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“Hasta los 27 años no maduré”

Emre, el centrocampista del Atlético de Madrid espera debutar hoy en la Supercopa de Europa con su nuevo equipo

Jordi Quixano
Emre, en la ciudad deportiva del Atlético de Madrid.
Emre, en la ciudad deportiva del Atlético de Madrid.Álvaro García (EL PAÍS)

Tiende la mano para saludar, sonríe y bromea sin importarle el qué dirán. Emre Belozoglu (Estambul, Turquía; 1980) es abierto, educado, de ideas claras y fútbol elegante. Durante un ejercicio del entrenamiento previo a la entrevista, exigente en el pase y la velocidad del balón, patinan sus compañeros. Él no falla. Su zurda hila fino por más que aún no haya debutado con el Atlético. Espera hacerlo hoy en la Supercopa europea ante el Chelsea.

Pregunta. ¿Va a jugar?

Respuesta. La ilusión la tengo porque sé lo que es ganar este título [con el Galatasaray, en 2000, ante el Madrid]. Me siento con experiencia, con ganas, aunque respeto la idea del Cholo si no me saca. Pero, cuando me dé la oportunidad, quiero jugar siempre.

P. Siempre le gustó conducir el balón, tenerlo cerca, repartirlo... ¿Es ese también su objetivo en el Atlético?

R. Me encanta ser el actor principal sobre el césped. Si ordenaba al Inter a los 20 años, puedo hacerlo en el Atlético a los 32. Sobre todo, porque este equipo tiene talento y muy buen fútbol.

P. ¿Por qué no optó por ofertas exóticas de sueldos exagerados?

R. Porque el dinero es secundario y porque aún tengo tres o cuatro años de fútbol a nivel alto. También porque quiero ser un ejemplo para mi país. El futbolista turco es muy cómodo. Prefiere quedarse cerca de la familia y como allí pagan muy bien… Tendría que pensar más en su carrera. Aquí no se gana tanto, pero hay más calidad. La Liga es la Liga.

P. Dice que le quedan tres o cuatro años de buen fútbol…

R. Si vivo, como y duermo bien, aguantaré hasta los 36. El curso pasado pesaba 76 kilos y jugué 45 partidos. Ahora peso 72 y me siento como uno de 20 o quiero sentirme así porque, a veces, tras los partidos, no es fácil moverse.

P. ¿No le preocupan las lesiones, una constante suya?

A los 21, es difícil ser profesional: no vivía bien, no dormía... Siempre estaba cansado

R. Me lesioné al final de mi etapa en el Inter y sobre todo en el Newcastle. Era demasiado joven. No vivía bien, no dormía… No es que saliera de fiesta, pero siempre estaba con amigos y me quedaba hasta las cuatro de la mañana jugando a la Play, a las cartas... Si tenía un día libre, me iba a Estambul. Siempre estaba cansado. No es fácil ser profesional a los 21 años. Te piden autógrafos, te dan dinero…

P. No debió de ayudarle que le llamaran nada menos que el Maradona del Bósforo.

R. Siempre he tenido claro que Maradona solo hubo uno, pero sienta bien. La historia es que a los 27 años maduré y entendí que el fútbol era mi vida, que era un jugador profesional.

P. ¿Qué es lo que más le gusta del fútbol?

R. Yo juego para mis compañeros y mi entrenador, pero, sin duda, no hay nada más bonito que los aplausos de los hinchas.

P. Los del Fenerbahçe le despidieron en el aeropuerto...

R. Siento que están detrás de mí y saben que mi corazón está con ellos. Sé que no les gusta que me haya ido, pero el Fenerbahçe es mi equipo y mi vida por más que mi sangre esté ahora con el Atlético.

P. La sangre, precisamente, se le calentó demasiado contra Suiza en un partido clasificatorio para la Copa del Mundo de 2006, ¿no?

R. La pelea..., sí. Creo que hice más en el campo que fuera, pero me suspendieron por seis partidos porque soy turco. Si eso lo hace uno de otro equipo, como Francia o Italia, no le cae ese castigo. Pero volvería a hacer lo mismo. Ellos fueron duros y se les permitió. Nosotros lo fuimos y no se nos permitió. Cosas que pasan.

P. Por desgracia, también le tocó vivir un accidente de tráfico en el que murió una persona. ¿Cómo se convive con ello?

R. Me sentí fatal porque yo no quería atropellar a nadie. Se me cruzó en la autopista. Me hundí porque era un padre de tres hijos. Dios sabe la verdad y, por suerte, he podido ayudar a esa familia.

P. ¿Perdió el fútbol protagonismo en su vida?

R. Más bien, entendí que lo importante es la familia.

P. ¿Cómo le sentó que le acusaran por tres casos distintos de racismo en Inglaterra?

R. Mal. A los periodistas ingleses les gusta mucho el escándalo. Si fuera racista, también lo sería fuera del campo. Y mi religión dice que todas las personas son iguales a los ojos de Dios.

P. ¿Ha visto jugar a este Chelsea?

R. Juega muy bien, pero, si nos concentramos y somos solidarios, ganaremos. Ellos tienen un presupuesto enorme, pero para hacer un equipo lo importante es el técnico y los jugadores con carácter. Aunque hay una realidad: con dinero compras grandes nombres.

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