Zapateado bajo el agua
El equipo español se impone de nuevo innovar para atacar el dominio de las rusas Fuentes y Carbonell terminan terceras en el preliminar de dúo técnico
Entrelazar movimientos ligeros gracias al gesto natural del cuerpo bajo el agua. Toda una coreografía sugerente a partir del ritmo musical y el paso, acuático, de tu pareja. Es el espectáculo de la natación sincronizada, una de las disciplinas más fotogénicas de los Juegos y que más erizan la piel de los espectadores. Es, a fin de cuentas, la traslación de la delicadeza en un medio tan liviano como el del agua.
De reojo no se perderá atención a la pareja china Huang-Liu, o a las japonesas Inui-Kobayashi
El baile de la natación sincronizada se ha abierto hoy con la disciplina de parejas, en la que Andrea Fuentes y Ona Carbonell compiten por mantener esa curva ascendente en la que se ha convertido la sincro española. El reto, mejorar la plata de Pekín 2008, el objetivo, superarse a sí mismas. Tras la marcha de Gemma Mengual, sirena de referencia en la última década, Andrea Fuentes, y Anna Tarrés, capitana y seleccionadora del equipo español, proponen un paso más. El dueto español ha debutado con una coreografía flamenca Zapateado. Una danza para la que se han vestido con un bañador de lunares y que les ha colocado con la tercera mejor nota de la serie preliminar (96.000). El jueves (16:00) será el turno del equipo al completo, que se lanzará a la piscina del Centro Acuático de Londres transformado en un banco de peces gracias al bañador diseñado por Mari Fe Górriz, Marc Arañó y Dolores Cortés en la prueba libre por equipos. Para la técnica se convertirán en descendientes aztecas gracias a un nuevo traje que adornará la coreografía Tamacún.
Por encima en el primer asalto la pareja rusa Ishchenko-Romashina, mejor nota de la tarde (98.200), y las chinas Huang-Liu (96.100). “En estos Juegos Olímpicos los oros son muy difíciles, este equipo hace olor de plata porque estamos todas y todos muy ilusionados pero no hay que menospreciar a las chinas, por un lado, y a Canadá, aunque les costará más acercarse a nosotras”, aseguró Tarrés antes de partir hacia Londres.
Es el comienzo del baile acuático. Un juego de colores, en el que la emoción se descubre entre movimientos cristalinos. Es el despertar del agua, transparente y a la vista del público.
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