La diferencia es Van Persie
El delantero del Manchester United caza un gol al empezar el duelo y desmonta al Arsenal, su exequipo que palidece en el área rival Cazorla maquilla el resultado (2-1) con un gol sobre la bocina
Se empleó a fondo el Arsenal esta semana para revolcar un 4-0 ante el Reading, para imponerse 5-7 en la Copa de la Liga inglesa. Dosis de moral para un equipo sin punch; advertencia para un Manchester United que palideció en el duelo copero en Stamford Bridge (5-4) porque se encasquilló en las rotaciones y porque el Chelsea no se rindió. Pero, camaleónico y competitivo, el MUFC se adapta como nadie a las urgencias y necesidades, capaz de jugar con las alas abiertas y la defensa retrasada ante los blues para restar su juego interior, capaz días después de tirar hacia dentro y adelantar la presión para provocar el embudo y cortocircuito del Arsenal, seco desde que se fuera Robin Van Persie al propio MUFC. Esa fue la diferencia: la voracidad del delantero ante cualquiera, incluso ante su exequipo.
MANCHESTER UNITED, 2 – ARSENAL, 1
Manchester United: De Gea; Rafael, Ferdinand, Evans, Evra; Valencia (Nani, m. 82), Carrick, Cleverley (Anderson, m. 61), Young; Rooney y Van Persie. No utilizados: Lindegaard; Wootton, Powell, Scholes y Chicharito.
Arsenal: Mannone; Sagna, Mertesacker, Vermaelen, Santos; Arteta, Wilshere; Ramsey (Walcott, m. 52), Cazorla, Podolski (Arshavin, m. 82); y Giroud. No utilizados: Damián Martínez; Koscielny, Coquelin, Jenkinson y Chamakh.
Goles: 1-0. M. 3. Van Persie aprovecha un mal despeje de Vermaelen. 2-0. M. 67. Evra remata de cabeza un centro de Rooney. 2-1. M. 94. Cazorla supera a De Gea con un disparo ajustado.
Árbitro: Mike Dean. Mostró la cartulina amarilla a Wilshere, Young, Cleverley, Van Persie, Anderson, Rooney, Arshavin y Arteta. Doble tarjeta a Wilshere (m. 70).
Old Trafford. Unos 75.000 espectadores.
Hace tiempo que al Manchester United no le importa destilar un juego menor, al menos en cuanto a estética. Le alcanza con reforzar la zaga y salir escopetado al contragolpe, táctica que ya le fue de rechupete al equipo en la década de los 90, cuando contaba con Dwight Yorke y Andy Cole en el frente de ataque, delanteros infalibles en el remate. Ahora, Ferguson utiliza a Rooney y Van Persie, pero nos los alinea en línea, sino que prefiere poner a Gazza –como le conocen en el vestuario por su parecido a Gascoigne- detrás del holandés. Uno asiste y el otro pone el chut. No necesitan más. Les ha bastado un puñado de partidos para entenderse, haciendo buena esa teoría de que los buenos siempre pueden estar juntos menos en el banquillo, castigo para Chicharito, que está de dulce pero lidia con dos animales futbolísticos. Así lo expresaron en ese contraataque de velocidad supersónica, de escasos pases y mucho peligro. Balón al costado para Young, que de primeras buscó a Rooney. Cabeza arriba, desmarque en carrera de RVP y pase al hueco; disparo y susto de los gordos para un Arsenal bien grogui.
Fue un sobresalto más porque a Van Persie apenas le hicieron falta tres minutos para desmontar a su exequipo, con el que jugara las últimas ocho temporadas. Fue, claro, en otra contra. Un pase de la defensa a Valencia, que se marcó un taconazo para dar profundidad a la jugada, a la galopada de Rafael. El centro no lo supo despejar Vermaelen, extrañamente patoso en Old Trafford, que dejó el cuero huérfano y botando en el palco del área. Un caramelo para Van Persie, que llegó desde atrás y pegó al esférico mordido, cruzado y a la red. Levantó el delantero las manos como para pedir perdón, como si no quisiera hacerlo. Pero eso ya no cuela en el pichichi del curso anterior de la Premier –también de esta-, en un ariete que suma ocho goles y tres asistencias en los 10 primeros partidos con el Manchester United. Una diana, en cualquier caso, que impulsó al MUFC, cómodo sin proponer demasiado fútbol, y que reventó al Arsenal, que no marca ni al arcoíris.
La eficacia del 20 contrasta con su exequipo, un Arsenal que se subraya en el ejercicio de posesión pero que carece de disparo, pegada y gol. Unas deficiencias que no soluciona Giroud en el frente del ataque, estático y poco dado a generar huecos con sus arrastres para las llegadas desde la segunda línea. Aunque tampoco lo solucionaron Cazorla y Wilshere, que chocaron entre sí por el centro, torpes para configurar paredes, sin el telescopio para probar disparos de media distancia. A De Gea, de hecho, solo se le vio en una ocasión en el partido para despejar un centro lateral de Ramsey, toda vez que el posterior disparo de Giroud fue escupido por el poste.
Más movimiento hubo en el área contraria. Como ese cabezazo del propio Van Persie, ese otro error de Vermaelen que no penalizó Valencia de chiripa y ese penalti de Cazorla, que sacó a pasear las manos a destiempo. Pero Rooney, desatinado desde el punto de penalti –solo ha convertido el 65% de sus penas máximas (9 de 26)- la cruzó demasiado. También lo probó Carrick con un chut lejano y RVP de nuevo con un golpeo suave solo desbaratado por la mano de Mannone. Ocasiones de la nada y todo un jarro de agua fría para el Arsenal, que se esmera en la composición sin éxito,solo significado por un tanto en el descuento de Cazorla que sirvió de maquillaje y poco más. Fútbol que se queda en agua de borrajas a la que se presenta en el área contraria. Quizá porque Podolski interrumpe siempre el pase veloz; quizá porque se restan los huecos al abotargar la medular; quizá porque no hay quien puntee el juego. Una rémora que no comparte el MUFC, que, a la salida de un córner botado por Rooney, encontró en Evra el remate de cabeza picado y a la red. Era el punto final del Arsenal, remarcado por la expulsión de Wilshere, impaciente por recuperar el tiempo perdido, inconsciente por dar más patadas al rival que al balón. También se le cruzaron los cables a Van Persie en una entrada sobre Sagna. Pero él, como bien expresó en el Arsenal y reafirma ahora, enfoca mejor en la portería rival. Así, los gunners se pelean con su juego y el Manchester United pelea por la Premier, toda vez que el Chelsea empató en su visita a Swansea, donde Pablo Hernández logró el gol del empate, y el City hizo lo propio ante el West Ham.
OTROS RESULTADOS. Premier. Fulham, 2-Everton, 2; Norwich, 1-Stoke, 0; Sunderland, 0-Aston Villa, 1; Swansea, 1-Chelsea, 1; Tottenham, 0-Wigan, 1; West Ham, 0-Manchester City, 0. Bundesliga. B. Dortmund, 0-Stuttgart, 0.
La Juve pierde 49 partidos después
Sumaba 49 partidos el Juventus sin perder, campeón de la pasada Serie A y actual líder de la misma. Pero el Inter de Stramacioni le dio un revolcón en en el nuevo Delle Alpi (1-3) y cortó la racha.
Serio, de fútbol sin alhajas pero efectivo, el equipo de Conte resolvió el primer acto con una diana, como si fuera lo normal ganar. Le bastó un remate de Vidal, para muchos en fuera de juego. Pero el equipo se descompuso en el segundo acto, sobre todo porque el rival tomó la pelota y se apropió de la medular. Circulación, chut y puntería. Una mezcla perfecta para los neroazzurri, que encontraron el triunfo en los disparos de Samuel, Diego Milito (penalti) y Palacio. Caída de la Juve y laurel del Inter, que ahora contabiliza nueve triunfos seguidos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.