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“Me critican por ser demasiado agresivo, pero es mi estilo”

El piloto de Moto 2 y líder del Mundial, Márc Márquez, y el jefe de mecánicos de su equipo, Santi Hernández, repasan la temporada

Nadia Tronchoni
Marc Márquez y Santi Hernández, durante la charla
Marc Márquez y Santi Hernández, durante la charlaMirco Lazzari

“¿Qué vamos a hacer, tertulia? Pero saca algún temilla, ¿no?”, pregunta, risueño, Marc Márquez (Cervera, Lleida; 1993). Y se frota las manos mientras desata la carcajada de su jefe de mecánicos, Santi Hernández (Santa Coloma de Gramanet, Barcelona; 1975). Su aventura empezó el año pasado, el del estreno del chico en Moto2. Y continuará en MotoGP, en que ambos aterrizarán bajo el ala del equipo oficial de Honda. Su sueño es hacerlo con el título bajo el brazo. Tras la carrera de este domingo, solo necesita sumar dos puntos más. Antes, ambos hablaron para EL PAÍS.

EL PAÍS. ¿Cómo se queda uno clavado en la salida, como en Japón, y termina ganando la carrera?

Marc Márquez. Todo el mundo me lo ha preguntado. ¡Hasta Santi! En Australia, el año pasado, también salía el último, pero lo pude preparar porque ya lo sabía de antemano. En Japón fue: cometer el error, pasar los nervios, y comenzar a remontar. ¿Cómo? No lo sé. Fue una cuestión de reflejos. Un poco de suerte y otro poco de ganas. Tuve la fortuna de no caerme, porque iba al límite.

Santi Hernández. Lo difícil fue que, a diferencia de Australia o Portugal, donde ya sabía que saldría el último, aquí el planteamiento de la carrera cambió. En Japón se planificó una carrera en la que salía segundo y en la que lo importante era salir bien. ¡Porque lo importante era salir bien! (Carcajean).

M. M. Cuando planificábamos la carrera Emilio [Alzamora, director del equipo] me lo dijo cuatro o cinco veces: ‘Aquí hay mucha frenada al principio y es vital salir bien’, decía.

S. H. Pero se quedó en punto muerto, pensando en que nadie le embistiera por detrás y cuando pasó todo el mundo, reaccionó y planificó otra vez la carrera, que había cambiado por completo.

M. M. Me pasó un poco como en Australia, que cuando terminó la carrera no sabía muy bien lo que había ocurrido. No recordaba a quién había pasado en la primera vuelta, ni cómo.

Que siga apostando al todo o nada cuando se está jugando el título es lo que hace grande a Marc Santi Hernández

S. H. En la telemetría se observa la decisión que tiene a la hora de adelantar.

M. M. En la primera vuelta de una carrera la gente no va a la misma velocidad que en los entrenamientos, así que tienes que tener la decisión de entrar por dentro y saber buscar el hueco.

S. H. Que siga apostando al todo o nada cuando se está jugando el título es lo que hace grande a Marc. Recuerdo a Valentino en Australia, en 2003: le penalizaron con 10 segundos por un adelantamiento indebido y, al final, ganó la carrera con 15 de ventaja sobre Capirossi. Y también se estaba jugando el Mundial. En muchas carreras se ha jugado el título y ha apostado por la victoria. Eso es lo que marca la diferencia entre los mejores pilotos.

M. M. La categoría me obliga a arriesgar. En Moto2 si te relajas un poco estás el décimo, hay mucha igualdad. Por eso, cuando me juego la victoria en las últimas vueltas con Pol [Espargaró], que es con quien peleo por el título, puedo pensar en ser segundo, pero nunca sabes qué va a pasar en las próximas carreras: vale más ganar si te ves con opciones. Ya lo dije en Japón y lo mantengo: si puedo ganar lo intentaré.

EL PAÍS. Cuando piensan en ser campeones del mundo, ¿qué se les pasa por la cabeza?

M. M. Yo no lo he pensado mucho. Hacemos lo de siempre. Lo importante es el título, la gente no se acuerda de si lo has logrado en una carrera u otra.

EL PAÍS. ¿Se han acordado mucho de los meses horribles que pasaron después de aquella caída en este mismo escenario?

He ganado lo que me faltaba el año pasado: regularidad; estoy siempre delante y sé sumar puntos cuando no se puede ganar Marc Márquez

M. M. Al principio, después de la victoria de Catar, sí que me acordé mucho de lo que pasamos durante el invierno, pero una vez arrancó la temporada pasamos página.

S. H. En Catar teníamos dudas porque llegábamos sin hacer pretemporada, después de un invierno muy complicado...

M. M. Pasé todo el fin de semana con la lengua fuera. Entre la novena y la octava posición. No había manera.

S. H. Aquel domingo sí nos acordamos de todo lo sufrido, pero una vez llegamos al siguiente gran premio y recuperamos el nivel, ya no. No puedes pasarte los días pensando en aquello.

EL PAÍS. Se escudó mucho en sus mecánicos.

M. M. Sí, iba a la nave del equipo a menudo. Y una vez a la semana ellos venían a comer o a cenar conmigo, hacíamos tertulia, nos echábamos unas risas... y cuando en enero empecé a hacer motocross venía el equipo entero como si fuera un entrenamiento normal. Me miraban y me echaban una mano si tenía que tocar algo de la moto, aunque en motocross no se suele tocar nada y a veces lo hacían por puro vicio. Era bonito: hacíamos piña y sentía el respaldo de todos.

S. H. Lo fácil hubiera sido que nos llamaran cuando se hubiera recuperado y vernos en el circuito, pero en los momentos difíciles es cuando a uno le gusta que la gente le respalde. El equipo entendía que tenía que estar con Marc. E intentamos que, aunque fueran entrenamientos de motocross, se parecieran todo lo posible a nuestras sesiones habituales, para que él cogiera ritmo. Luego, la barbacoa no nos la quitaba nadie...

M. M. Eso no fallaba, después de cada sesión: barbacoa. Si venían de Barcelona a Lleida era solo por la carne.

S. H. O por los caracoles.

EL PAÍS. ¿Qué han aprendido de la experiencia del año pasado?

S. H. Somos más pacientes, planeamos mejor las carreras, en la puesta a punto de la moto la información del año pasado ayuda mucho a no cometer los mismos errores. Y él como piloto ha aprendido a gestionar muy bien las carreras. Es más constante.

Antes no nos entendíamos, ahora sabemos en cada instante qué quiere el otro Marc Márquez

M. M. He ganado lo que me faltaba el año pasado: regularidad; estoy siempre delante y sé sumar puntos cuando no se puede ganar. Ahora llegamos al circuito y nos anticipamos a los problemas.

S. H. También es más exigente este año que el pasado. Al ser el segundo año, ya no caben las dudas.

M. M. Además, el año pasado sufría cuando me veía en la 15ª posición al llegar a un circuito. Me ponía nervioso. Ahora sé que un fin de semana es muy largo, que puedes empezar el décimo y acabar en la pole. Y sí, soy más exigente. Ahora les machaco...

S. H. Nos dice: ‘A ver si afinamos antes’. Aunque no hace falta que nos diga nada, solo con ver su mirada o la forma en que coge la carpeta lo dice todo.

M. M. Según cómo dejo el casco, Santi ya sabe qué me pasa.

S. H. No es un piloto muy expresivo cuando se baja de la moto, aunque alguna vez sí ha soltado un mecagoen... O su ‘¿salimos o no salimos?’.

M. M. A veces me retienen en el box, calmado, y a mí no...

S. H. Cada vez nos conocemos más. El año pasado había momentos en que no nos entendíamos, ahora sabemos en cada instante qué quiere el otro.

M. M. Ahora, por ejemplo, cuando me explica las cosas que vamos a probar o cambiar en la moto sé si está muy convencido o poco según cómo las explica. Cuando le replico con un pero y me dice ‘no hay pero, probamos esto’, sé que está convencido.

EL PAÍS. ¿Se podría haber hecho algo mejor este curso?

M. M. Siempre se puede mejorar.

S. H. Hay carreras en las que nos hemos equivocado aunque hayamos ganado. En Japón cometimos muchos errores en los entrenamientos: nos dejamos cosas sin probar y tuvimos que arriesgar en el calentamiento del domingo. Cuando estás con alguien como Marc la autocrítica siempre es mayor.

EL PAÍS. ¿Qué carrera recuerdan con mejor sabor de boca?

S. H. La mejor: Le Mans, el año pasado.

Márquez y Hernández
Márquez y HernándezMirco Lazzari

M. M. Fue la primera victoria en Moto2, veníamos de tres caídas...

S. H. Y se habían puesto muchas cosas en duda.

M. M. Este año me quedo con Japón, de momento. Aunque es difícil de superar... También Misano; Portugal fue bonita, y Alemania. La peor fue Le Mans, la de la caída.

S. H. Para mí la peor es Mugello, porque al fin y al cabo Le Mans se corrió con lluvia y en esas condiciones puede pasar cualquier cosa; estábamos más preparados que en Mugello, que fue la única carrera que terminó y no subió al podio. En dos años es la primera vez que le vimos entrar por la puerta del box con la moto, todo serio. Y pensé, ‘prepárate Santi, que la que te va a caer va a ser buena’.

EL PAÍS. Su osadía en la pista suscita muchas críticas últimamente.

M. M. Un piloto en la pista siempre busca bajar el tiempo; puede arriesgar más o menos pero siempre busca los límites. Y el estilo de pilotaje es algo que se adquiere desde pequeñito. Sé que recibo críticas porque soy demasiado agresivo, pero a mí me gusta mirar muchos vídeos y Valentino Rossi, que es el más grande, hacía unos adelantamientos que daban espectáculo y hacían afición. Tampoco lo busco, pero, siempre respetando a los rivales, intento adelantar y lo hago con mi estilo.

Se cuestiona su agresividad pero parece que  ya no nos acordamos de que Valentino se le aplaudió  en Laguna Seca, cuando echó de la pista, literalmente, a Stoner Santi Hernández

S. H. Se cuestiona su agresividad y su pilotaje pero parece que no nos acordamos ahora de que a Valentino en sus mejores momentos se le aplaudió el adelantamiento en Laguna Seca, cuando echó de la pista, literalmente, a Stoner. Nadie reclamó nada. Esto es como el fútbol: un defensa entra y nunca lo hace con la intención de lesionar al rival. Además, la trazada de Marc es diferente a muchas: hay pilotos que atacan más la entrada de la curva y a él, en cambio, le gusta más aprovechar el paso por curva por eso se abre más.

M. M. La entrada a curva, la frenada, no es mi fuerte, prefiero sacrificar en la entrada y salir mejor.

S. H. Eso de que la frenada no es tu fuerte...

EL PAÍS. ¿Están preparados para dar el salto juntos a MotoGP?

M. M. Me veo capacitado para llevar una MotoGP, no como el año pasado, que cuando empezó a hablarse de ello tenía mis dudas. Necesitaba más experiencia. Cuando llegas a MotoGP tienes que estar 100% preparado y convencido.

S. H. Es un proyecto diferente. Con mucha presión. Y más estando en Honda, que es el mejor equipo. Puede salir mejor o peor, pero estamos preparados.

M. M. Las ganas las pondremos.

EL PAÍS. ¿Qué esperan de su debut?

S. H. ¡Pasárnoslo bien!

M. M. Sí. Esto es pasión a tope. Hay que tomárselo como un hobby. Si no te lo pasas bien, no puedes ir rápido en la moto. Al principio con la Moto2 solo pensaba que me lo pasaba mejor con la 125cc, porque me llevaba la moto a mí, no al revés. Luego, a base de kilómetros, aprendí y empecé a jugar encima de la moto. Pero tendré que llegar, conocer al equipo, la moto... La gente lo ve muy fácil y piensa que si voy rápido en Moto2 iré rápido en MotoGP, pero no es tan sencillo. Tendré que aprender de los errores, que seguro que cometeré alguno. No entra en ninguna cabeza, o al menos no en la mía, que llegue allí y esté con los mejores desde el primer día.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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