr otra cosa que descender a Segunda B... parece tener todo el sentido del mundo. Lo anormal sigue siendo todo lo que rodea el día a día del Racing, que ayer prescindió de Fabri, el técnico que aterrizó en Santander dos días antes de empezar la temporada en sustitución de Unzué, que realizó la pretemporada sin contrato. Un episodio más, al fin y al cabo, de una crisis institucional que parece no tener límites.

La situación del club cántabro, un histórico del fútbol español que esta temporada cumple 100 años, es catastrófica: su dueño, el empresario indio Ali Syed, no ha aparecido por Santander desde mayo de 2011, pero sigue ejerciendo su poder accionarial; su consejo de administración, dirigido por Ángel Lavín, Harry, y gobernado en la sombra por el expresidente Francisco Pernía, es repudiado por una afición, en pie de guerra, que clama desde hace meses contra el consejo y Pernía, principal foco de las iras. Unas actuaciones de las que alerta el reciente informe de calificación del concurso de acreedores, en el que los administradores pidieron que se declarase culpable.

El informe desvela una serie de “actuaciones perjudiciales” para el club realizadas por Pernía, como, por ejemplo, tres millones de euros injustificados en traspasos o la creación de una escuela en Brasil que no existe. El informe solicita la inhabilitación de Pernía durante cinco años y reclama que indemnice al club con cinco millones al considerar que está acreditado el perjuicio económico derivado de algunas de las operaciones que él realizó.

El informe desvela grandes pagos injustificados en cuatro traspasos de jugadores

En el caso del dinero injustificado por fichajes, el informe hace referencia a cuatro traspasos: el de Tchité, Smolarek, Zigic y Garay. En este último caso, por ejemplo, se pagaron 600.000 euros en calidad de asesoramientos a la sociedad Managament Arior S. L., a pesar de que el entrenador del Racing de entonces, Miguel Ángel Portugal, confesó que el Real Madrid se había dirigido directamente al club cántabro, sin necesidad de intermediario alguno. En el fichaje de Tchité, el Racing pagó unos honorarios de un millón de euros por un partido amistoso ante el Anderlecht que nunca se llegó a disputar. En cuanto a la adquisición de Smolarek, por 5.400.000 euros, el informe alerta del pago de 562.500 euros en calidad de honorarios por asesoramiento. Los servicios, advierten los administradores, “son absolutamente incomprensibles para un club de fútbol: nuevos mercados, recepción VIP y relación con sponsor”, y asegura que se trataba de “una mera apariencia” ya que nunca recibió del Borussia Dortmund ese tipo de servicios.

Pernía, el principal implicado, resta trascendencia al informe y asegura que todo está justificado. “La masa social estaba pidiendo algo contra alguien y se lo han dado, este es el resultado, aunque está basado en argumentos cuyas actuaciones están justificadas”, aseguró ayer de forma ambigua Pernía en conversación telefónica desde Bahréin, donde había viajado para “poner al día” a Ali Syed “porque está claro que él no va a ir a Santander”. Sobre los asuntos que trataron, el expresidente descartó que el dueño del Racing vaya a desprenderse del club y aseguró que la única solución a la actual situación pasa por que el Gobierno cántabro y Ali “se sienten a hablar” y que un empresario “solvente” se haga cargo del club. Y de su convulsa herencia.