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Thiago se quedó sin gol

Messi, que ofreció la Bota de Oro a la afición, no pudo dedicarle un tanto a su primogénito

Messi y Tuñez durante el partido.
Messi y Tuñez durante el partido.FERNANDO ZUERAS (DIARIO AS)

La señora Creus le acercó el premio Príncipe de Asturias a su hijo, Xavi, y los niños Agustín y Tomás una Bota de Oro a su tío Leo. Uno y otro, felices en un acto tan discreto que fue visto y no visto, le brindaron sus premios al respetable: 82.970 espectadores que se dieron cita en el Camp Nou. No perdieron mucho tiempo en festejos, que tenían partido y prisa por jugarlo. A fin de cuentas, es lo que más les gusta. Y eso hicieron, jugar. Y como de costumbre, arrancaron pasiones y placeres. Pero para Messi, anoche, la dicha no fue completa.

Messi tenía una motivación especial: dedicarle el primer gol a Thiago, su hijo, que nació el viernes en Barcelona. “Haré algo especial cuando marque el primero, pero luego volveré a lo de siempre”, advirtió el argentino el pasado lunes, en la Fábrica Damm, cuando Luis Suárez le entregó el premio a los 50 goles de la pasada Liga. Túñez le negó el gol en su primer remate, en el minuto 10, tras superar a Varas con una vaselina tras un pase mayúsculo de Iniesta; y a los 14 fue el portero quien no se tragó el mismo engaño. Y si no abrió la lata fue porque Adriano se adelantó en el primer palo al centro de Pedro. El brasileño, que lleva tres goles este año (el 1-0 contra el Valencia y el que abrió también el marcador contra el Getafe) se lesionó poco después: tiene una rotura fibrilar en el abductor de la pierna derecha y estará tres semanas de baja. Parece descartado para el partido contra el Celtic; mientras, Vilanova espera recuperar a Piqué, según le han dicho los doctores.

A Messi le metió Herrera en una tela de araña, que tejían Oubiña, Krohn-Delhi, Túñez, Vila y el que pasara por ahí dispuesto a meter el pie. Se le complicaron sus movimientos camino de Varas, así que buscó mucho a Villa y, como siempre, lo encontró. Empeñado en seguir la estela goleadora de Messi marcó el segundo del Barcelona y le regaló el tercero a Alba, en fuera de juego. Con 3-1, el equipo tocó zafarrancho y pensó en Thiago. Leo necesitaba un gol y había que ayudarle. Y eso hicieron, pensar en Thiago y ayudar a su padre a conseguirlo. Le buscó Pedro, le buscó Xavi, levantó la cabeza Iniesta y llegó Alves pensando en eso al área del Celta. En esas, apareció esa suerte de Messi apático que parece que la copla no va con él y el Camp Nou entendió dos cosas: que debía estar cansado y que, como suele suceder en estos casos, al primer brinco picaba La Pulga, a quien al empezar el duelo le separaban dos goles del récord de Pele en un año natural. Solo faltó que se enfadara con Vila por un agarrón a destiempo para que la sensación creciera. Pero no.

Adriano marcó el primer gol y terminó lesionado: estará tres semanas de baja

Vilanova, que le dio descanso el sábado para que asistiera al parto, explicó que ayer por la mañana le pregunto qué tal estaba: “Me dijo que estaba bien y que tenía ganas de jugar. Y si tiene ganas y está bien, juega. Ha tenido ocasiones y no siempre se marcan”, le disculpó el técnico, satisfecho de su rendimiento. “Leo no se coge nunca baja, pero con el tercero el partido se paró”, dijo Andoni Zubizarreta.

Pero anoche no tocaba. Por mucho que buscó paredes en la frontal para armar la pierna y por mucho que cortó el área para rematar un centro, ayer Messi se quedó con las ganas de dedicarle un gol. No se había cogido baja por paternidad, pero tampoco marcó. “Hemos tratado de ayudarle, como siempre, pero hoy de manera especial; no ha podido ser”, lamentó Pedro. “Hubiera sido bonito para él y para nosotros, pero tendrá ocasión el miércoles”, ahondó Iniesta. Ambos, como Vilanova y todos los aficionados, se llevaron un buen susto al final, cuando en la última ocasión, tras otra excelente acción de Iniesta, Messi quedó tendido en el suelo. “Sí, ha sido un susto”, admitió Pedro. “Como siempre que un jugador se duele, te asustas, es lo peor del fútbol”, admitió Vilanova. No fue nada: se marchó sin el gol de Thiago, pero está listo para conseguirlo el martes en Glasgow, en la Champions League.

“Leo nunca se coge baja, pero con el tercero el partido se paró”, dice Zubizarreta

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