Lorenzo se queda solo
El de Yamaha obtiene una victoria sin apenas oposición ante Rossi y Bautista Dani Pedrosa, arrollado por Barberá en la primera vuelta tras ser penalizado con salir último
Un piloto, Abraham, al que no le funciona la moto; una salida abortada y un semáforo que crea confusión en la parrilla; una segunda vuelta de calentamiento y un calentador, el de Pedrosa, el hombre de la pole, que no sale, pues la rueda está bloqueada; un equipo, el de Honda, que decide meterla en el pit lane para solucionar el problema y una moto, también la suya, que apenas funciona en tercera, ya que con los nervios alguien activó el control de velocidad para la zona de garajes; en definitiva: una salida accidentada, una sanción para el español, que tras modificar su máquina a destiempo tiene que salir desde la última posición, y la mala suerte que se ceba con un corredor que ya sabe cómo se las gasta la diosa Fortuna.
Dani Pedrosa, en plena escalada, cuando recortaba puntos al líder del Mundial, Jorge Lorenzo, a golpe de victoria, cuando mejor pilotaje estaba exhibiendo, cuando mejor funcionaba esa Honda que tantos dolores de cabeza le dio en el pasado, se tropezó con la fortuna. Y esta, otra vez, le dio la espalda. Los problemas con aquel neumático delantero que le obligaron a meterse en el pit lane, le llevaron, de rebote, a la última posición de la parrilla. Y desde la cola del pelotón las cosas se complicaron más de la cuenta, más de lo que merecía su excelente temporada, su brillante victoria en Brno, su demostración de poder en la clasificación del sábado.
Salió Pedrosa como una bala y en unas pocas curvas ya rodaba en la octava posición. La remontada añadía suficiente picante a la carrera, pero no estaba todo por ver: Barberá, tras la rueda del catalán, perdió el control de su moto cuando trataba de adelantar a De Puniet y se abalanzó sobre él, le embistió, tocó su neumático trasero y Pedrosa terminó por los suelos. Fin de la remontada y fin del gran premio para el piloto que aspiraba a dejar la ventaja de Jorge Lorenzo en la clasificación en solo ocho puntos. En cambio, tras el desastre de este domingo en Misano, está a 38. La historia cambió en cuestión de segundos.
Cuando mejor pilotaje estaba exhibiendo el de Honda, se tropezó con la fortuna
Porque, claro, Lorenzo, sin rivales a la altura en la pista, convaleciente Stoner y ausente Pedrosa, no desaprovechó la oportunidad de apuntarse una victoria más, la sexta, y ampliar su ventaja como líder de MotoGP. El mallorquín no tuvo que forzar demasiado la máquina, consciente desde la primera vuelta de que no habría nadie que le apretara en la pista, ni tampoco nadie sería capaz de poner en peligro su liderato, a pesar de que no tuvo la seguridad total de que Pedrosa estaba fuera de carrera hasta el final: “No entendí bien la pizarra”, explicó. En lugar de ir mejorando sus tiempos, como acostumbra en cada carrera, cómodo como suele encontrarse con los neumáticos desgastados, el mallorquín fue administrando la ventaja lograda en la primera parte de la prueba, en la que buscó más los límites —de hecho, estuvo a punto de caer en la tercera vuelta, según confesó—, y fue relajando su ritmo, para evitar riesgos, tratando de no perder la concentración y de responder con inteligencia al guiño que, a él sí, le había hecho la fortuna esta vez, esa misma que le faltó en Holanda, donde fue Bautista quien le atropelló a él y Stoner ganó la prueba, con Pedrosa en segundo lugar. Su ritmo por vuelta, ligeramente peor al inicio de los tiempos del sábado, cuando se le escapó la pole por solo 18 milésimas de segundo, fue a partir del ecuador de la prueba de casi segundo y medio más lento. Y terminó cruzando la meta en pleno caballito para celebrar la victoria, tal era la ventaja que le sacaba al segundo.
Aspiraba a dejar la ventaja de Lorenzo en ocho puntos y ahora es de 38
Tras él entró un Valentino Rossi tan contento o más como los miles de compatriotas que, como siempre, terminaron invadiendo la pista de Misano, un circuito a escasos ocho kilómetros de su pueblo, Tavullia, donde se descorcharon este domingo más botellas que en todo el año. Fue, seguramente, un podio barato, dadas las bajas de Pedrosa y Stoner, pero fue un podio al fin y al cabo, un segundo puesto por el que ni siquiera suspiraba hace unos meses, que demuestra que él aún puede ser competitivo y que todavía hay esperanza para Ducati. Tercero fue Álvaro Bautista, que logró su primer podio en MotoGP tras algunas carreras con problemas, en las que los resultados no llegaban y mientras veía cómo peligraba su continuidad en el equipo Gresini. Hoy tiene más argumentos aún para defender su calidad.
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