Vettel arrebata el liderato a Alonso

Los malos presagios se confirmaron en Corea del Sur. Las especulaciones sobre el hecho de que Fernando Alonso iba a perder el liderato se prodigaron a lo largo de la semana que separaba el GP de Japón del de Corea. Y la noticia se produjo de forma inexorable, cuando en Yeongam volvió a quedar patente la superioridad de los Red Bull sobre Ferrari y todos los demás equipos. Alonso buscó con insistencia la batalla con Vettel, consciente de lo que se estaba jugando. Pero el piloto alemán no le dio la más mínima opción. Salió el primero y no abandonó esta posición hasta el final. Nada que cuestionar. Fue el mejor, se llevó su tercera victoria consecutiva –la cuarta de la temporada y la 25ª de su carrera- y arrebató el liderato del Mundial al asturiano, que ahora se encuentra segundo a seis puntos de Vettel.

El problema fundamental para Alonso no es ya solo Vettel. La preocupación del asturiano va en aumento, porque se está demostrando que su Ferrari no le permite luchar contra los dos Red Bull. En carreras que se disputen en condiciones normales, solo alguna avería de los monoplazas de las bebidas energéticas podrían permitir al doble campeón mundial español superarles. Si no, sufrirá porque Mark Webber resultará una ayuda inestimable para Vettel, puesto que ya en el circuito de Corea del Sur se interpuso entre ellos y así parece que seguirá hasta el final del campeonato.

Alonso se vio condenado a la tercera posición, a pesar de la evolución evidente de Ferrari, que consiguió dejar atrás a McLaren y a Lotus y acercarse a Red Bull a nivel de prestaciones. La ventaja fundamental de los Red Bull es que dominan a placer, porque son los más rápidos a una vuelta. Tienen la mejor aerodinámica y la siguen mejorando. Pero, además, la incorporación del doble DRS les ha permitido ganar una velocidad punta en las rectas que les convierte en imbatibles. Es evidente que la batalla por el título tiene solo dos protagonistas: Vettel y Alonso. Pero Webber jugará un papel trascendental.

El piloto alemán no dio la más mínima opción al español

La carrera fue la demostración de esa superioridad de Red Bull. En la salida los dos coches azules se ayudaron mutuamente y taponaron cualquier intento de adelantamiento por detrás. Alonso lo intentó, pero no pudo. Hamilton también. Pero Vettel, que adelantó de inmediato a su compañero de equipo, y Webber entraron en paralelo a la segunda curva y coparon todo el espacio. Salvado aquel momento, ya no hubo problema. Alonso se instaló en la tercera posición y Felipe Massa, que realizó una gran carrera, secundó esta vez a su jefe y acató sin rechistar las órdenes de su equipo cuando le dijeron que estaba demasiado cerca de Alonso y que debía separarse de él.

A falta de cuatro carreras para la conclusión, las opciones de Alonso están cayendo en picado. Y no sólo porque Ferrari no logra alcanzar a Red Bull en prestaciones, sino también porque todos los circuitos que quedan favorecen a los monoplazas de las bebidas energéticas. El trabajo de Adrian Newey ha sido formidable este año. Comenzaron con el hándicap de tener que trabajar sin el doble difusor, pasaron momentos de dudas y de falta de fiabilidad, pero después encontraron las respuestas, recuperaron su liderazgo aerodinámico y se convirtieron de nuevo en imbatibles, tal como ya lo fueron la temporada pasada. En estas condiciones, superarles parece una misión de gigantes. Y Ferrari, por el momento, no lo son.

Webber jugará un papel trascendental en las próximas carreras

Pedro de la Rosa realizó una buena salida y alcanzó la 19ª posición. Pero las prestaciones de su Hispania fueron cayendo hasta verse obligado a abandonar transcurridas las 16 primeras vueltas. “Tuve un problema con el gas que se quedaba enganchado. El equipo ha decidido que me retirara. Era peligroso continuar. Empecé a notarlo en la vuelta cinco y avisé por radio. Una lástima, porque hasta ahora la fiabilidad del coche ha sido muy buena”, indicó De la Rosa. Peor suerte tuvieron Jenson Button y Nico Rosberg que tuvieron que abandonar en las primeras curvas, después de ser tocados por Kobayashi.