Folger brilla, Salom es el más pillo

Fue una carrera extraña. Había parado de llover poco antes de que arrancara la prueba, después de toda una noche bañada por agua. Así que la pista estaba mojada y la carrera se declaraba en mojado, pero la inmensa mayoría de pilotos optaba, tras largos debates y reflexiones, por calzar sus motos con neumáticos lisos. Y rezaron para que no volviera a llover. La inmensa mayoría acertó. No lo hizo Efrén Vázquez, que salió como un tiro con sus gomas rayadas, perfectas para una pista empapada, aunque no tanto para un circuito que drena muy bien y va marcando un carril prácticamente seco a poco que corre el viento y un puñado de motos limpian la pista. El vasco se puso en cabeza y empezó a tirar, pero no tardó más de tres vueltas en ceder su posición a Jonas Folger, valiente cuando el asfalto estaba todavía húmedo, con algunos charcos.

El alemán, nuevo fichaje de Aspar, a quien se le han escapado los resultados este año hasta que la semana pasada, en Indianápolis, el chico, de 19 años, se subiera al podio en su primer fin de semana con el equipo valenciano, tiró y tiró de su máquina, combinación de motor KTM y chasis Kalex, para abrir brecha mientras sus rivales se lo tomaban con cautela. Fue osado y tuvo premio. Iba aumentando el ritmo a medida que la pista iba pasando de mojada a húmeda y luego a prácticamente seca. Le seguían, de lejos, pilotos locales como Kornfeil o Popov, un invitado a la carrera en su casa, que terminó por los suelos, además del británico McPhee, sustituto del lesionado Webb, y del malayo Khairudin, que también cayó. Los que terminaron lo hicieron mucho más atrás, pues cuanto más seca estaba la pista más arriesgaban los protagonistas de la categoría.

Los favoritos al título: Cortese, Viñales y Salom se lo habían tomado con toda la calma que la situación y su última batalla cuerpo a cuerpo -que terminó con Viñales por tierra a falta de dos curvas para el final- requerían. Eso sí, al tiempo que trataban de rodar a un ritmo adecuado para una pista en condiciones traicioneras, no se perdían de vista los unos a los otros. Cortese lideraba un grupo al que también se sumaron Alex Rins, a la postre quinto, o Miguel Oliveira, y miraba de reojo a Viñales, que se puso las pilas a siete vueltas para el final, cuando empezó a marcar vueltas rápidas.

A falta de cinco giros la selección natural dejó, con Folger delante y en solitario, al trío protagonista más Rins persiguiendo a Kornfeil, el único superviviente de los que habían tratado, sin éxito, de cazar al alemán. Terminaron adelantándole, los cuatro, en la última vuelta. La pelea por el podio terminó siendo tan salvaje como lo fue la de la victoria de la última carrera. Y volvió a ganar el mismo, el más pillo, el que menos contaba, el que llegaba de más atrás: Luis Salom firmó la vuelta rápida de la carrera a falta de dos giros para el final. Se enganchó a Viñales y Cortese, y después de que todos se deshicieran de Kornfeil, aún le quedaron fuerzas de adelantar primero al catalán y luego al alemán.

Cortese no terminó demasiado satisfecho por aquello de que le birlaran la segunda plaza pero bordó una carrera magnífica y, al fin y al cabo, hizo lo que debía, terminar por delante de Viñales, que pierde unos pocos puntos más en su lucha por el campeonato. Ahora son 32 puntos los que le separan. Mientras Salom sigue recortando la diferencia. Ahora está a 19 de Viñales y a 51 de Cortese.