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Míchel da el mando a Maduro

El holandés brilla en el Sevilla tras una dura pretemporada por un problema cardiaco

Rafael Pineda
Maduro y Míchel, en un entrenamiento del Sevilla.
Maduro y Míchel, en un entrenamiento del Sevilla. toni rodríguez (DIARIO AS)

“Maduro es fundamental para nosotros. Ha dotado al equipo de un punto de equilibrio defensivo importante y, además, nos es muy válido en el inicio de nuestro juego de ataque, ya que tiene un muy buen primer pase. Da salida al equipo y es el encargado de sacar a la defensa”, resalta Míchel sobre el fichaje del Sevilla, que llegó de puntillas y se ha ganado en tan solo dos partidos un papel fundamental tras superar una dolencia cardiaca.

Después de jugar 12 minutos ante el Rayo (0-0), Míchel apostó por él contra el Madrid (1-0). Su juego por delante de la defensa desactivó al equipo de Mourinho y dio aire a los centrales. Además, Maduro realizó las coberturas al lateral derecho, Cicinho, en sus subidas y todavía dio libertad a Medel para presionar en zonas más adelantadas.

“Es más aplicado tácticamente que el chileno”, destacan en el club. Ante el Deportivo (0-2 en Riazor), volvió a realizar una gran actuación. “Se ha convertido en un jugador referencia para nosotros. No es lo mismo para mí jugar con Maduro que sin él. Ante el Barça, volverá a ser determinante”, añade Míchel. Tres partidos con Maduro y la puerta a cero. El Sevilla es el equipo menos goleado del torneo: dos goles.

En el Valencia fracasó porque Emery apenas contó con él en el centro del campo

Monchi, director deportivo del club, lo tenía en su agenda desde que deslumbrara en el Europeo sub-21 de 2007, en el que figuró en el once ideal. El Valencia le fichó en diciembre de ese mismo año, del Ajax, de la mano de Ronald Koeman. Llegaron cuatro años y medio en Mestalla con más luces que sombras y un título de Copa en el bolsillo. Apabullado por Albelda, nunca tuvo un papel estelar. Muchas veces le tocó jugar de central y también de lateral derecho. Unai Emery apenas contó con él en el centro del campo. Nadie en el Valencia reparó en su marcha. Monchi le estaba esperando. Él y el propio Míchel, que trazaron un plan para convencerle: le prometieron que jugaría en el centro del campo y que sería importante. Por eso el propio entrenador acompañó a Míchel hasta Ámsterdam el pasado junio para cerrar su fichaje por tres años con el Sevilla.

Siete días después de iniciar la pretemporada, el viernes 13 de julio, el centrocampista desapareció misteriosamente de los entrenamientos. El 29, el club anunció que sufría una anomalía congénita en el corazón, por lo que tenía que dejar la práctica del fútbol.

Ni el Sevilla ni Maduro se rindieron. Después de un análisis exhaustivo en el Texas Heart Institute, el 9 de agosto, se comunicó que la dolencia no supone un riesgo para la vida del jugador y que es compatible con la práctica del fútbol.

“Maduro se ha ganado el vestuario por su humanidad y su buen carácter”, indica Míchel. Recibido con aplausos por sus compañeros, realizó un plan de trabajo de dos semanas para solventar su déficit físico. Recuperado, ya no hay quien le pare.

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