Del aburrimento al suspense

Acabado el partido contra el Celtic, Tito Vilanova acabó tan extenuado en el banquillo como su equipo en la cancha del Camp Nou. No hay jornadas tranquilas en el Barcelona y, por tanto, se precisa de la intervención del entrenador cada día. Las correcciones del técnico funcionan, sobre todo con los cambios, y se enmiendan los errores de salida o de planteamiento, algunos ajenos a cualquier pizarra.

Así, los azulgrana ya cuentan cuatro goles en su propia portería y hasta cinco remontadas en los 13 partidos disputados. Y un detalle más: 16 de sus 35 goles han sido marcados en los últimos 20 minutos. A la plantilla y al entrenador les parece que la estadística subraya el carácter competitivo y ambicioso del plantel. La crítica, en cambio, denuncia que el equipo juega desde hace tiempo con fuego.

Antes decían que aburríamos; pues ahora ya no aburrimos" Tito Vilanova

“Antes decían que aburríamos; pues ahora ya no aburrimos”, replicó Vilanova al tiempo que los futbolistas coincidían: “si el que remonta es el Madrid es un signo de su grandeza y cuando lo hacemos nosotros se interpreta como una debilidad”. Mascherano sintetiza: “No es una cuestión de suerte porque ya ha sucedido a menudo. No tiramos la toalla. El equipo va, y va y va hasta que consigue su objetivo”.

La plantilla coincide, además, en que no ha renunciado jamás a su estilo sino que se impone por perseverancia y paciencia. El mejor ejemplo es el partido contra el Celtic. Volantes como Xavi e Iniesta facilitan la asociación y combinación y rehuyen el juego directo y vertical, simbolizado últimamente en Cesc Fàbregas, suplente ante los escoceses. Cesc jugó un encuentro estupendo en A Coruña como socio de Messi.

La movilidad de Cesc es la mejor vitamina ante la quietud de Messi. La posición del argentino, instalado como falso 9, define el fútbol de ataque del Barcelona. Aunque Messi se asocia bien con los distintos interiores, como quedó contrastado en el gol del empate contra el Celtic, ha agradecido también la presencia de Alexis o de Villa como arietes al final de los partidos, cuando se firmaron precisamente algunos remontes.

La movilidad de Cesc es la mejor vitamina ante la quietud de Messi

Las diferentes variantes de que dispone el equipo en la divisoria contrastan con sus penurias defensivas, provocadas sobre todo por la baja de los cuatro zagueros titulares: Alves, Piqué, Puyol y Abidal. La alineación de Song y de Adriano como centrales se presenta más como un remedio que una solución. La alternativa puede ser Bartra, que el martes cuajó una buena actuación, sobre todo por su vocación ofensiva y capacidad para dar salida al balón, circunstancias que a veces condicionan sus tareas defensivas.

Los técnicos consideran que cuando recuperen a sus efectivos, el equipo se estabilizará y controlará mejor los partidos. Ya no tendrá que protagonizar finales con tanto suspense como ante el Celtic, abatido en el minuto 94, ya con Vilanova extenuado.