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Unzué pacta su adiós silencioso

El técnico navarro, despedido sin contrato a falta de unos días para empezar la temporada con el Racing, llega a un acuerdo con el club para marcharse sin polémicas

Javier Lafuente
El exentrenador del Racing de Santander Juan Carlos Unzué (izquierda) a su llegada a la rueda de prensa.
El exentrenador del Racing de Santander Juan Carlos Unzué (izquierda) a su llegada a la rueda de prensa.Esteban Cobo (EFE)

El Racing ha vuelto a vivir una de esas rocambolescas mañanas a las que tiene acostumbrado últimamente. Esta vez era el turno para el ya exentrenador Juan Carlos Unzué, que ha ofrecido una rueda de prensa para explicar su versión de por qué el lunes, a seis días del comienzo de Liga, dejó de ser el preparador del equipo cántabro, que encara a partir del domingo el reto de volver a Primera ante la UD Las Palmas (19.00). El técnico navarro, que ha evitado la palabra “traición” a la hora de referirse al Consejo de Administración, sí admitió que se va “desilusionado”, aunque insistió que no lo hace “ni por dinero ni por ser un tipo que no negocia”.

La comparecencia de Unzué estuvo pendiente de un hilo toda la mañana. En principio, se estimaba que fuera a la una del mediodía; se pospuso media hora, aunque todavía no se sabía muy bien el sitio. El motivo era obvio: si el técnico llegaba a un acuerdo amistoso con el club, este podría despedirse en El Sardinero, arropado por todos los jugadores, que fueron a mostrarle su apoyo como ya hicieron el pasado lunes. Si no, Unzué hubiese comparecido en un hotel cercano al estadio. A la 13.40, con la plantilla y los periodistas expectantes, José Campos, consejero del Racing, después de muchos dimes y diretes, confirmó que el acto tendría lugar en la sala de prensa del estadio, después de que ambas partes llegasen a un preacuerdo económico.

“Sabía que iba a tener dificultades al venir aquí y las he tenido” Juan Carlos Unzué

Junto a Unzué estuvo sentado en todo momento el presidente del club, Ángel Laví, Harry, mano derecha de Francisco Pernía, expresidente, que sigue teniendo control absoluto en el club. Con cara de circunstancias, Lavín cedió todo el protagonismo a un Unzué, que midió muy mucho sus palabras, arropado por todos los jugadores de la plantilla.

A pesar de estar avisados por los administradores concursales -el Racing salió de consurso de acreedores a finales de junio- de que el contrato de dos años, más un tercero opcional, era imposible de asumir por el club, en una situación económica límite, los miembros del Consejo de Administración, dijo Unzué, le habían asegurado que una vez cesados los administradores el contrato llegaría a buen puerto. Una palabra en la que confió el entrenador y que nunca se cumplió. “Sabía que iba a tener dificultades al venir aquí y las he tenido”, admitió en su comparecencia. Empezaron los problemas y se inició el toma y daca entre el club y Unzué, cuyo valedor, Manolo Saiz, consejero y director deportivo desde que tomara las riendas la nueva directiva a finales de mayo, ha quedado más que entredicho tras este episodio.

El técnico navarro rechazó usar la palabra “traición” cuando fue preguntado por la actitud del club

Unzué explicó que, en un primer momento, estuvo dispuesto a cambiar la cláusula de indemnización que había acordado con el club y, viendo que el asunto se complicada, incluso accedió a firmar finalmente por un año, algo que en un primer momento se negó. Para entonces el club ya había decidido prescindir de sus servicios. El motivo que le dio el presidente, según comentó el técnico navarro, fue que las garantías de continuidad no se mantenían para su cuerpo técnico. Algo que, traducido en números, no suponía más de 60.000 euros, según fuentes de la negociación. “El detalle que decide es ese, no sé si detrás hay más cosas”, ha asegurado. Para entonces, lo cierto es que el Racing ya había iniciado los contactos con Fabri, su sustituto y actual inquilino del banquillo.

El técnico navarro rechazó usar la palabra “traición” cuando fue preguntado por la actitud del club, que le ha tenido preparando al equipo toda la pretemporada a sabiendas que no podía afrontar su contrato. Tampoco quiso entrar a valorar si su despido se debía a que era un fichaje de Manolo Saiz, que mantiene una guerra interna con el resto del consejo. Lo único que admitió Unzué es que se va “desilusionado” y agradeció la presencia de los jugadores, con los que en apenas dos meses había empatizado mucho. “Para nosotros ha sido un palo muy duro, teníamos que estar aquí porque se lo merece”, ha asegurado Mario, el portero y capitán del Racing, una plantilla construida y preparada por Unzué, y que a menos de una semana del inicio de la campaña ha visto cómo el inquilino en el banquillo cambiaba.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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