“Los veteranos son un espejo por su honradez”
El técnico del conjunto granota repasa su trayectoria antes de el Madrid visite hoy el Ciutat de València
“La camisa por dentro o por fuera [del pantalón]”. Juan Ignacio Martínez (JIM) exhibe una simpática coquetería mientras posa junto a Astérix y Obélix en una pequeña falla en las oficinas del Levante. La pequeña Galia granotafrente al poderoso ejército del Real Madrid, le sugieren. “La camisa por dentro: yo soy muy clásico”.
Pregunta. ¿Qué jugador fue?
Respuesta. Mediocentro y jugón. Con toda la humildad, yo era muy bueno, pero no jugaría conmigo de entrenador porque era muy irregular, con picos de sierra. Y los entrenadores queremos futbolistas fiables. Era muy jugón hasta que llegué al Melilla y cambié completamente: ‘si no muerdo, no juego’, pensé.
P. Del Bosque dijo que Busquets es el jugador que él hubiera querido ser. ¿Y el suyo?
R. Yo vivía en Rabassa [un barrio de Alicante] y allí veraneaban muchos madrileños. Me regalaron una camiseta del Madrid con el 11 a la espalda y empezaron a llamarme Anzarda, une extremo izquierdo argentino del Madrid en 1971. Yo tenía ocho años y hace poco lo conocí [muestra en su móvil dos fotos de Anzarda, una actual y otra del cromo de cuando era jugador].
P. ¿Llegó a ser profesional?
R. Ganaba un sueldecito en Tercera: el Almansa, el Benicarló, el Vall d’Uixó… Pero cuando me casé, cambié el chip: ‘Tengo que aportar dinero a casa’. Trabajé en una empresa de inversiones y en otra de material de oficina compaginándolo con mis primeros años de entrenador.
El aficionado debe disfrutar de Martins como antes de Koné, Cruyff o Caszely
P. ¿Qué aprendió de entrenar a un equipo de chicas?
R. Fue un año, en la escuela deportiva del Torrevieja. Aprendes que su rendimiento está más relacionado con la biología, los estados de ánimos y la competencia entre ellas es mayor que la de los chicos.
P. ¿Cómo se tomó el reto de sustituir a Luis García?
R. Ser entrenador de Primera sin venir de un ascenso es muy difícil. Me lo tomé como una oportunidad. Y un agradecimiento a Manolo Salvador [director deportivo del Levante] por dármela pese a no tener experiencia. Yo vengo con una filosofía del fútbol basada en la posesión del balón que modificamos con los jugadores para obtener el máximo rendimiento colectivo.
P. ¿Cómo le dicen los jugadores que no pueden jugar al ataque, como usted quería?
R. Al final, estamos para que los futbolistas rindan. El Levante tiene muchos jugadores fiables: su compromiso, solidaridad y esfuerzo es máximo. Ellos lo aceptan todo, hicimos una pretemporada en Holanda jugando como yo quería, pero en la presentación contra el Peñarol perdimos y Nano [el central traspasado a un club chino] me transmitió el sentir del vestuario: les estaba costando y, por consenso, decidimos cambiar la idea. También llegó Koné y nos permitió jugar a la contra.
P. ¿Cómo son los veteranos del Levante?
R. Ellos hablan del tesoro del vestuario. Te acogen muy rápido, te explican los orígenes del Levante y lo quieren ser. El Levante nos trasmite valores y todos sabemos lo que tenemos que hacer. Los veteranos son un espejo por su honradez. Todos los días recuerdan lo mal que lo pasó el club hace cinco años [estuvo a punto de la quiebra por las deudas], no quieren olvidar eso. Ballesteros es un líder sin necesidad de hablar, Juanfran lidera dentro y fuera del campo con sus bromas, pero también Munúa, Barkero…
Acordé con los jugadores cambiar mi filosofía de posesión del balón
P. ¿Su principal virtud como entrenador es la empatía?
R. Los futbolistas confían plenamente en su compañero. Y yo siempre me pongo en su lugar: respeto sus costumbres, sus protocolos, intento apoyar y no molestar. Ser ecuánime. El rendimiento los quita o los pone.
P. Tras perder a Xavi Torres, Koné, Rubén, Valdo, Nano… ¿Cómo recompone el equipo?
R. Es muy difícil ir al mercado con la cartera vacía. Manolo Salvador tiene mucha habilidad. Y paciencia. Todos, menos Xavi, se han ido fuera: el mercado internacional es más potente. Los que han venido están rindiendo y otros como El Zhar han avanzado mucho.
P. ¿Qué potencial tiene el mediocentro Iborra?
R. Desde el primer día lo vimos. Si en dos temporadas en Primera ya es un reclamo… Tiene calidad técnica, recuperación, desplazamiento, juego aéreo… ¡Vaya traspaso le estoy preparando [bromea]!
P. ¿Diferencias entre Koné y Martins?
R. Coinciden en su desmarque de ruptura. Koné es más potente y de aguantar; Martins, más rápido y de venir a jugar. Los aficionados deben sentirse satisfechos de haber disfrutado de ellos como en su día de Cruyff o Caszely.
P. ¿Cómo defiende el Levante?
R. Para defender bien hay que intimidar al rival, para que te respete. Ante el Sevilla, no pudimos y eso te obliga a multiplicarte por 1.000 en defensa. Lo hacemos con responsabilidad.
P. El Levante fue, con el Barça, el único equipo en ganarle al Madrid el año pasado. ¿Es posible repetirlo?
R. Es irrepetible. Era la tercera jornada, el Madrid no estaba tan rodado, nosotros no teníamos una semana tan complicada como esta [Sevilla-Twente y Madrid]… Nos conocemos demasiado bien: el Barça con la posesión, te arrolla; y el Madrid si no acabas jugada, te machaca.
P. ¿El esprint de Ballesteros superando a CR7 fue un sueño?
R. Sergio engaña. Cuando yo dirigía al Cartagena, le decía a un delantero rápido que lo buscara, pero era un error. Su colocación es perfecta, te coge el perfil y no lo pasas.
P. Tan respetuoso como es con los árbitros, ¿entiende cómo están tratando a los técnicos?
R. Hablo con ellos antes y después del partido. Algunos me dejan comentar jugadas. Pero debemos llegar a un consenso. No podemos ser tan frágiles.
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