Desmadre a la española
Tras la final olímpica, la selección española de baloncesto destrozó sus apartamentos en la Villa y el COE tuvo que pagar 11.500 euros
Los jugadores de la selección española de baloncesto causaron destrozos valorados en 9.300 libras esterlinas, 11.500 euros, en los dos apartamentos que ocuparon en el Parque Olímpico de Londres durante la celebración de los Juegos. El coste de los destrozos fue evaluado el 13 de agosto, un día después de la final olímpica que España perdió contra Estados Unidos por 107-100.
Los desperfectos fueron comprobados por el Jefe de la Misión de la delegación española en Londres 2012, Cayetano Cornet, cuando se procedió a efectuar el control de salida de los apartamentos. El Comité Olímpico Español (COE) abonó el pago de la factura por los daños ocasionados. La noticia fue desvelada por The Guardian, en una información en la que cita al jefe ejecutivo de la corporación encargada de desarrollar el futuro del Parque Olímpico, Dennis Hone. El equipo español de baloncesto “destrozó sus apartamentos”, dice Hone.
Un portavoz oficial de la Federación Española de Baloncesto (FEB), preguntado por este periódico, aseguró ayer por la mañana que no disponen de ninguna comunicación oficial sobre lo sucedido, ni por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) ni por parte del COE. En cambio, el COE informa de que su comité ejecutivo aprobó dar traslado de los hechos a la FEB.
La FEB emitió un comunicado oficial ayer por la tarde en el que también pone de relieve: “La selección es un ejemplo de comportamiento y compromiso con los valores del deporte como demuestra cada temporada, tanto con los proyectos sociales que apoya el equipo, como por las campañas desarrolladas individualmente por la mayoría de sus jugadores”. En un tercer punto, indica: “La FEB iniciará un proceso para recabar los informes pertinentes con la intención de esclarecer los hechos que se atribuyen a los integrantes de la selección”. Otras fuentes aseguran que algún miembro de la federación ya reprendió a determinados jugadores durante el viaje de regreso de Londres a España.
Las fiestas de despedida, incluidas algunas gamberradas, son habituales cuando los jugadores de la selección concluyen un campeonato con un resultado satisfactorio, después de un mes y medio de trabajo y convivencia, entre la preparación y la competición. No acostumbra a pasar de eso, una juerga de fin de curso, sin mayores problemas. Por ejemplo, en Saitama (Japón), cuando la selección española ganó el Mundial en 2006 se celebró una fiesta a la que se añadió algún jugador de otra selección, como el alemán Dirk Nowitzki. Se libró una guerra de extintores, siempre en tono de broma. La cosa no fue a más y tampoco se produjo ningún destrozo significativo.
Durante los Juegos Olímpicos de Londres, los integrantes de la selección se alojaron en dos apartamentos, con seis jugadores en cada uno. El contratiempo es que el último día causaron notables desperfectos en ellos. La selección había logrado horas antes la medalla de plata tras una final en la que puso en notables apuros al potente equipo de Estados Unidos, plagado de figuras.
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