‘La Juve’ no pierde su personalidad
El equipo de Conte, tierno en ataque pero con el carácter de siempre, empata ante el Chelsea
Mil días después la Juve volvía a escuchar el himno de la Champions. En el mejor escenario posible, el del campeón. Stamford Bridge recibió anoche, además de al equipo italiano a la Copa de Europa. La orejona entró escoltada por dos soldados; al fondo, en una de las gradas, los hinchas colgaron esta pancarta: “Bienvenidos al Chelsea FC, primer club de Londres campeón de Europa”. A Stamford Bridge regresaron anoche Buffon y Pirlo tras tres años de ausencia en las competiciones europeas. En Stamford Bridge empezaron los chicos de Roberto Di Matteo la defensa del título con un 4-3-3 sin Mata pero con Óscar, Hazard y Torres.
El pequeño brasileño revolucionó el partido en dos minutos. Pim-pam. Vucinic remató solo delante de Cech y consiguió fallar; menos de un minuto después Óscar superó a Buffon con la ayuda de Bonucci. El refrán de gol fallado gol encajado nunca falla. Así es como el Chelsea se encontró delante en el marcador. Precioso fue el segundo disparo que Óscar clavó en la escuadra. Precioso también el gesto técnico: recibió la pelota de espaldas, se giró, regateó a Pirlo y armó la pierna con toda la tranquilidad del mundo.
Demasiado castigo para los muchachos de Conte —una vez más en la grada, ya que la FIFA tampoco le permite sentarse en el banquillo debido a la sanción de 10 meses que le impusieron en Italia por el escándalo del calcio scommesse— que parecían poder tutear al Chelsea. Anoche salieron con la clásica defensa de tres, una línea de cinco en el medio —y con medio Pirlo, que no está en su mejor momento físico—; con Vucinic y Giovinco en punta. “El Chelsea nos dirá quiénes somos”, advirtió Buffon en la víspera. Pues el campo dijo que la Juve es demasiado tierna en ataque, pero que se maneja bien con la pelota, tiene personalidad y no ha perdido su carácter en Europa. De momento, con eso le vale. Le valió anoche para sacar un justo empate en Stamford Bridge (2-2).
Fue el olvidado Quagliarella (17 minutos en lo que va de temporada) el que rescató el ataque juventino. Entró en el 75 y marcó el empate; solo el larguero le impidió hacer doblete. Quizás fue por el afán de demostrar que él también puede ser titular, el caso es que Quagliarella no fue tan tierno como Vucinic y Giovinco. Ninguno de los dos es un delantero centro puro, protegen bien la pelota, se mueven bien entre líneas y, en el caso del montenegrino, se desmarca muy bien, pero ayer, a ambos, les faltó lo que exigen las noches europeas: instinto asesino. El que tenía Trezeguet, por ejemplo. Y el que tuvo Quagliarella que sustituyó, precisamente, a Giovinco.
El Chelsea, que con la entrada de Mata en la segunda parte parecía haber recobrado el aliento, vio como Vidal y Quagliarella —y con un Pirlo a medio gas e incluso menos— le empataban un partido que iban ganando 2-0. Y eso que no es el Chelsea tan pasivo que se vio el año pasado.
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