Haciendo el año
Contador necesitaba el apoyo de su equipo y lo ha encontrado, y por el camino, se ha ido encontrado el cariño del público
El año es muy largo, tiene muchos días, pero no todos ellos tienen la misma importancia cuando, con el tiempo, volvemos la vista atrás con la sana intención de hacernos un autohomenaje disfrutando de los recuerdos.
Ayer, por ejemplo, fue uno de esos días señalados para algunos de los que hoy terminarán en Madrid esta Vuelta a España 2012. Uno de esos días que tienen un valor añadido, que pueden valer incluso por un año, aunque también hay excepcionalmente esos que valen por toda una vida.
Podía ser un buen día para el australiano Clarke, ganador final del Gran Premio de la Montaña, pero antes tenía que filtrarse en la previsible fuga y una vez allí, debía pasar en cabeza en los tres primeros puertos de la jornada; y eso es lo que ocurrió. Así lo hizo y, se puede decir, que ayer rematando el trabajo de las tres semanas anteriores, hizo el año —que no lo años—.
También hizo el año Denis Menchov, levantando el brazo con rabia en la Bola del Mundo. Se metió en la fuga buena, en la que contó con el apoyo de su compañero Ignatiev, y lo que podía también interpretarse como un movimiento táctico que anunciaba un ataque suicida de Purito buscando la oportunidad perdida, se convirtió en una oportunidad de reivindicación del orgullo herido. Denis ayer también hizo el año, me alegra mucho haber tenido la oportunidad de vivirlo, después de que en el Tour todas las expectativas se viniesen abajo en un mal día. Un antiguo ganador de un par de Vueltas, no se merecía marcharse de aquí sin su buena dosis de protagonismo. Y eligió un buen día para hacerlo.
Un ataque suicida de Purito buscando la oportunidad perdida, se convirtió en una oportunidad de reivindicación del orgullo herido
Y como no, otro que hizo el año ayer fue el que finalmente se vestirá hoy el último maillot rojo en Madrid, Alberto Contador. Aunque en este caso y en cuanto a los días, hay que reconocer que la intensidad del día de ayer, supongo, estará un punto por debajo del día de Fuente Dé, en el que sentenció la Vuelta en aquella soberbia exhibición de ciclismo. Aquel fue el verdadero día en el que hizo el año, ayer fue tan sólo el día de poner la guinda al pastel. Contador, feliz en la victoria, yo diría que más incluso que en otras ocasiones, se deshacía en elogios hacia sus compañeros y el público. Necesitaba el apoyo de su equipo y lo ha encontrado, y por el camino, se ha ido encontrado igualmente el cariño del público. Enhorabuena, Alberto.
Curiosamente, también había elogios en la rueda de prensa de Contador, —“ahora sí está ganada”, dijo por vez primera— hacia Froome, finalmente cuarto en la general y totalmente alejado de la lucha por el podio. Froome no ha hecho el año en la Vuelta, eso ya lo hizo en el Tour en aquellos días en los que demostró ser más fuerte que su líder en la montaña. Pero en esta Vuelta ha cedido sin reventar nunca totalmente, y ha debido pagar la factura de los esfuerzos del Tour unida al peso de la presión del resultado, la condición de líder que nunca había tenido hasta ahora de manera plena con excepción de aquella oportunidad puntual forzada por las circunstancias de la Vuelta a España del año pasado. Por las palabras de Alberto se deduce que es el corredor que más le inquieta cuando mira al futuro, y ha querido remarcar su admiración y respeto por la progresión demostrada por el británico-keniano este año.
Y no quiero olvidarme de Valverde y Purito. Valverde hizo el año un día del julio pasado, en aquella etapa ganada en los Pirineos en el Tour. Gracias a aquello le hemos visto aquí de esta manera. Y aunque no ha ganado la general por puntos, sí que ha sido el “líder de la regularidad” por su forma de correr.
Y por último, y no casualmente, qué decir de Purito, al que me niego a catalogar como el derrotado de la Vuelta porque no lo ha sido. Purito aquí ha ganado mucho más que tres etapas, tercero en el podio, la regularidad y la combinada. Él ha dicho que “por supuesto, el más fuerte ha ganado, la general nunca miente”. Y no seré yo quien se lo discuta si él lo dice. Pero conociendo su ironía y viendo su comportamiento en la Bola del Mundo, no termino yo de coger el punto a esas palabras.
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