Lemaitre, la bestia competitiva
El francés es el único blanco en la final de 200 metros de esta noche
En 1960, Abdou Seye se colgaba el bronce en los Juegos Olímpicos de Roma en los 200m. Senegalés, corrió con dorsal tricolor y se convirtió en el primer sprinter francés en conseguir una medalla olímpica. Esta noche Christophe Lemaitre, único blanco en la carrera, luchará por una medalla, aunque lo tiene muy difícil. Ayer realizó un tiempo discreto (20,03s), terminó tercero su serie, y se clasificó en la repesca por tiempos. “Me costó acelerar y cuando he salido de la curva no me encontraba cómodo, me molesta bastante porque creía que tenía superado ese problema”, declaró.
Lemaitre renunció unos días antes de llegar a Londres a correr su distancia preferida, los 100m. Lo hizo porque piensa que en 200m se puede colgar una medalla. “Me horroriza perder”, comentaba en los medios franceses antes de viajar a los Juegos. El corredor llegó de casualidad al mundo del atletismo. Aficionado al balonmano, rugby y fútbol, una carrera de 50 metros en el día de la fiesta del deporte de Belley, localidad idílica situada en los alpes franceses, a los pies del Grand-Colombier, fue el comienzo de su vida atlética. Espigado y rápido, dejó atrás a sus rivales y llamó la atención del organizador de la prueba, Jean-Pierre Nehr, que minutos antes había pintado con una tiza una recta irregular donde corrieron los chavales de 14 años. Nehr, impresionado al ver la velocidad de Lemaitre, telefoneó al entrenador Pierre Carraz, que acogió al joven. Era septiembre de 2005. Un mes después, el rubio enclenque corría los 100 metros en 11,80s. Semanas después rebajaba la marca a 11,40s. En 2010 se convertía en el primer blanco en bajar de los 10 segundos al parar el reloj en 9,98s.
Busca la medalla y acabar con el récord europeo del italiano Mennea (19,72s) de hace 32 años
Carraz, con 70 años, acompaña al atleta en Londres. También en Francia. Lemaitre se entrena apartado del mundo, en el pequeño club Aix- les-bains. Los abductores son su punto débil. Por eso ha sacrificado la carrera de 100 metros. También le ha costado coordinar su cuerpo de 1,88m, algo que ha conseguido corregir Carraz con mucho entrenamiento fuera de la pista. Su punto fuerte, la cabeza. Es un animal competitivo. En una entrevista a una web especializada en atletismo, athlenergy.com, su entrenador comentaba que la cabeza es lo que más le impresiona del francés. “Tiene fibra muscular, la velocidad está en sus genes pero en los que verdaderamente destaca es en su capacidad mental. Es una bestia competitiva. Le gusta la adversidad. Siempre bate sus récords personales en las grandes competiciones”. Grande es la carrera de esta noche con Bolt, Blake y los mejores velocistas del mundo. Un reto colosal para las piernas y la cabeza del francés, de 22 años, que persigue la medalla y también acabar con el récord europeo del italiano Pietro Mennea (19,72s) de hace 32 años.
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