La catarsis de Valverde

Había oído tantas cosas —y todas tan malas— del vestuario del Valencia que ayer Ernesto Valverde exclamó a modo de liberación: “¡No era para tanto!”. La caseta se ha aireado después de dos victorias consecutivas, ante el Lille en la Champions y frente a Osasuna en la Liga (el primer triunfo a domicilio desde el pasado marzo), y la ilusión de la llegada de un nuevo entrenador. “Todos quieren agradar ahora al nuevo técnico: los que juegan, para seguir con la confianza; los que no, para entrar en el equipo”, cuenta un veterano del vestuario desde la estancia del grupo en Pamplona, donde el Valencia se enfrenta por segunda vez en tres días a Osasuna, en esta ocasión en los octavos de final de la Copa del Rey (20.00).

Valverde está todavía conociendo todo lo que rodea al equipo. A los jugadores, a los directivos, a los técnicos. Sus consignas han sido muy sencillas. Puro sentido común. Quiere presionar más arriba y, para eso, necesita jugadores más intensos en la primera fase de la faceta defensiva y también más veloces. “En las primeras charlas”, explicó ayer Guardado, “su filosofía de juego es de tocar más el balón, apretar arriba y adelantar un poco más línea defensiva”.

Por eso Valverde optó por Piatti, el sábado ante Osasuna, porque el argentino, sin casi protagonismo desde fichar del Almería a principios de la campaña pasada, es el más rápido de la plantilla. Otra cosa es saber aprovechar tanta aceleración. Frente a Osasuna, siguió en la tónica aturullada de anteriores actuaciones, pero tuvo un golpe de fortuna en el gol del Valencia: alcanzó la línea de fondo y su centro con la zurda, tras golpear en el larguero, dejó el balón muerto para que Soldado rematara a quemarropa.

Hemos cambiado la mentalidad y hemos visto que depende de nosotros mismos" Guardado

Es otra, sin embargo, la decisión más trascendental de Valverde al frente del vestuario: la titularidad de Albelda. “David tiene mucha jerarquía. No solo fuera del campo, sino también dentro”, cuenta esa fuente de la caseta. Albelda disputó todo el encuentro contra Osasuna. La primera vez que lo hace en la temporada salvo el intrascendente Valencia-Llagostera de la anterior ronda de la Copa del Rey, con el anterior entrenador, Mauricio Pellegrino. “Él ha vivido 2.000 situaciones como esta, tiene 35 años y 15 años en el club, ¿cómo no va a ser un referente para los demás”, abunda el mismo técnico.

Albelda contribuyó, además, a encontrar un punto de referencia para acabar el partido de Pamplona sin encajar un gol y, sobre todo, sin expulsados, con tan solo dos amonestaciones. El equipo ha tendido a desquiciarse, a sufrir muchas expulsiones. “Hemos cambiado la mentalidad y hemos visto que depende de nosotros mismos”, reflexionó Guardado, que actuó el sábado de lateral izquierdo. Ese día se lesionó Gago: una rotura fibrilar en el aductor de la pierna izquierda. Estará de baja hasta principios de 2013.