Cortese se pasea

Se ha liberado Sandro Cortese. Ganado el título de Moto3 hace una semana en Malasia, puede pilotar libremente, disfrutar de las carreras y arriesgar si fuera necesario, pues, terminado el campeonato para él, solo la victoria tiene interés ya. Más cuando ha tenido que asumir a lo largo del año, con su racionalidad germana, que si quería ser campeón debía, de vez en cuando, evitar peleas innecesarias y contentarse con ir sumando puntos aunque aquello supusiera no ganar carreras. Ahora ya no tiene por qué hacerlo. Y quiere cerrar el año como el piloto con más victorias. No lo era. Hasta este domingo, en que ha igualado a Maverick Viñales con cinco triunfos. “Sin presión, ha sido el mejor fin de semana del año. He disfrutado de cada vuelta”, dijo al terminar.

Fue en una carrera en la que ni siquiera tuvo que buscar los límites. Tranquilo, sosegado, fino, elegante, comandó la carrera desde el séptimo giro, cuando se puso en cabeza de un grupo de hasta nueve pilotos. Y poco a poco, con un ritmo al alcance de pocos –así había logrado también la pole del sábado– empezó a abrir distancias seguido, solamente, de Miguel Oliveira. El portugués probó, incluso, con dejar atrás a Cortese a falta de cinco vueltas. Pero fue imposible. Y cuando el alemán recuperó su posición, forzó una pizca más y ya ni siquiera el joven piloto del equipo de Emilio Alzamora pudo seguirle.

Fue Oliveira uno de los tantos corredores nacidos en 1995 que protagonizaron esta carrera en Phillip Island. Un grupo de jovenzuelos dispuestos a marcar el futuro de Moto3 se pelearon por subir al podio, entre ellos estaba el australiano Arthur Sissis, nacido en Adelaida, que logró el primer podio de su carrera en el año de su debut. Y entre los aspirantes se quedaron Alex Rins, compañero de equipo de Oliveira, que cumplirá los 17 en diciembre y que terminó cuarto tras una excelente remontada –salía desde la 16ª posición de la parrilla–, Danny Kent (de 18), que necesitó de la ayuda de la fotografía para confirmar que había terminado quinto por delante de Romano Fenati, otro de los prodigios de la categoría, este de 1996. El italiano mantiene con Rins un pulso por el título de mejor debutante del año que, de momento, gana el español, con cinco puntos más en la general, donde está cuarto clasificado.

Hubo otra batalla, la que libraban Viñales y Salom por el subcampeonato. Pero tendrán que esperar a llegar a Valencia. Ayer no fue su día. El mallorquín fue uno de los cinco pilotos que se saltaron la salida –además de él lo hicieron Folger, Rossi, Moncayo y Miller– y tuvo que pasar por el pit lane como penalización, de modo que perdió muchas posiciones y solo pudo terminar 15º y sumar un mísero punto. Viñales, por su parte, se cayó a nueve vueltas del final: perdió el control de su moto en plena curva cuando rodaba en tercera posición, lejos de Oliveira y Cortese, pero como líder de aquel pelotón que peleaba por el podio. Él tendrá que esperar para volver a subir al cajón.