“Mi trabajo de muchos años me avala”

En enero de 2009, dos meses después de que Mauricio Pochettino se sacara el carnet de entrenador, Daniel Sánchez Llibre lo llamó para hacerse cargo de un equipo abocado al descenso. Logró salvarlo. Hoy, su Espanyol, penúltimo en la Liga, se mide al Sevilla en la Copa, envuelto en una crisis institucional y deportiva. Otro desafío en su carrera.

Pregunta. ¿Qué le pasa al Espanyol?

Respuesta. No hemos tenido un buen inicio en los resultados, pero sí de producción futbolística. Hemos cometido errores, pero con un pelín más de fortuna tendríamos más puntos y no estaríamos hablando de ninguna crisis.

P. Hace menos de un año decía que el club transitaba una paz institucional que venía muy bien.

R. Creo que fue hace más de un año.

P. ¿Qué cambió?

R. Todo lo que ha sucedido en los últimos meses no favorece a la tranquilidad para poder desarrollar un trabajo exitoso.

P. ¿Le preocupa que el fútbol desnude carencias institucionales?

R. Los buenos resultados deportivos enmascaran los problemas, y las carencias exponen los defectos. También pasa en los equipos, cuando se gana se potencia lo positivo, más allá de que se hayan producido muchas cosas negativas. Y cuando se pierde, porque la pelota ha dado en el palo y se va fuera, se potencia lo negativo. En el análisis hay una línea muy finita.

En esta sociedad lo difícil es ser ‘perico’. Lo más fácil es ser del que gana”

P. ¿Pese a los resultados, se siente respaldado en el cargo?

R. En ese sentido, estoy tranquilo. Mi trabajo de muchos años me avala. Más allá de que pueda caerle simpático a alguien, en esta casa me conocen desde hace más de 18 años.

P. ¿No temió por su puesto?

R. Todo entrenador siempre teme cuando los resultados no se dan; el técnico sabe que es el primero en estar cuestionado.

P. Usted promovió a más de 20 jugadores, ¿lo complica la actual situación del fútbol base?

R. No. Cuando vemos que algún jugador puede tener proyección en el primer equipo, no tenemos ninguna barrera.

P. Hay cuatro candidatos a la presidencia del club. ¿Le llamó alguno?

R. No. Solo hablo con el consejero Joan Collet, por nuestro trabajo. No puedo entrar en ninguna disputa política. Demasiado tengo con hacer mi trabajo, que es entrenar.

P. Su sueño era que el Espanyol estuviera en los puestos de privilegio, ¿lo archivó?

R. No contaba con que en estos cuatro años el club disminuyera el presupuesto en un 50% o 60%. Cuando llegué, pensaba que el presupuesto iría en aumento, o al menos se mantendría. Fue al revés, hemos ido decreciendo y tuvimos que vender jugadores.

P. Armó un equipo por temporada. ¿Lo explica?

R. Es la necesidad. La prioridad es la económica, tratando de que a nivel deportivo no haya altibajos. Lo hemos logrado en estos casi cuatro años y esta temporada no hemos comenzado bien, pero todavía queda mucha Liga.

P. El equipo lleva encajados en nueve jornadas el 25% de goles (15), que en la temporada anterior (56), ¿cuál es el problema?

R. Las estadísticas están para observarlas y tratar de corregir las negativas. Desde que llegamos, hemos dado vuelta a la filosofía futbolística del equipo.

P. ¿En qué cambiaron?

R. Tratamos de jugar bien, salir desde atrás, tener un fútbol asociativo. Eso hace que muchas veces se pierda un poco de intensidad. También, en cada temporada hemos estado cambiando. Hay gente joven en la línea defensiva que tiene que madurar y encontrar su sitio.

Cuando llegué pensaba que el presupuesto del club iría en aumento”

P. El día del Atlético la afición coreó los nombres de Tamudo, De la Peña y Luis García. ¿Qué significó para usted?

R. Son gente muy importante dentro del club, como Lauridsen, Marañón y Solsona. Son grandes ídolos de esta casa que pueden estar en la memoria de la gente.

R. A usted se le culpó de sus salidas.

R. Los problemas son a nivel de club. Mi función es ver cómo están los futbolistas y elegir. Parece que tiene que haber un problema personal cuando el entrenador no cita a un futbolista. Que cada uno diga lo que quiera.

P. ¿Es más fácil la tarea del entrenador cuando está más cerca generacionalmente de los jugadores?

R. No. Depende de cada entrenador, de su apertura mental y de la formación con la que cuente. Nadie tiene una receta. Por más que se esté cercano en la edad, no quiere decir que se esté más o menos preparado.

P. Marcelo Bielsa tildó a los jugadores del Athletic de “millonarios prematuros” en la charla que se filtró. ¿Es difícil manejar esta generación de futbolistas?

R. Para mí no. Yo me he criado, he vivido y he sido parte de esos jugadores. No hay que utilizarlo de una forma despectiva. Nos hemos sacrificado mucho para llegar adonde llegamos. Después, cada uno ha vivido una historia diferente. Seguramente, detrás de un chico que puede tener un buen contrato, haya una adolescencia complicada.

P. ¿Cómo fue su caso?

R. Me tuve que ir de casa a los 14 años. Vivía en una pensión donde temblaba de noche y no dormía. A esa edad, muchos niños están con su madre, que todavía los tapa antes de irse a dormir. No hay que ser injusto. Siempre se ve la parte positiva: ‘fulanito tiene 20 años y ya tiene dinero, una casa y un cochazo’. ¡Perfecto! Pero ha dejado muchas cosas. Y lo más gracioso es que todo el mundo quiere ser ese al que critican. Cuando un jugador está ahí, tiene su mérito. Nadie le ha regalado nada.

P. Sus hijos dicen que mola ser del Espanyol.

R. Ellos son del Espanyol porque siempre han vivido los colores blanquiazules. Iban a Montjuïc, mi hijo más grande, también a Sarrià, y ahora van a Cornellà.

P. ¿Es difícil ser perico?

R. Es difícil en esta sociedad.

P. ¿Por qué?

R. Lo más fácil es ser del que gana, del exitoso. Lo difícil es estar en las situaciones complicadas, como el Espanyol ahora, y seguir luciendo tus colores.

P. ¿A quién votaría para el Balón de Oro?

R. A Messi.