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Llamada a los incondicionales

Mourinho ha pedido ayuda a sus jugadores más leales para sacar al Madrid de la crisis

Diego Torres
Pepe dedica su gol al Deportivo a Mourinho, la semana pasada.
Pepe dedica su gol al Deportivo a Mourinho, la semana pasada.juan carlos hidalgo (EFE)

Se aproxima una batalla decisiva y José Mourinho, como los emperadores romanos, ha movilizado a su guardia pretoriana. Según fuentes del vestuario del Madrid, desde que las cosas comenzaron a ponerse difíciles, el mánager ha dedicado buena parte de su energía a reclamar un esfuerzo doble a los integrantes de su pequeño grupo de incondicionales. Di María, Pepe, Essien, Coentrão y, en menor medida, Cristiano, han sido llamados por el técnico, que les ha dedicado charlas específicas invocando la gravedad del momento. Las reuniones no han sido difíciles de organizar. A todos, salvo a Essien, los representa Jorge Mendes, amigo y agente de Mourinho. Todos viven en La Finca, una urbanización de lujo que garantiza hermetismo y aislamiento a sus habitantes.

Los jugadores que no pertenecen al núcleo duro mourinhista aseguran que el técnico desconfía cada vez más de ellos. Creen que Mourinho se siente amenazado y que, ante la indolencia que teme en el equipo, exige más obediencia y sacrificio a todos aquellos hombres de cuya fidelidad no duda. Son quienes, por una razón u otra, están en deuda con él.

Ángel di María es el primer incondicional. Dicen sus compañeros que las arengas particulares que recibió de parte del técnico antes del partido del Sánchez Pizjuán tuvieron un efecto excesivo. El chico salió tan motivado que, por bordear la agresión, el árbitro casi lo expulsa.

Cristiano es miembro de la guardia pretoriana, es fiel a Mourinho porque es fiel a su bienhechor, Jorge Mendes

Di María ha iniciado la temporada a todo motor. El afecto que siente por el mánager es recíproco y está bien recompensado. Al acabar la temporada pasada, Mourinho le subió el sueldo saltando la progresión prevista por el eficaz esquema interno que facilita los aumentos ordenados. El mánager aceleró el proceso para Di María, que pasó del escalón básico, de dos millones de euros brutos de salario anual, a siete millones brutos, sin pasar por la estación de los cuatro millones. De pronto, Di María pasó a tener el estatus de Pepe, Xabi, Higuaín o Ramos. Lo que para otros cuesta años de esfuerzo, para el argentino supuso 18 meses. El asunto exasperó a la plantilla.

Di María es el único atacante del Madrid que nunca ha padecido una recriminación pública por parte de Mourinho. Es un número fijo para el Camp Nou. Lo mismo se puede decir de Pepe, cuya fidelidad al jefe sólo es comparable a la de Di María. El central también gozó de un aumento salarial gracias al mánager, en 2011. En caso de crisis, como en el descanso del partido contra el Depor en la última jornada, Mourinho sabe que puede contar con el defensa. Aquel día, Pepe selló su adhesión brindándole su gol con un abrazo filial.

El técnico exige más sacrificio a Pepe y Di María porque no se fía de toda su plantilla

Por su carácter afable, Pepe es un hombre querido en la plantilla. Es raro que los compañeros, incluso los menos próximos al mánager, le juzguen sin benevolencia. Todo lo contrario que a Fabio Coentrão. Ningún jugador genera más suspicacias entre sus colegas que el lateral zurdo. La percepción general es que se trata de un protegido del mánager. Dicen los jugadores que Mourinho finge que castiga a Coentrão apartándole del equipo y que, casualmente, estas condenas al ostracismo coinciden con momentos apurados en los que hay poco que ganar. Coentrão, aseguran sus colegas, es utilizado por Mourinho para simular ecuanimidad. A cambio, le promete jugar los partidos más importantes. La temporada pasada disputó los cuatro clásicos como titular tras pasar un mes tapado en el difícil arranque liguero. Coentrão fue titular contra el Valencia (1-1) en la primera jornada de esta Liga. Cuando comenzaron los problemas, otra vez, desapareció. Tal vez el domingo el técnico opte por seguir protegiéndole y le envíe a la grada.

Michael Essien es otra pieza clave para Mourinho. Como medio centro, o como lateral, en donde Arbeloa teme por su puesto. Desde la derrota ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, el mánager solo ha dejado de contar con Essien cuando sufrió una contractura contra el Depor.

Cristiano es miembro de la guardia pretoriana, pero solo indirectamente. El goleador es fiel a Mourinho porque es fiel a su bienhechor, Jorge Mendes.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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