Ferrer se ilumina en Nueva York
El alicantino derrota 7-5, 7-6 y 6-4 en octavos a Gasquet Se convierte con Nadal en el único español que ha jugado los cuartos de todos los grandes en el mismo año
Es 7-5, 7-6 y 6-4, victoria de David Ferrer frente al francés Richard Gasquet en octavos del Abierto de Estados Unidos. Es eso y es más: una brecha que va cerrando, una herida que ya casi no supura, una marca que va poniendo el sello a una temporada más que notable.
“Poco a poco saliendo de esta”, se escriben el domingo Ferrer y Feliciano López, amigos y cómplices desde hace años, antes de saber que el duelo de octavos del alicantino estará marcado por las interrupciones por la lluvia. “Esta” es la amarga experiencia de no conseguir medalla en los Juegos Olímpicos de Londres tras gozar de cuatro puntos de partido que aseguraban ese premio. “Esta” es la depresión competitiva consecuente. “Esta”, finalmente, queda definitivamente olvidada cuando el español llega a los cuartos de final del último grande del año, derrotando, precisamente, a Gasquet, para más señas el hombre que privó a los dos amigos de ganar la medalla de bronce cuando les tumbó junto a Julien Benneteau.
La victoria libera de los grilletes de la ansiedad a Ferrer, que peleará contra el vencedor del Tipsarevic-Kohlschreiber por las semifinales, y le sube la nota a su 2012 al poner su nombre en muy exclusiva compañía: solo otro tenista español (Rafael Nadal) había conseguido disputar los cuartos de los cuatro grandes en el mismo año.
Fue un triunfo a contracorriente. “Estoy cansado”, dice antes del duelo el español. Llega entonces la hora señalada. No importa que la lluvia retrase el comienzo de su encuentro con Gasquet y que luego lo interrumpa con 7-5, 7-6 y 2-2 y con 7-5, 7-6, 4-3 y 15-30. Poco cuenta que el francés tenga cuatro puntos de set para hacer suya la segunda manga, incluyendo un 0-40 que parece irremediable. Nada influye la mala jornada al saque del español, que dispara ocho dobles faltas y tiene que armar el juego con un pobre 47% de primeros servicios. Esto es Nueva York, esto es la Gran Manzana, y Ferrer ataca.
Aquí, en 2007, el alicantino salvó un punto de partido en contra frente al argentino David Nalbandian. Aquí, ese mismo año, logró su primera victoria sobre cemento contra Nadal justo cuando el reloj se acercaba a las dos de la madrugada, el segundo final más tardío de la historia del Abierto. Aquí, esa temporada, llegó a las semifinales de un grande por primera vez en su carrera y descubrió que él también podía ser competitivo en pista rápida. Ese resultado, cosechado mientras visitaba McDonalds de madrugada para comerse un buen Big Mac, cambió su carrera: ahogado por los estrechos límites de la gira de arcilla, cada vez con menos torneos, el alicantino inició una metamorfosis que le ha permitido anclarse entre los cinco mejores del mundo.
En Nueva York, Ferrer se aprovecha de su perfil bajo como en pocos sitios. En la ciudad que nunca duerme, donde todos los focos apuntan a Federer, a Djokovic y a Murray, él aún no se ha asomado a la pista central y al horario nocturno. Esa doble circunstancia le evita enfrentarse al endiablado viento de la Arthur Ashe, que tanto perjudica a los tenistas que no tienen en el saque un seguro, y al agotamiento de volver al hotel de madrugada, cuando solo las ratas ocupan las aceras neoyorquinas. Del mismo modo, Ferrer, libre de los agobios de la fama planetaria, puede pasearse por la ciudad, acercarse a los musicales, e incluso cenar en céntricos restaurantes junto a su técnico, el médico y el fisioterapeuta de la federación, sin que nadie le moleste.
Así mantiene Ferrer vivo su sueño neoyorquino. Así, grito al aire y puño apretado, celebra lo que se le viene encima: si la lluvia lo permite, peleará en Nueva York por alcanzar sus segundas semifinales grandes (tras Roland Garros) de 2012.
Otros resultados: Octavos de final. Partidos suspendidos por la lluvia. Hombres. N.Djokovic (Ser.)-S. Wawrinka (Sui.), 2-0. A. Roddick (EEUU)-J. M. Del Potro (Arg.), 6-6 (1-0). J. Tipsarevic (Ser.)-P. Kolshreiber (Al.), 5-2. Mujeres. M. Bartoli (Fr.)-M. Sharapova (Rus), 4-0.
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