Ricky Rubio: “España no tiene límites”
El base de Minnesota hace cada día seis horas de ejercicio en el gimnasio y la piscina para recuperarse su lesión de rodilla
No es ni un culturista ni un nadador, pero durante los últimos cuatro meses, a seis horas diarias, se ha dejado la piel en el gimnasio y la piscina. Y lo peor es que Ricky Rubio (El Masnou, Barcelona; 1990) solo pisará la cancha de baloncesto en los Juegos como un espectador privilegiado cuando vaya a Londres para los partidos decisivos de sus compañeros en pos de otra medalla, como máximos aspirantes a desafiar de nuevo a la impresionante escuadra de Estados Unidos. El pasado domingo ya vio en el Palau Sant Jordi, de Barcelona, el aperitivo, el encuentro amistoso que enfrentó a los dos finalistas de Pekín. Allí se le acercó a su silla, en la primera fila, Kobe Bryant, con el que infortunadamente chocó el 9 de marzo en un partido entre los Lakers y Minnesota para romperse los ligamentos de la rodilla izquierda.
Pregunta. ¿Cómo está de ánimos ahora que se acerca una cita tan importante en la que no puede competir?
Respuesta. Bien, estoy bien, aunque no puedo esconder que siento un poco de morriña. Tengo muchísimas ganas de jugar, pero, claro, no puedo. Estoy viendo los partidos de la selección como un aficionado más, disfrutando con el espectáculo que da el equipo.
Contamos con dos o tres jugadores con una calidad como nunca ha habido en el baloncesto español y con otra serie de ellos que los complementan muy bien Ricky Rubio
P. El día que Sergio Scariolo dio la lista usted hizo un juego de palabras en su Twitter: “LOROndres os espera. Hagamos historia”. ¿Tan convencido está de las posibilidades de España?
R. Unos Juegos son una competición en las que debes jugar seis o siete partidos sin apenas margen de error. Pero esta selección está curtida en mil batallas y cada verano rinde de la misma manera, estando arriba. Tengo muchísima confianza en ella porque funciona tanto dentro de la cancha como fuera de ella. Reúne talento, experiencia, compromiso, trabajo..., y ya ha demostrado que no tiene límites.
P. Para casi todo el mundo, España es favorita para jugar la final contra Estados Unidos. ¿Puede pesar esa presión?
R. Sabemos que es duro, que cada partido será importante, que a la que pierdas un par te puedes quedar fuera. Pero debemos tener en cuenta, y cuando pase el tiempo se verá con más claridad, que contamos con dos o tres jugadores con una calidad como nunca ha habido en el baloncesto español y con otra serie de ellos que los complementan muy bien.
P. Diga nombres.
R. Pau siempre está a un nivel extraordinario. Es el líder, el que marca el camino a seguir. Lo ha demostrado en la selección y la NBA. Y Navarro es el jugador con más talento de los últimos tiempos en Europa. Y luego, obvio: Calderón, Rudy, Marc, Ibaka… Cuando estás dentro de todo un grupo así, lo percibes enseguida. También lo ve la gente, lo que se vive en cada pabellón en el que juega la selección. Es muy difícil que se pueda repetir otra con la calidad y los resultados de esta.
P. ¿No le ve relevo?
R. Eso nunca se puede saber. ¿Quién sabe cómo estará la selección dentro de dos, tres o cuatro años? Pero lo positivo es que hay una manera de hacer, un estilo. Los que nos hemos ido incorporando y los que están llegando nos adaptamos a su filosofía. Vamos aprendiendo. Intentamos alcanzar ese nivel, algo que no es fácil por la enorme exigencia que supone.
P. ¿Tiene alguna posibilidad España ante Estados Unidos?
Tal vez España sea la única que pueda parar a Estados Unidos Ricky Rubio
R. Cuando los norteamericanos dieron su lista, daba un poco de miedo y en el amistoso del Sant Jordi jugaron muy bien, aunque España no pudo contar con todos sus jugadores. Habrá que ver lo que pasa en Londres. Tal vez España sea la única que pueda pararlos. Vamos a luchar por lo máximo y, ¿quién sabe?, quizás por el oro.
P. Incluso antes de lesionarse bromeó al respecto precisamente con Bryant.
R. Estaba muy confiado y aún lo estoy en poder ganar el oro. Vamos a por él. Después pasará lo que tenga que pasar, pero la confianza es plena.
P. ¿Cómo va la recuperación de su lesión?
R. Estoy trabajando para ganar musculatura en la pierna. Es la premisa antes de volver a correr. Y también, ganando poco a poco flexibilidad en la rodilla.
P. ¿Cuál es el trabajo concreto que realiza?
R. Cada día suelo pasar unas seis horas entre el gimnasio y la piscina. Vamos combinando: dos días piscina, dos días bicicleta estática, dos días caminando en la cinta... Cada seis semanas me controlan los médicos que me operaron en Estados Unidos. Empecé allí, pero necesitaba desconectar, estar aquí, con mi familia, con los amigos, cambiar un poco. Minnesota ha enviado aquí a un par de fisioterapeutas para ayudarme en el trabajo de recuperación.
P. ¿Se sufre mucho?
R. Ahora ya no tanto. Pasé un momento en el que tenía que forzar bastante para lograr un poco de flexibilidad en la pierna y acabé sufriendo. Se hace largo. Y no puedes mirar atrás. No puedes pensar en lo que has ganado respecto a un par de días antes porque no aprecias los progresos. Es un proceso lento.
P. ¿Cuál fue el peor momento para usted?
R. Una vez que me explicaron lo larga que podía ser la rehabilitación. Me metieron en la cabeza que era imposible ponerme a punto para competir en los Juegos. No me lo creía. Les comentaba: “¿Y si hago el doble o el triple del trabajo de recuperación? ¿Y si fuerzo más de la cuenta?”. Pero me explicaron que, si me forzaba, podía poner en peligro mi carrera. Entonces, sí, ya acepté que no podía llegar a tiempo para competir en Londres. Pero iré y apoyaré a mis compañeros.
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