Tomic despeja algunas dudas

El Barcelona Regal se ha encontrado ante una inesperada misión al inicio del curso: despejar las dudas que ha sembrado en tan escaso tiempo. Al triunfo en su compromiso frente a los Mavericks de Dallas, fuera de contexto y del que resulta difícil extraer conclusiones sólidas, añadió el equipo de Xavi Pascual una victoria sobre el Brose Bamberg, alemán, con alguna fase de brillantez y otras deslustradas. Los claroscuros predominan en el juego de un conjunto tan capaz de salir en estampida, en plan vendaval (29-9), como de enredarse en un lamentable último cuarto (8-16).

El estreno azulgrana en la Euroliga, ante un rival que ratificó el nivel discreto que se le presuponía, sirvió para que el Barça incidiera en el trabajo de fondo. Tomic marcó la línea que se le demanda. Nadie duda de su calidad técnica. Otra cosa es su consistencia, su agresividad, su dureza, ciertos aspectos defensivos, algunos de los factores que supuestamente inclinaron al Madrid a no llevar a cabo la renovación de su contrato.

El pívot croata se puso las botas ante los tres hombres altos del Brose, que se turnaron en su marcaje; tres jugadores sin grandes referencias: Zirbes, Neumann y Latavius Williams, este sí al menos conocido por haber competido la pasada temporada en el Fiatc Joventut. Tomic desplegó sus recursos técnicos con un poco de todo: 12 puntos, nueve rebotes, cuatro asistencias y dos tapones en 24 minutos. La dinámica del juego le favoreció.

Al Barça se le vio de inicio muy concentrado, muy decidido a defenderse con todas las de la ley. En el primer cuarto anotó 26 puntos y dejó al Brose en nueve. Para más inri, los nueve anotados por el mismo jugador, el mejor sin duda de su plantilla, el ala-pívot esloveno Nachbar. Le dio muchos quebraderos de cabeza a Lorbek, dada su capacidad para anotar desde el exterior.

Wallace reaccionó y se puso a tono después de sus deficientes actuaciones de la últimas semanas. Jawai y Mickeal también cuajaron un buen partido. Pero el Brose, poco después de consumarse una brecha de 23 puntos (62-39), logró complicar la vida al Barça con una defensa en zona y situando en la cancha a sus jugadores más rápidos a costa de sus pívots.

El público, que coreó gritos de independencia y celebró especialmente la puesta en escena de Jasikevicius, empezó a torcer el gesto en los últimos compases del partido. Navarro no logró repetir su recital ante los Mavericks y tanto los bases, Marcelinho y Sada, como los más jóvenes, Rabaseda y Todorovic, no lograron mantener la velocidad de crucero.

El ataque azulgrana se enredó y volvió a adolecer de tiro exterior con tres triples en 15 intentos, un defecto que lastra su juego y viene repitiendo a menudo. Los míseros ocho puntos con los que cerró el último cuarto deslucieron una victoria sin mayores problemas, pero bacheada en exceso.