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Dudas con nombres y apellidos

Los seleccionadores deben decidir sobre dos opciones: que Rosol sustituya a Stepanek y Feliciano a Almagro o Marc López

Juan José Mateo
Feliciano, en un entrenamiento en Praga.
Feliciano, en un entrenamiento en Praga.FILIP SINGER (EFE)

En Praga, dos misterios. Los checos están convencidos de que Feliciano López, el quinto seleccionado español para un equipo de cuatro, acabará siendo titular porque la pista está hecha a su medida: por eso los locales tienen un sparring zurdo. Los españoles creen que Lukas Rosol, el hombre que derribó a Rafael Nadal en Wimbledon 2012, puede competir el viernes para darle respiro a Radek Stepanek y disparar sus tremendos saques: por eso bucean entre las líneas de las ruedas de prensa de sus rivales. Los dos banquillos jugarán al despiste hasta que el jueves el reglamento les obligue a desvelar sus cartas con las nominaciones oficiales para el sorteo (13.00) de los emparejamientos. Antes, diálogos de tahúr, regateos y contraregateos.

-“Señor Corretja”, arranca un periodista checo el martes; “antes de la rueda de prensa se ha retirado el cartel con el nombre de Feliciano de la mesa en la que ahora se sienta usted. ¿Quiere decir eso que no jugará?”

-“El equipo es este. Por el momento, este es el equipo”, contesta el español señalando a David Ferrer, Nicolás Almagro, Marc López y Marcel Granollers, recalcando el ‘por el momento’.

-“¿Quiere decir eso que va a jugar Feliciano?”, insiste el periodista.

-“¿Cree que se lo diría?”, desafía el técnico.

-“Eso espero”, bromea su interlocutor.

-“Pues por supuesto que no”, acaba el diálogo.

Los dos banquillos jugarán al despiste hasta que el jueves el reglamento les obligue a desvelar sus cartas

Navratil, el seleccionador checo, tiene claras tres cosas: que Stepanek, a un paso de los 34 años, sufrirá un mundo para completar tres partidos en tres días; que sustituir al cacique de su equipo por Rosol el viernes, como le aconsejan sus íntimos tras verle ganar el challenger de Bratislava el fin de semana pasado, es una bomba de relojería en el vestuario; y que España, asegura, competirá sí o sí con Feliciano, el hombre que ganó la final de Mar del Plata 2008, el mismo que asaltó Austin en 2011, ese que con su saque y su revés cortado hace diabluras en cemento bajo techo.

“Pero yo tengo la confianza del capitán y lo que puedan decir desde el otro vestuario me entra por un oído y me sale por el otro”, razona Almagro, uno de los que se podría ver perjudicados por la inclusión del toledano, igual que Marc López, al que la pista, creen los técnicos, puede acabar negándole con su velocidad su gran arma: rodear la pelota para taparse el revés y golpear de derecha. “Si juego, juego”, dice Almagro, a quien España probablemente perdería para la causa de 2013 si después de acudir al rescate en 2012 no disputa la final. “Y si no juego, pues animo”.

"Si juego, juego. Y si no, animo", explica  Almagro

El frío invade las calles de Praga. La oscuridad cae llena de preguntas. El jueves, cuando se conozcan los emparejamientos, tampoco habrán desaparecido todos los misterios: ya limitados solo a los cuatro jugadores que elijan oficialmente, los seleccionadores tendrán derecho a hacer cambios en sus nominaciones hasta minutos antes de cada duelo.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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