Gol de madrugada y a dormir

Con victoria in extremis del Mallorca y cuando faltaban ocho minutos para la una de la madrugada, concluyó la primera de las sesiones golfas de esta Liga. Un horario que, según Caparrós, “no es el mejor para potenciar el fútbol” y que, para Pochettino, “es más para dormir que para jugar”. A la sensación general de extrañeza contribuyó una estrambótica ceremonia que se celebró antes del encuentro: la purificación del terreno de juego según el rito maya, que vino precedida por la actuación de varios grupos de mariachis. El montaje, cortesía de los patrocinadores mexicanos de los dos equipos en liza, transcurrió ante la mirada perpleja de los escasos aficionados que sacrificaron la noche del sábado para acudir al Iberostar Estadi.

Cuando finalmente dio comienzo el partido, todo el mundo espabiló de golpe. El Espanyol enseguida dio señales de alarma. En apenas dos minutos se vio superado por dos llegadas con peligro desde cada una de las bandas. Por el flanco izquierdo, Nsue dejó atrás a Capdevila, que volvía a enfundarse la camiseta blanquiazul 13 temporadas después. Hemed recibió en el área pequeña y, sin oposición, tuvo tiempo de sobra para darse la vuelta y batir a Cristian. Pero la defensa del Mallorca no estaba mucho más ajustada: no habían pasado ni tres minutos cuando, a la salida de un saque de esquina en campo contrario, un balón largo pilló a todo el mundo con el pie cambiado y habilitó a Wakaso, que selló su debut con el gol del empate.

La dinámica de ocasiones claras se mantuvo, de área a área, durante toda la primera mitad y evidenció que tanto Mallorca como Espanyol son, hoy, dos conjuntos a medio hacer. Caparrós se muerde las uñas a la espera de al menos dos fichajes que le permitan fijar una referencia clara en el ataque y, sobre todo, apuntalar una defensa que formó con un debutante en Primera, Ximo, y con Bigas como central de circunstancias. El técnico andaluz no dudó a la hora de dar la batuta del juego a uno de sus nuevos fichajes, Javi Márquez, recién llegado, precisamente, desde Cornellà. Pero, en un partido que obvió el círculo central, al barcelonés le costó encontrar su sitio.

Tras el descanso, los periquitos parecieron acusar el esfuerzo físico. Sin alharacas, y ya de madrugada, el Mallorca mantuvo mejor el tipo. Tuvieron opciones de gol Nunes, que cabeceó un córner al palo, Marc Fernández y Pereira, pero fue de nuevo Hemed quien puso el 2-1 en un marcador inmóvil desde las 23.06 del día anterior.