“¡Un borracho ha tirado una botella!”

Hubo alguien ayer que se perdió la carrera de Usain Bolt. Por muy extraño que parezca se la perdió estando sentada en la segunda fila del Estadio Olímpico. La yudoca holandesa Edith Bosh, bronce en la categoría de 70 kilos la semana pasada, ni siquiera vio salir al rayo jamaicano. Ni llegar, claro. En esos 9,63 segundos intentó parar al hombre que, sentado delante de ella, tiró una botella de cerveza a la pista. “De plástico”, según dicen los organizadores. No impactó a nadie, pero llegó a unos pocos metros del lugar de salida de Blake.

Cuando tiró la botella le di un golpe por detrás y luego se lo llevaron los de seguridad"

El hombre en cuestión ya ha sido detenido. “¡¡Un borracho que tenía sentado enfrente ha tirado una botella a la pista!! Esto es increíble. Cabreo. Falta de respeto”, escribió en su twitter anoche. “Y yo me he perdido los 100…”. Una entrada para ver la final costaba 915 euros; hubo dos millones de peticiones pero solo había sitio para 80.000. “Vi a un hombre que empezó a dar vueltas por donde estábamos sentados y que iba diciendo a la gente que era un tipo peculiar. Cuando tiró la botella le di un golpe por detrás y luego se lo llevaron los de seguridad. Aun así hizo que me perdiera la final”, declaró más tarde Bosch a NOS TV.

“Es una justicia poética que estuviese sentado al lado de una judoca…”, dijo Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos. “Aun así, no estoy abogando por ese tipo de vigilancia”.

Scotland Yard ha informado que el hombre había sido detenido por “desorden público”. Celebraban, a la vez, que no hubiese heridos. Pero Justin Gatlin, bronce en la carrera, dijo que algo percibió. “Noté una pequeña distracción general pero no sabía por qué era…”.