Salvado por el condenado

El 30 de septiembre, en el descanso del partido que enfrentó al Madrid contra el Deportivo en el Bernabéu, el mánager madridista, José Mourinho, se dirigió furioso contra Özil y, según un testigo, le descalificó por no esforzarse más: “¡Tú no sirves para jugar en el Real Madrid!”. La sentencia coincidió con una ola de rumores en los medios de comunicación sobre la presunta holgura de la vida privada del alemán, interpretada por los jugadores como el resultado de infundios filtrados desde el propio club. Sintiéndose humillado ante sus compañeros, Özil dejó escapar alguna lágrima. Se sentó y se quitó las espinilleras. “¿Qué te pasa ahora?”, le interpeló el mánager. “¿Vas a renunciar?”. Mourinho se apresuró a ordenar a Kaká que calentase para sustituirle. Luego, mantuvo una fuerte discusión con los pesos pesados de la plantilla que acabó con Ramos pidiéndole la camiseta a Özil para homenajearle ante la hinchada. Al límite de la sedición.

Mourinho nunca cuestionó tanto a Özil como en esta temporada. Özil nunca hizo tantas cosas tan buenas para Mourinho como en el último mes. Comenzando por el gol de falta al Dortmund para lograr un empate (2-2) que explica buena parte del pase para octavos de la Champions y concluyendo con sus tres goles en las últimas dos jornadas de la Liga, las más difíciles para el mánager desde que trabaja en el Madrid. El tanto de Özil al Atlético (2-0) cerró el derbi hace una semana. Sus dos goles al Valladolid (2-3), el sábado, sacaron al equipo del atolladero y oxigenaron a Mourinho cuando los dirigentes estudiaban la posibilidad de sustituirle.

Entre las peticiones que Mourinho elevó en octubre al presidente, Florentino Pérez, figuró la exigencia de que el club asumiera la responsabilidad de una lista de bajas que él mismo ponderaría a lo largo de la campaña. Según fuentes de la directiva, el borrador de la lista ya constaba de cinco nombres. Uno de ellos era Özil, en quien el mánager aseguraba haber perdido la confianza. Al parecer, Florentino Pérez le pidió que lo reconsiderase y tuviera paciencia con Özil, de 24 años.

Cristiano Ronaldo suma 10 goles en 155 faltas directas y Özil, cinco en 15

Algunos jugadores del Madrid abandonaron el José Zorrilla convencidos de que ganaron por tres motivos: primero, porque el Valladolid se obstinó en buscar la victoria; segundo, porque Özil estuvo brillante; y tercero, porque el técnico no sustituyó al alemán en el descanso como había hecho tres veces con anterioridad en este campeonato cuando el equipo se vio en desventaja. El chascarrillo en el viaje de vuelta fue que, de no haber marcado el 2-2, Özil habría sido reemplazado por Di María en el minuto 46. El gol hizo que Di María entrase por Nacho y aseguró la continuidad de Özil hasta el final.

Una falta directa contra el Atlético, obra de Cristiano, y otra falta directa contra el Valladolid, obra de Özil, han concedido al Madrid seis puntos que permiten a Mourinho ganar tiempo y confianza ante la directiva. Los protagonistas del drama añaden miga a los acontecimientos. Por un lado, Cristiano, el aspirante más destacado de la plantilla a ganar el Balón de Oro. Por el otro, Özil, que hasta el año pasado recibió un trato paternalista del mánager que impulsó su contratación en el verano de 2010, haciendo una excepción en su historial. Ni en el Oporto, ni en el Chelsea, ni en el Inter, había contado Mourinho con un mediapunta tan poco comprometido con la defensa.

Cuentan en el club que una de las razones que distanciaron a Özil del jefe fue su asombro al verse postergado frente a Cristiano en su aspiración a ganar el Balón de Oro. El alemán se siente defraudado desde que piensa que Mourinho le brinda todo su respaldo a Cristiano, negándole a él la más mínima posibilidad. Al ver que Özil se revolvía, uniéndose, para colmo, al grupo de los españoles, el mánager le consideró una especie de tránsfuga. Desde hace un tiempo, ambos mantienen una relación compleja. Por un  lado, Mourinho se siente traicionado. Por otro, sabe que Özil es su jugador más creativo y no logra prescindir de él. Ahora, el gol de falta de Özil al Valladolid, una obra maestra, añade picante al espinoso asunto de la elección del lanzador de los libres directos.

La elección del ejecutor de las faltas en el Madrid prácticamente no se ha cuestionado desde que Mourinho le concedió la prioridad a Cristiano. Antes de la llegada del portugués, en la temporada 2008-2009, el Madrid tiró 38 faltas directas en la Liga, repartidas entre ocho ejecutantes: Van der Vaart, Sneijder, Guti, Higuaín, De la Red, Huntelaar y Robben. Entre todos hicieron dos goles. Con Pellegrini, en la temporada 2009-10, Cristiano lanzó 37 faltas (tres goles), mientras que otros siete especialistas lanzaron 22 (dos goles). Con Mourinho, Cristiano ha explotado esta suerte. Lo que antes se aprovechaba para tirar una falta lateral, ahora lo remata el aspirante al Balón de Oro directo a portería. En la temporada 2010-11, Cristiano lanzó 53 faltas (cuatro goles), en la 2011-12 tiró 55 (dos goles) y en la presente campaña 19 (un gol). En total, entre la Liga y Europa, en las últimas tres temporadas Cristiano ha lanzado 155 faltas y marcado diez goles. En este periodo, Özil ha lanzado 15 y ha metido cinco.

El alemán quiere el mismo apoyo que el portugués para el Balón de Oro

Una de las consecuencias de la hazaña de Özil en Valladolid es estadística. Los números alientan el debate sobre cómo deben repartirse los lanzadores porque Cristiano necesita 15 tiros para conseguir lo mismo que Özil en tres. La otra, es una paradoja; Mourinho, al fin y al cabo, ha sido restituido por el hombre al que apuntó en una lista de condenados.