España se divierte a costa de Túnez
Los de Scariolo arrasan (95-56) en el tercer partido de preparación para los Juegos liderados por Sergio Rodríguez
España ganó su tercer partido (95-56) preparatorio para los Juegos de Londres 2012 ante Túnez, en Salamanca. Una victoria basada, de forma fundamental, en la dirección de Sergio Rodríguez y en el juego interior de Ibaka. El partido lo decidió España en el segundo cuarto, ya que en los primeros 10 minutos los tunecinos dieron réplica a los españoles.
En el primer cuarto, España no se entonó, tuvo fallos claros en ataques, con un Pau Gasol que no encontró entonces su espacio. España tardó seis minutos en ponerse por delante de Túnez (10-9), pero sin abrir hueco, merced a una gran dirección de juego por parte del base tunecino, Kechrid, aunque en el momento en el que salieron Ibaka y Marc Gasol hubo más intensidad en defensa. Algo cambio en el segundo cuarto, en el despegue de la selección española; la mano y la cabeza de Sergio Rodríguez compuso el ataque español, que, junto a la presión en la zona por parte de Ibaka, sirvió para que España hiciera hueco en el marcador, con 18 puntos de diferencia.
ESPAÑA, 95-TÚNEZ, 56
España: Calderón (3), San Emeterio (6), Rudy Fernández (10), Felipe Reyes (12) y Pau Gasol (16) -cinco inicial- Llull (11), Marc Gasol (3), Ibaka (13), Sada (4), Claver (5) y Sergio Rodríguez (12).
Túnez: Mourad El Mabrouk (5), Kechrid (6), Hafsi (9), Romdhane (22), Rezig (5) -cinco inicial-, Slimane (2), Laghnej, Maghrebi, Atef Maoua, Ghayaza, Toumi (2) y Mejri (5).
Árbitros: Arteaga Vizcaíno, Martínez Fernández y González Cuervo. Sin eliminados.
Parciales: 18-14, 25-11, 29-13, 23-18
5.300 espectadores en el Multiusos de Salamanca.
Los porcentajes empezaron a variar respecto al primer cuarto. Mientras que en tiros de dos, en los primeros 10 minutos los tunecinos fueron superiores, en el segundo cuarto España arrasó en todas las estadísticas: en tiros de dos, 50%; en tiros de tres, 45,5%; en tiros libres, 50%; y en rebotes, 23.
El tercer cuarto sirvió para que la selección española rompiera de forma definitiva. A falta de cinco minutos, la diferencia en el marcador comenzó a ser muy importante (60-29) e hizo posible que los jugadores españoles se permitieran florituras, tanto en el juego individual como colectivo. Por lo que el último cuarto fue un paseo para los españoles, que le valió a Sergio Scariolo para mover el banquillo y probar estrategias para los siguientes partidos. Estos 10 minutos finales fueron ya un correcalles, en el que los tunecinos lograron un mejor porcentaje de tiros y en el que Ibaka salió aclamado por los espectadores.
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