Once medallas después de Mannheim

1980. Año en que John Lennon fue asesinado. También cuando Egipto e Israel establecieron por primera vez relaciones diplomáticas y Estados Unidos boicoteó los Juegos Olímpicos de Moscú. Un año en el que se gestó una hornada sensacional, la de los júnior de oro. Ahora ya, 32 años y once medallas después, historia viva del baloncesto español.

Todo empezó en 1998, en Mannheim (Alemania), el Mundial oficioso de la sub-18. Ya habían coincidido en las categorías inferiores, pero esa fue la primera cita importante en la que Pau Gasol (Barcelona, 1980), Juan Carlos Navarro (Sant Feliu de Llobregat, Barcelona, 1980) y José Manuel Calderón (Badajoz, 1981) levantaron un título con la camiseta de España. Para ello tuvieron que eliminar a la siempre poderosa Estados Unidos (16 títulos) en semifinales y a la Australia de David Andersen en la final.

Luego vino el primer título oficial: el Europeo Júnior (1998), un campeonato que otros grandes del baloncesto español como Alfonso Reyes (bronce en 1990) y Carlos Jiménez (bronce en 1994) no pudieron nunca levantar. Pero los Pau, Navarro, Raül López (Vic, Barcelona, 1980), y Felipe Reyes (Córdoba, 1980) ya desde pequeños parecían hechos de una pasta especial. Tuvieron que superar a la Rusia de Kirilenko (73-97) y a la Grecia de Fotsis (88-89) en su camino a la final, donde se las vieron con Croacia (81-70).

Su condición de campeones de Europa otorgaba a los júnior el cartel de aspirantes al título en el Mundial de Lisboa (1999). Ganaron con facilidad los primeros partidos, pero la verdadera prueba llegó en semifinales, donde esperaba Argentina. Los españoles se clasificaron in extremis gracias a dos tiros libres anotados por Raül López en los últimos segundos. La final fue contra Estados Unidos, que venía de ganar todos sus partidos con una media de 24,7 puntos de diferencia (unos con una diferencia de 60 puntos y otro solo de cinco). Como ya ocurrió en Mannheim, los norteamericanos perdieron el título (87-94) y los españoles se convirtieron en los júnior de oro.

En el Europeo sub 20 celebrado en Ohrid (Macedonia, 2000), los júnior de oro no pudieron continuar con su racha ganadora. Perdieron con Israel en semifinales (69-65), aunque se resarcieron de la derrota con una victoria que valió la medalla de bronce contra Croacia (77-82). Juan Carlos Navarro, que hasta entonces había sido el líder del grupo, no estuvo en la cita porque ese mismo verano dio el salto a la máxima categoría junto a Raül López para participar en los Juegos de Sidney. España solo pudo ser novena en la cita olímpica.

La temporada 2000-2001 fue el punto de inflexión en la carrera de Pau Gasol. El pívot fue la estrella de la final de la Copa del Rey que se celebró en Málaga. Ese mismo año fue elegido en tercera posición del draft de la NBA. Raül López también fue seleccionado en la primera ronda, en vigésimocuarta posición.

Ese verano Felipe Reyes y Pau se incorporaron a la selección absoluta y jugaron el Eurobasket de Turquía. En semifinales, la Yugoslavia de Bodiroga echó a los españoles de la lucha por el oro (78-65), así que tuvieron que conformarse con el bronce. Los 43 puntos que anotó Nowitzki no fueron suficientes para doblegar a la escuadra española (90-99). Pau Gasol metió 31 puntos y cogió 10 rebotes.

En 2002, Javier Imbroda convocó a José Manuel Calderón para disputar el Mundial de Indianápolis. Los júnior de oro cobran cada vez más protagonismo en la máxima categoría, pero, a pesar de todos los logros obtenidos hasta entonces, el campeonato fue un jarro de agua fría para los españoles: fueron derrotados en cuartos de final por la Alemania de Nowitzki (62-70). En el partido por la quinta plaza, los de Imbroda vencieron a Estados Unidos (75-81), hazaña que los españoles solo habían conseguido una vez (en el mundial de 1982 en Colombia, durante la primera fase).

La siguiente cita internacional fue el Eurobasket de 2003, celebrado en Suecia. España llegó hasta la final, pero no pudo ganar el campeonato: perdió con la Lituania de Macijauskas y Jasikevicius por 93-84. Pau Gasol, ya líder absoluto y referencia de la selección, metió 36 puntos y cogió 12 rebotes. Fue el máximo anotador del torneo.

Los españoles se estaban luciendo en los primeros partidos de los Juegos de Atenas, en 2004. Pero, en cuartos, apareció el coco: Estados Unidos. La diferencia entre uno y otro equipo es que los españoles habían hecho los deberes en la primera ronda y habían quedado líderes de grupo, pero los norteamericanos perdieron con Puerto Rico y Lituania. Por eso se cruzaron. EE UU despertó del sueño olímpico a España, que nunca dejó de dar la cara (94-102). El base de los Knicks Stephon Marbury se erigió como el verdugo español con sus triples: anotó 31 puntos, 18 desde más allá de la línea de tres (67% de acierto). La superioridad demostrada por España durante todo el torneo también era percibida por los propios jugadores. José Manuel Calderón dijo durante los Juegos de Londres que la gente “piensa que se nos escapó la medalla de oro en 2008; yo creo que se nos escapó en 2004. Tuvimos la mala suerte de que, hace ocho años en Atenas, Estados Unidos quedó cuarto de grupo, nos tocó en el cruce y encima les salió el partidazo de su vida, de manera inesperada, porque durante el torneo para nada jugaron como un equipo y por eso quedaron cuartos. Pudieron haber sido nuestros Juegos, hubiéramos podido ganarlos”.

En el Eurobasket de Serbia (2005), Pau Gasol decidió tomarse un descanso y la ausencia del pívot pesó demasiado para el equipo español, que quedó en cuarta posición. Nowitzki volvió a interponerse en el camino español (74-73) y La Roja se quedó fuera en semifinales. Aún tenían una oportunidad para conseguir medalla, pero Francia ganó por 30 puntos de ventaja (98-68) a España y se llevó el bronce.

Después de la decepción del Eurobasket de Serbia tocaba resarcirse en el Mundial de Japón (2006). Los chicos de Pepu lo hicieron de la mejor forma posible. Si hasta las semifinales España se dio un paseo militar en Japón, en el partido contra Argentina se sufrió todo lo que no se había sufrido antes. Todo se decidió en el último suspiro, y sin Gasol, lesionado, en cancha. España ganaba de uno y decidió no hacer falta cuando faltaban 19 segundos para el final y la posesión era de Argentina. Nocioni falló el tiro definitivo y Rudy Fernández cogió el rebote que precipitaba a España a la final del Mundial. En el último partido La Roja no dejó escapar la oportunidad. El rival, con más mérito que nombre, era Grecia, por entonces campeona de Europa y la culpable de que la Estados Unidos de LeBron James se tuviera que conformar con el bronce en el campeonato. España no dio opción alguna a los griegos (47-70) y, por primera vez en su historia, se coronó como campeona del mundo.

Pero si contra Argentina la suerte favoreció a España, en el Eurobasket de 2007, en Madrid, Holden se encargó de equilibrar el karma. Su canasta entró, mientras que la réplica de Pau Gasol no. Conclusión: Kirilenko se llevó el Eurobasket y España tuvo que conformarse con la plata en casa (59-60).

Final de los Juegos Olímpicos de Pekín, año 2008. Fue el mejor partido entre selecciones de la historia. El mejor baloncesto entre dos equipos colosales. Un choque épico donde el resultado, aunque dolió, fue lo de menos. La derrota más dulce. Fue todo eso hasta el domingo pasado, cuando España y Estados Unidos volvieron a dar un recital en Londres y la selección estuvo incluso más cerca que en Pekín de conseguir el oro olímpico.

Era la séptima final de Eurobasket para España (Polonia, 2009). Las seis anteriores las había perdido. Esta vez el rival era Serbia, equipo que en el primer partido del campeonato había doblegado a España por 66-57. En la final, no se repitió la historia. Pau Gasol estaba enchufado (18 puntos), como todo el equipo español. Al descanso, la ventaja era de 24 puntos. La Serbia de Teodosic no pudo impedir que, por fin, España levantara su primer título continental (85-63).

Tras el fiasco del Mundial de Turquía, donde Teodosic, con un triple de más de ocho metros a cuatro segundos del final –y con empate a 89 en el marcador-, dejó fuera a España, llegó la oportunidad de resarcirse en el Eurobasket de 2011. Si costó llegar a la cima europea, no tanto mantenerse. España volvió a ganar con facilidad en 2011, esta vez, contra la Francia de Tony Parker (98-85). La única derrota del torneo fue contra Turquía, en el último partido de la primera fase.

La última función de los júnior de oro fue en los Juegos de Londres. Los jugadores españoles llegaron a la final entre dudas y especulaciones, pero las desterraron todas de un plumazo en la final. Los americanos vieron peligrar un oro que creían seguro y la Roja se quedó a un solo paso de la gloria más absoluta (107-100). El próximo cruce entre las dos mejores selecciones podría ser en el Mundial de 2014, en Madrid.