Navarro se da una fiesta sin Nowitzki

La megafonía resonó en el firmamento del Palau Sant Jordi con un mensaje recibido como un mazazo por la concurrencia: “Nowitzki no jugará debido a una lesión en su rodilla derecha”. La tremenda desilusión de la gente por no poder disfrutar de las evoluciones de la estrella de la NBA dejó paso al interés por contemplar de todas formas un buen espectáculo y comprobar si el Barcelona Regal podía con un equipo, muy remozado, pero que no deja de ser el campeón de la mejor Liga del mundo en 2011 y que ha disputado las últimas 12 temporadas los playoffs por el título. Y pudo el Barcelona con el desafío, con holgura y con algunas acciones espectaculares. Ganó a un rival ciertamente desubicado, en el inicio de la pretemporada y sin Nowitzki. El presumible papel del astro alemán en el partido lo asumió Navarro, que después de su dichosa lesión, resurgió justamente para ajusticiar a los Mavericks. Es el tercer equipo de la NBA al que derrota el Barça, que ya se deshizo de los Sixers de Iverson e Iguodala en 2006 (104-99) y de los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol en 2010 (92-88).

La igualdad duró hasta el descanso, pero ya en esos 24 primeros minutos se observaron mejores sensaciones en un Barça del que tiraron, sobre todo, Navarro, Mickeal y Jawai. Les costó a los Mavericks hilar fino. Fuera de forma varios de sus jugadores, no fueron capaces de trazar jugadas dignas de mención. Apenas un mate en transición con asistencia picada de Collison para que finalizara Vince Carter. Poco más. Y en el tercer cuarto, el Barcelona entró en combustión y desfiguró a los Mavericks, con su dueño Marc Cuban resoplando y refunfuñando tras el banquillo, horrorizado por una estadística horrible: 18 de 32 en tiros libres y un pobre 40% en tiros de campo.

El partido le fue de perillas al Barcelona, que acumulaba tres derrotas y una peligrosa deriva en el inicio de campaña. Con Navarro enchufado, certero en los triples, rápido en las fintas, como si nada hubiera pasado en su pie, recuperó las buenas sensaciones. Tomic y Jawai respondieron por primera vez al unísono, Mickeal deparó su mejor versión y Wallace y Marcelinho completaron un buen partido en el que Xavi Pascual también dio minutos de juego a jóvenes como Abrines, Todorovic y a la joven perla croata, Mario Hezonja, un escolta de 17 años, al que ató el pasado verano.

Los Mavericks pagaron muy caro su desastroso tercer cuarto, que perdieron por 32-16. Trataron de rehacerse a base de una presión por toda la cancha en el último cuarto y demostraron la admirable capacidad de los equipos de la NBA para recuperar grandes desventajas en un abrir y cerrar de ojos. Su entrenador Rick Carlisle echó mano de su quinteto más aguerrido. Tanto porfiaron que a Delonte West se pasó de revoluciones en su impetuoso esfuerzo por recuperar un balón ante Wallace y los árbitros le castigaron una falta antideportiva. Aun así, los Mavericks, que habían llegado a sumar una desventaja de 18 puntos (72-54), llegaron a colocarse a solo seis (89-83). Volvió Navarro y completó su faena. Ganó el Barça y volvió a quedar en evidencia que los equipos de la NBA, al menos en su pretemporada, son cada vez más vulnerables.