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Los Juegos de Neymar

El delantero, que concentra toda la atención en el fútbol olímpico y las esperanzas de Brasil, necesita un triunfo internacional para proyectarse como uno de los nuevos reyes de este deporte

Ramon Besa
Oscar, en el festejo de un gol de Brasil, hace de limpiabotas de Neymar.
Oscar, en el festejo de un gol de Brasil, hace de limpiabotas de Neymar.REUTERS

Más que un torneo de fútbol, alimentado por la necesidad de victoria que tiene Brasil, jamás campeona olímpica, en Londres se juega el campeonato de Neymar da Silva Santo Junior (Mogi das Cruzes, Sâo Paulo; 1982). A sus 20 años, Neymar aspira a concentrar en un deporte de equipo una atención particular parecida a la que tienen Michael Phelps en la natación y Usain Bolt en el atletismo, o cualquiera de las figuras de la selección de baloncesto de Estados Unidos, preferentemente LeBron James, al que el futbolista espera encontrar antes de su regreso para pedirle un autógrafo. Así de mediático es Neymar. Fracasada España, eliminada Uruguay y derrotado el combinado inglés-galés que formó la Gran Bretaña, ya no interesa el fútbol sino que la referencia es la nueva estrella del jogo bonito.

Neymar aspira a concentrar en un deporte de equipo una atención particular parecida a la que tienen Phelps y Bolt

El delantero brasileño dispone de una oportunidad que ni pintada para su consagración como estrella del deporte: no tiene competencia, la exigencia es muy relativa y el marco y audiencia tienen un impacto mundial. El triunfo le coronaría como ídolo de su país, por darle un título que ninguno de sus célebres futbolistas alcanzó, y certificaría las expectativas de negocio que ya se han organizado alrededor de su figura. La revista inglesa SportsPro publicó en mayo pasado el ránking anual de personalidades del deporte con un mayor potencial de mercadotecnia, y Neymar se había situado por delante de Messi, Cristiano Ronaldo y Bolt. Los ingresos anuales del futbolista ascienden ya a unos 13,8 millones, la mayoría procedente de la publicidad, de acuerdo a las cuentas de France Football. Funciona y mucho el icono de El Gallo.

Me inspiro en los videojuegos, de manera que en el campo pruebo los regates que practico en la consola" Neymar

Ahora se trata de adivinar si se convertirá en el mejor jugador del mundo o se conformará con ser el futbolista más idolatrado y mejor pagado. ¿Y quién no asegura que se quede a mitad de camino entre Ronaldinho Gaucho y David Beckham? Abatido el año pasado por Messi en el Mundial de Clubes, cuando el Barça goleó al Santos (4-0), y de nuevo difuminado en junio durante un amistoso Argentina-Brasil (4-3) en el que La Pulga consiguió un triplete, Neymar precisa de una competición internacional para proyectar su imagen y combatir a quienes le consideran un producto sobrevalorado. No hay duda, mientras, de que es el mejor embajador de Brasil: un estudio de Datafolha asegura que es el delantero que más y mejor regatea: 10,7 por partido (nueve veces con éxito), y el que más faltas recibe: 8,3.

Neymar también está teniendo una actuación sobresaliente en Londres. Ha marcado tres goles, dio tres asistencias y no solo ha jugado en punta, sino que acude en ayuda de los centrocampistas para suerte de la semifinalista Brasil. Tiene un repertorio ilimitado, se maneja con las dos piernas, finaliza bien las jugadas y los entendidos coinciden en que su dribling es muy creativo, cosa lógica si se atiende a su técnica, velocidad y movilidad. Los críticos se preguntan, sin embargo, si no teatraliza en exceso y no es un punto arrogante, como si fuera un niño malcriado. La mayoría le quiere ver en una Liga más exigente, enfrentar su físico liviano con los zagueros más duros, antes de pronunciarse sobre sus posibilidades de ser el nuevo rey del fútbol.

“Tengo mentalidad brasileña y, por tanto, quiero entretener a la gente y mostrar mi alegría con una pelota”, confiesa. “Me inspiro en los videojuegos, de manera que en el campo pruebo los regates que practico en la consola”. Va y viene en la cancha, se cambia dos veces las botas si hace falta durante un mismo partido y, nada más salir del vestuario, se pone los cascos para escuchar hip-hop, country o incluso góspel. Muy extravertido, baila y canta, y viste pantalón corto, camiseta y gorra de béisbol. “No puedo ir a ningún sitio sin ser reconocido”, asegura mientras se toca su cresta mohicana. “La gente me reconoce por la calle hasta en Nueva York”. El Gallo Neymar se mueve por los campos ingleses como Phelps por la piscina o Bolt y LeBron por la pista

El futuro de Mano Menezes, seleccionador de Brasil, depende de Neymar, cuyo traspaso está valorado en unos 55,2 millones, después que los ingresos de los clubes brasileños hayan aumentado un 27% por el efecto de su futbolista insignia, imagen del Mundial de 2014. La mayoría de indicios le sitúan a medio plazo en el Barça. A Neymar le encanta Iniesta. ¿Y Messi? Messi puede ser su mejor compañero, pero también es un competidor como ídolo mundial. La Pulga ya triunfó en Pekín 2008. Ahora le toca a Neymar en Londres 2012.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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