El litro estaba ahí
Si los comisarios de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) hubieran podido extraer el litro de gasolina reglamentario del Red Bull de Vettel, habrían impedido que el piloto alemán realizara una remontada histórica, de aquellas que atrapan a cualquier aficionado a la F-1. Sin embargo, el litro de gasolina estaba ahí, en el depósito. Es una apreciación personal, pero estoy convencido de que si se hubiera abierto el depósito del Red Bull y se hubiese sacado todo el líquido, habría salido bastante más que el que se necesitaba.
La sanción —eliminarle de la clasificación— fue impuesta con justicia porque, siguiendo el reglamento, los comisarios no pudieron sacar más que 850 ml de combustible. En cambio, aceptaron sin discusión los motivos que impulsaron a Renault a aconsejar a Red Bull que parara de inmediato el coche de Vettel. Entendieron que las razones de los ingenieros de Renault constituían una causa de fuerza mayor. ¿Qué fue lo que ocurrió?
Bajo mi punto de vista, el depósito no suele plantear problemas. Está compuesto por una gran cavidad en la que se colocan algunas paredes muy finas de kevlar para que la gasolina se mueva lo menos posible de un lado hacia el otro. En las cuatro puntas inferiores del depósito se instalan cuatro bombas eléctricas que suministran el combustible a un colector de unos 10 cm de diámetro y unos 40 o 45 de altura, desde el que otra bomba instalada en su base manda la gasolina al motor. De esta forma, se asegura que, se mueva hacia donde se mueva el coche, el motor siempre seguirá recibiendo líquido para quemar.
El colector está ubicado dentro de la estructura del depósito. Y pienso que lo que debió ocurrir es que, en alguna maniobra brusca, el colector se rompió y salió de su lugar generando un problema porque golpeando en las paredes podía crear una grieta por donde se escapara la gasolina. Había un peligro evidente. Y la FIA aceptó los motivos de Renault. Pero después, el mismo colector pudo obstruir, de alguna forma, el dispositivo previsto para sacar la gasolina del depósito. Porque, tal como asegura Horner, director de Red Bull, y el propio Vettel, la gasolina estaba ahí según todos los datos de que dispone el equipo.
Mi conclusión es que Red Bull no actuó de forma deliberada en este asunto de la gasolina
Por tanto, mi conclusión es que Red Bull no actuó de forma deliberada en este asunto. Ajustaron el combustible, tal como hacen todas las escuderías, porque eso forma parte de la alta competición, del espíritu de superación propio de la F-1. Pero no hasta el extremo de causar un perjuicio de tamañas dimensiones a su mejor piloto, para ganar dos décimas (la estimación era que 10 kilos restaban dos décimas por vuelta), y suponerle la pérdida de una posición en la parrilla. Hubo un fallo mecánico, pero fue una suerte que se produjera, porque de esta forma todos los aficionados pudimos ver a un Vettel extraordinario realizar una remontada memorable hasta concluir tercero. Y el alemán pudo demostrar a todo el mundo que también es capaz de pilotar a su mejor nivel bajo presión.
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