Cal sueña con cinco medallas

El Támesis es un río de aguas transparentes que discurre trazando agradables meandros al oeste de Londres. En una de esas sucesiones de valles regados por las curvas del río se encuentra el castillo de Windsor y el colegio de Eton con sus establos, sus hipódromos privados y sus pistas para regatas. Desde el extremo del canal más elitista del Reino Unido, el cuádruple medallista olímpico español David Cal señala las banderitas agitadas por el viento.

“El viento va a entrar un poco cruzado”, dice. “Yo en la pista siete voy a estar bastante protegido. Pero según entre el viento, si sopla por un lado favorece más a los diestros y si sopla por otro favorece más a los zurdos. Los cuatro favoritos somos zurdos. Y si el viento sopla así, como dice la predicción, ayudará a los diestros porque les permitirá ir rectos sin hacer sobreesfuerzos con la pala. En teoría, por la calle siete tendré una mejor posición que mis rivales directos porque voy a estar un poquito más tapado en los últimos 200 metros. Los que se van a volver más peligrosos son los diestros, como el canadiense Mark Oldershaw o el francés Mathieu Goubel, porque el viento los va a ayudar”.

Esto es un ‘sprint’, pero aún así tienes tiempo de pensar tácticamente”

Este gallego tranquilo de Cangas de Morrazo camufla con su carácter pacífico a un competidor feroz. David Cal es un hombre de acción que sabe dar más paladas que nadie en 1.000 metros pero que sólo habla para decir lo que sabe. No especula sobre la final que disputará hoy en la que puede convertirse en el primer español en conseguir cinco medallas olímpicas en la historia. Pero, como los buenos soldados, conoce a la perfección lo que se encontrará en el campo de batalla. “El actual campeón olímpico, Attila Vajda, es el tipo de palista muy duro, que no tiene una velocidad punta excesiva”, explica, repasando a los favoritos. “No es muy rápido pero es un martillo pilón. Va, va, va. Lo que le favorecen son las carreras lentas. Cuando hay viento en contra. Cuando la prueba se frena, él la maneja cómodo. Cuando va más rápida, entra más gente en juego. Para mí, cuanto más rápida sea la carrera mucho mejor. Tengo más velocidad punta que Vajda y ahí es donde mejor me desenvuelvo”.

“El checo Vadim Menkov”, prosigue el gallego, “es otro favorito para medalla. Es un poco como yo. Con las carreras rápidas es como mejor va. Y el alemán Sebastian Brendel es un poquito más todoterreno. Le van todas las condiciones”.

“Esto es un sprint”, observa Cal, sobre la prueba individual de 1.000 metros para canoa. “Pero da tiempo para pensar tácticas. Dependemos de cómo esté la pista. Porque a mí me interesa ir rápido. Pero si quieres hacer una carrera rápida y hay viento en contra se te ralentiza y no puedes hacer nada. Debes luchar contra lo que tienes”.