La emoción de la última oportunidad
La mejor generación de balonmano femenino pasa a cuartos tras vencer a Suecia (25-24) y sellar una excelente progresión
No es casualidad que se pinten la cara como guerreras ni tampoco que defiendan su suerte en cada partido como si fuera el último. La mejor generación del balonmano femenino español afronta su última oportunidad para ganar una medalla después que la mayoría haya debutado en unos Juegos. Les avala el tercer puesto alcanzado en el último Mundial de Brasil y la plata en el Europeo de 2008 y, sobre todo, su espíritu competitivo y capacidad de supervivencia, que les ha dado el pase a los cuartos de final tras una excelente progresión en Londres.
Acusaron la novatada en su debut contra Corea, les faltó experiencia después para cerrar un partido ante Francia que dominaron por cuatro goles de ventaja y les empataron en el último minuto, para a la tercera jornada derrotar de forma autoritaria a Dinamarca. Y ayer, ya muy puestas, firmaron un excelente triunfo ante Suecia (25-24), rival al que el seleccionador Jorge Dueñas no recordaba haber ganado. La posterior victoria de Noruega ante Dinamarca (24-23), próximo rival, sellaba la clasificación. “Ya perdimos el miedo y ganamos confianza”, aseguró. “El equipo está motivado y concentrado. Tengo unas jugadoras con mucho talento y personalidad para afrontar finales vibrantes como la de hoy”.
ESPAÑA, 25; SUECIA, 24
España: Navarro; Carmen Martín (2, 1 de pen), Barnó (2), Begoña Fernández (1), Eli Pinedo (3), Mangué (6), Aguilar (5) -siete inicial-, Nely Carla Alberto (6, 3 de pen), Beatriz Fernández(-), Cuadrado (-), Alonso (-), Amorós (-) y Elorza (-)
Suecia:Grubbstrom; Fogelstrom (5), Ahlm (3 de pen), Gullden (4 2 de pen), Torstensson (1), Boson (3) y Wiberg (1) -siete inicial- Agren (1), Flognman (-), Roberts (3), Wiel Freden (-), Wallen (-) y Johansson (3).
Parciales: 1-1, 2-5, 8-6, 11-7 y 11-10 --Descanso--, 13-13, 15-15, 17-17, 20-19, 23-22 y 25-24 (Final).
Árbitros: Al-Nuaimi y Omar (UAE). Excluyeron dos minutos a Mangué (2) y Eli Pinedo por parte de España. Y a Flognman y Torstensson en Suecia.
El partido fue un tobogán de emociones que se resolvió de manera dramática en los últimos momentos. Jugó España contra corriente, mermada por la lesión de Carmen Martín (sufre rotura del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda), condicionada por las dos exclusiones de Marta Mangué, muy apretada en el marcador (23-23) y resolvió después de defender en inferioridad numérica por la exclusión de Eli Pinedo. “Demostramos que el empate contra Francia fue un accidente”, subrayó Dueñas. “Hemos madurado y afinado”, añadió la excelente Silvia Navarro. A mayor reto, cuanto más difícil es la situación, mejor rendimiento.
La portero valenciana es el estandarte defensivo de la selección. “La mejor del mundo”, coinciden sus compañeras, sin necesidad de repasar la estadística: 39% de efectividad. A pesar de su baja estatura (1,69 metros), cubre la portería excelentemente con su elasticidad, rapidez y reflejos y, fuera de la cancha, cuando no se concede un respiro con la lectura, su alegría es contagiosa. “Ya desde pequeña me gustaba poder manejar una pelota y poder pararla”, recuerda, “y de ahí mi elección por el balonmano”. Anoche estuvo soberbia y a su alrededor se juntaron sus compañeras al inicio y al final, todas abrazadas y extenuadas, necesitadas de la energía de la guardameta.
Jugó España contra corriente, mermada por la lesión de Carmen Martín, condicionada por las dos exclusiones de Marta Mangué
Las paradas de Silvia Navarro son tan decisivas para el equipo como los goles de Marta Mangué (Las Palmas, 1983). Tiene tanta personalidad y su rendimiento causa a veces suficiente controversia como para que se la compare con Guti. Ya lleva cinco temporadas en el extranjero, cuatro en Dinamarca y una en Serbia, desde que el Team Esbjerg pagó los 50.000 euros de su cláusula de rescisión. Olímpica en Atenas, la jugadora de origen ecuatoguineana tiene mucho cartel en Europa. Ayer marcó seis goles, después de una actuación irregular, muy poca participativa hasta el descanso, resolutiva en la reanudación del partido.
El mérito del equipo fue precisamente apelar a la solidaridad, repartir los esfuerzos y los goles en los momentos de ausencia de la estrella y, sobre todo, mantener la tensión competitiva en un choque emocionalmente desquiciante: del 2-5 se pasó al 10-6 y después al 13-15 para acabar 25-24. “Nos jugábamos mucho”, coincidieron todas, emocionadas y muy contentas, igual que si hubieran ganado una final, la que les permite prácticamente alcanzar los cuartos. Tienen tanta vitalidad y entusiasmo, su agresividad defensiva resulta tan estremecedora, que son muy capaces de plantar cara en el próximo partido a la campeona de todo, la soberana Noruega.
La selección permite dar fe de vida de un deporte seriamente afectado por la crisis económica: el Itxako, el equipo de referencia y más laureado del país, ha renunciado a disputar la Champions y la mayoría de las internacionales se plantean emigrar a las ligas europeas. No queda más remedio que defender hasta las últimas consecuencias la continuidad en Londres.
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