El ‘francotirador’ Español
Albert, uno de los muchos jugadores que han emigrado al extranjero, destaca como “cerebro y ejecutor”
A pie de piscina, la prensa no especializada y los aficionados no entendidos, puros espectadores en el Water Polo Arena, preguntan antes de empezar cada partido por Guillermo Molina, por Javier García, por Felipe Perrone, los jugadores más reconocidos de España. Al final del encuentro, sin embargo, los requeridos son Marc Minguell, Blai Mallarach y Albert Español. Más que nunca, la selección es “un equipo de 13 jugadores”, como reitera el seleccionador Rafa Aguilar y, por tanto, hay que reparar en el colectivo y su trabajo táctico más que en las individualidades. Ayer ganaron 11-9 a Grecia y ya están en cuartos.
Aunque “los muy buenos siguen siendo muy buenos”, como asegura el técnico, el nivel de la selección se ha igualado al alza por el salto de calidad y progresión que han dado jugadores como Albert Español (Barcelona, 1985). “Quizá somos más compactos desde hace un año, hemos crecido como equipo, hay menos diferencias y picos de juego”, reflexiona Español. “No se discuten las jerarquías sino que se trata de que cada uno tenga asumido su rol en el grupo. Quizá la cuestión es que todos nos sentimos protagonistas”.
A la mayoría les ha beneficiado su fichaje por clubes extranjeros, traspasos motivados por las dificultades económicas de sus equipos de origen o por decisiones personales. García y Mallarach compiten en clubes croatas, mientras que Minguell, Perrone, Molina y Español militan en la liga de Italia. “Jugar en el extranjero aumenta las exigencias. A los de fuera se les exige un plus de competitividad y profesionalidad. No puedes ser uno más del equipo. Tienes que ganarte el sueldo”, argumenta Iñaki Aguilar, jugador del CN Sabadell y antes del CN Barcelona.
Quizá somos más compactos desde hace un año
El guardameta, que no ha recibido ninguna oferta del extranjero digna de ser considerada, admira la evolución de sus compañeros y, en especial de Español, jugador del Florencia. “Albert es un francotirador, huele la sangre. En cuanto un portero se vence, en cuanto percibe su debilidad, lo remata”. “Es el ejecutor del equipo y también el cerebro, el más inteligente”, interviene Perrone. “Tiene confianza y nos transmite seguridad: en los momentos difíciles le damos la bola para que resuelva. Le tengo por uno de los cinco mejores en su faceta de rematador”.
“Ha pulido detalles, juega el partido completo, no comete errores y tiene unas cualidades naturales que los demás nunca conseguirán por más que las trabajen”, asegura Blai Mallarach de Español. “Tiene mucho talento, es muy versátil, de movimientos fáciles”, remacha Marc Minguell. “Quizá sea bastante rápido, ágil y polivalente”, responde el propio Español, más técnico que fuerte, licenciado en Ingeniería Industrial. “Jugar en Italia me ha ayudado a crecer, a ser más competitivo y asumir más responsabilidad. Eres el de fuera y estás obligado a dar un plus”.
“Te curtes y aprendes a combatir la presión cuando juegas en el extranjero”, concluye Mallarach. “Hemos mejorado y todos nos sentimos importantes”, añade. “Nos buscamos y nos encontramos todos en la piscina y el equipo se ha conjuntado más”. “Hay jugadores que necesitan buscar su espacio”, concluye el seleccionador. “Y Español lo ha encontrado en Florencia. Ha mejorado mucho últimamente. Necesitaba sentirse protagonista y sacar sus cualidades, sentirse que es alguien en el waterpolo”. Y, aunque algunos todavía le sitúen en el CN Barceloneta, Albert Español es cada vez más reconocido en Londres.
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