Más positivos que sanciones
El porcentaje de dopados en el motociclismo es más elevado que en atletismo o ciclismo
Anthony West, que ha sido suspendido un mes por la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) tras dar positivo en un control antidopaje por methylhexaneamina, alega en su defensa que tomó una bebida energética. Así lo afirma su círculo más cercano antes de que el piloto de Moto2 —que viene de firmar dos segundos puestos en Malasia y Australia— presente formalmente sus alegaciones ante el Tribunal Internacional de Apelación de la FIM.
El de West es el primer caso de dopaje en el Mundial de motociclismo en la última década. Si bien, un caso reciente afectó al motociclismo español: el de Ángel Rodríguez Rodri a quien la Federación Española dejó sin licencia durante dos años por un positivo cuando este corría en el Campeonato Español de Velocidad (CEV) aunque había participado en el Mundial —en 125cc y 250cc— entre el año 2000 y aquel 2009 en el que fue cazado.
Aunque los de Rodri y West son casos aparentemente aislados, la Agencia Mundial Antidopaje tiene al motociclismo en el punto de mira: el porcentaje de positivos en las estadísticas del año 2011 es mayor en el motociclismo (2,36%) que en otros deportes señalados como el atletismo (0,98%) o el ciclismo (1,68%). A pesar de ello, apenas ha habido sanciones. O, si las ha habido, se han ocultado.
Los positivos en pilotos de motos, con 552 muestras, 13 casos de sustancias adversas y otros seis de sustancias atípicas (las que quedan pendientes de justificación terapéutica), solo se ven superados por otros cuatro deportes no olímpicos: sumo (2,68%), béisbol (3,61%), una modalidad de artes marciales (3,39%), y competiciones de lancha motora (6,17%); y por tres deportes olímpicos, aquellos sobre los que hay mayor presión en la lucha contra el dopaje: boxeo (2,37%), levantamiento de pesas (3,16%) y curling (3,40%). Los datos sobre qué tipo de sustancias o a qué competiciones afectaron esos positivos en 2011 solo los conoce la FIM, que rehusó hablar con EL PAÍS.
La methylhexaneamina por la que dio positivo West —en el Gran Premio de Le Mans, en mayo— es un estimulante. Se trata de una sustancia específica en la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje, por lo que la sanción aplicable es menor aunque puede llegar hasta los dos años. La FIM ha aplicado al piloto australiano la sanción más leve, un mes, y lo ha hecho cinco meses después del positivo, cuando no queda más que una carrera, la semana que viene en Valencia, por lo que no tendrá apenas repercusión en su temporada. Este tipo de estimulantes mejora el rendimiento del sistema nervioso central: disminuye la fatiga, permite entrenar o competir a mayor intensidad notando menos cansancio y estar más alerta. La methylhexaneamina es, además, la primera de las sustancias dopantes en la lista de los estimulantes con mayor porcentaje de positivos, con un 39,4%. Y los estimulantes están, con un 12,8%, solo por debajo de los anabolizantes.
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