El Inter gana el clásico de los ‘pobres’

Dio la casualidad que el primer tiempo del Milan-Inter coincidía con la segunda parte del Barça-Madrid. Mal asunto para los que querían hacer zapping. No por nada, sino porque el clásico español dejaba bastante retratado al clásico milanés. Por nombres y por ritmo. Por un lado Messi, Cristiano, Benzema, Xavi, Di María, Iniesta…Y por el otro Bojan, el Sharaawy, De Jong, Emanuelson, Cambiasso, Gargano, Nagatomo. Para aguantar el ritmo, más bien el no ritmo de juego en San Siro, había que hacer más de un esfuerzo. Y eso que se la bombilla del partido se encendió muy pronto. En el minuto 3 el Inter ya se había encontrado con el gol de la ventaja. Marcó Samuel con la ayuda de Abbiati que salió a por uvas. Si el duelo no terminó en el minuto cinco es porque Milito no quiso. Se comió dos goles uno detrás de otro.

A Massimiliano Allegri le quema tanto el banquillo del Milan o le aburre tanto lo que ve que anoche se marchó a vestuarios antes de que se terminara la primera parte. A la vuelta se encontró con superioridad numérica por la expulsión de Nagatomo en el minuto 47. Aun así y con el Inter arrinconado en su área, no encontró el empate. A veces por torpeza (Bojan) otras por falta de puntería (Boateng) y en una ocasión por el árbitro que no pitó un más que posible penalti de Samuel a Robinho.

La imagen que transmite este Milan es muy pobre. Allegri perdió a Thiago Silva e Ibrahimovic —para cuidar la salud económica— y a cambio le trajeron a De Jong, Zapata y Pazzini. Hubo una época en la que en el Milan jugaban Inzaghi, Maldini, Albertini, Van Basten, Pirlo… ahora los titulares son Bojan, Emanuelson, El Sharaawy, Yepes, De Jong… No hay líderes: Boateng se cree que puede serlo por llevar el diez en la espalda, pero no tiene calidad suficiente. Ni personalidad. Bojan parece un bebé en un estadio tan grande. Ayer, cuando tuvo el gol del empate se resbaló solo dentro del área.

El Inter no tiene mucho más: Zanetti (que disputó su derbi número 45 superando a Bergomi) y Diego Milito. Pero cuenta con la juventud y la calidad de Coutinho y la fuerza de voluntad de Cassano. Suficiente para Stramaccioni que anoche celebró una fea victoria por la mínima como si hubiese ganado la Copa de Europa.