El gol del káiser
Godín abre el marcador ante un meritorio Valladolid para el Atlético con una sutileza en un partido que Courtois complicó
La modernidad de la defensa en zona desterró la figura del libre, defensas con caché de futbolistas totales. Los alemanes Beckenbauer y Stielike, el holandés Krol, el chileno Elías Figueroa, el italiano Scirea, todos fueron tipos respetados por su clarividencia tanto para cortar juego como para armarlo cuando decidían arrancarse elegantes, cabeza alta y el punto de mira en la portería contraria.
Se había disfrazado de bonito Godín con unas cuantas patadas largas precisas y cruzadas. Un aviso de que estaba de dulce, mandón en el cruce y fino con la pelota. A la media hora, en una de sus anticipaciones se arrancó, tiró una pared con Koke y se fue altivo a recibir el pase al espacio del tuya-mía. Le salió Jaime por abajo y resolvió Godín con una picada con aires de grandeza, de futbolista de otro tiempo. Esa parábola suave reivindicó al defensa central que no está no solo para marcar la raya y hacer muescas en las espinilleras de los delanteros rivales. Fue una delicia de jugada en toda su interpretación, el corte, la pared, la salida y la definición. Una acción que define al Atlético mejor organizado que se recuerda. Lo mejor de un partido que los rojiblancos no lograron cerrar por esa tendencia a complicarse la vida no se sabe por qué. Esta vez fue porque Courtois no agarró un disparo manso y lejano de Bueno lo que mantuvo los tres puntos en vilo.
Atlético, 2 - Valladolid, 1
Atlético: Courtois; Juanfran, Godín, Miranda, Filipe Luis; Gabi (Mario Suárez, m. 60), Tiago; Arda Turán, Koke; Diego Costa (Raúl García, m. 87) y Falcao (Adrián, m. 46). No utilizados: Asenjo; Cebolla Rodríguez, Cata Díaz y Emre.
Valladolid: Jaime;Rukavina, Sereno, Valiente, Balenziaga; Sastre (Álvaro Rubio, m. 3), Víctor Pérez; Omar (Lolo, m. 70), Óscar, Bueno; y Javi Guerra (Manucho, m. 61). No utilizados: Dani; Rueda, Baraja y Peña.
Goles: 1-0. M. 30. Godín pica por encima de Jaime. 2-0. M. 41 Falcao, de penalti. 2-1. M. 50. Bueno, de disparo lejano que se le escapa a Courtois.
Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó a Djukic (m. 73) y amonestó a Óscar, Miranda, Víctor, Omar, Rukavina, Gabi, Bueno y Manucho. Unos 40. 000 espectadores en el Calderón
Desde esa organización, el Atlético desintegró al Valladolid en el primer tiempo desde el primer minuto en el que perdió a su mediocentro Sastre por lesión. Puede que en esa primera media hora al equipo de Simeone no encontrara vías limpias y fluidas hacia el gol, pero cumplió tan a rajatabla mínimos tácticos que le dieron el mando del partido. Las escaramuzas ofensivas llegaron cuando se agitaron Arda Turan y Koke y cuando las caídas a banda de Diego Costa empezaron a ser bien interpretadas por sus compañeros. No está aún suelto con el balón el brasileño, pero esos movimientos produjeron multitud de faltas laterales que sirvieron para que Koke luciera su golpeo. Su trabajo también fue impagable por banda derecha primero y por la izquierda después. Suyo fue ese pase para que Godín se erigiera en káiser.
La ocupación de los espacios le dio al Atlético todas las segundas jugadas. En una de ellas Gabi agarró un trallazo que rechazó Jaime. En boca de gol, Falcao, falló lo que no acostumbra porque Jaime hizo una exhibición de tiempo de reacción y agilidad. En otro rechace al borde del área, ganado por colocación, Diego Costa se introdujo en el área y fue atropellado por el ímpetu de Omar. Lo convirtió Falcao, que fue sustituido al descanso por precaución. En el intermedio, el Calderón se felicitaba por ver a su equipo solventar el partido con relativa facilidad, por verle tan eficaz. Se reproducían en los videomarcadores los últimos títulos conquistados, aunque alguien en el club debe pensar que el Vincere de Pavarotti tronó en el Bernabéu hace tiempo y la hinchada rojiblanca acostumbra a sacar pecho de la originalidad en sus cánticos.
Dio entrada Simeone a Adrián pensando en el buen resultado que le dio en Tel Aviv, a la contra, con Diego Costa por delante. El plan lo desbarató el error de Courtois. No pasó excesivos apuros, pero ya no se sintió tan dueño del partido como lo había sido en el primer tiempo. Se mantuvo bien colocado y Miranda y Godín siguieron convertidos en los jefes de una defensa que esta vez no tuvo los mismos descuidos que ante el Rayo. La estrechez del marcador mantuvo la incertidumbre. No pudo desplegarse con frecuencia ese Atlético que a la contra no acostumbra a perdonar. En el último tercio del encuentro apareció la fatiga en Diego Costa y los centrocampistas se encontraban solo con Adrián como referente de punta al que lanzar. Para entonces ya había entrado Mario Suárez por Gabi para evitar un desvencijamiento en el centro del campo. También se fue Diego Costa ovacionado en los minutos finales. El estado de felicidad que vive el Atlético por esa continuidad desconocida en los resultados se refleja en el ánimo de su hinchada. Lo mismo anima a Falcao tras un fallo clamoroso, como que corea su nombre dando por seguro que no fallará un penalti. O bien ovaciona a Courtois, el autor de ese error que volvió a llenar la atmósfera de esa incertidumbre taquicárdica. La diferencia es que ahora la fatalidad no cristaliza. Este Atlético está en dinámica ganadora y no parece dispuesto a perderla reviviendo sus historias malditas. Es más, es capaz de resucitar la figura de un káiser.
“No saben que Franco ha muerto”
“Algunos parece que no se dan cuenta de que Franco ha muerto y de que hay libertad de expresión. No entiendo por qué no puedo preguntar al árbitro educadamente. Me van a castigar y no sé por qué”, dijo Miroslav Djukic, el entrenador del Valladolid, cuando le preguntaron por los motivos de su expulsión en el minuto 73.
El técnico del conjunto pucelano también cargó contra su equipo: “Perdimos merecidamente por ser cagones, por no entrar con atrevimiento en el campo. Debemos borrar ese primer tiempo de nuestras memorias. El mayor culpable soy yo porque no he transmitido a mis jugadores la valentía necesaria para jugar este partido. Perdimos en todas las disputas. Fue desastroso y me dio vergüenza la primera parte que realizamos”.
El colegiado del encuentro, Muñiz Fernández, relató en el acta del partido las circunstancias que le llevaron a mostrar la tarjeta roja al técnico: “Djukic fue amonestado por el siguiente motivo: protestar airadamente, levantando los brazos, una decisión mía, habiendo sido previamente advertido por el cuarto árbitro”.
El entrenador rojiblanco, Diego Pablo Simeone, felicitó a su guardameta tras mostrarse molesto con una pregunta sobre el juego de su equipo: “Lo mejor del partido fue la reacción de Courtois, que, tras su trance, hizo varias paradas de mérito”.
Simeone aclaró que cambió a Falcao al comienzo de la segunda mitad porque el delantero colombiano tenía unas molestias en los aductores y alabó el tanto de Godín. “Habíamos hablado de que, si éramos capaces de cortar los balones así en la defensa, se podían crear ocasiones y el tanto de Godín fue de una precisión absoluta”, resaltó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.