La paciencia de Márquez

Tiene un objetivo: debutar en MotoGP como el campeón de Moto2. “Yo quiero dar el salto con el título, es mi sueño”, dijo Marc Márquez, puro desparpajo, el día en que la fábrica Honda confirmaba cuál sería su “equipo de ensueño” -así lo calificaron- para el año próximo: un equipo integrado por Dani Pedrosa, que renueva por dos temporadas con la casa japonesa, y él, uno de los mayores talentos emergentes del Mundial. El chico de Cervera (Lleida), de 19 años, tenía prisa por llegar a la categoría reina; la misma prisa que ha tenido desde que era un enano y no llegaba con los pies al suelo subido a una moto de carreras; la misma prisa que tenía cuando competía con rivales mayores y más grandes, o cuando corría cargado con 20 kilos de lastre para que su moto llegara al peso mínimo, tan poca cosa era él.

Márquez tenía prisa el año pasado, por eso sumó tantos ceros al inicio del curso, impaciente por ganar en una nueva categoría en la que se creía capaz de todo. Y a punto estuvo de lograrlo todo: debutar, ganar el título y firmar un contrato para subir a MotoGP. Pero, en plena remontada, cuando más acechaba a Bradl -a la postre campeón, lesionado el español, y debutante este año en la categoría reina-, alguien volvió a poner sus pies sobre suelo firme. Y se armó de paciencia. Emilio Alzamora, su representante y director deportivo del equipo con el que corre en Moto2, estudió la posibilidad de crear una estructura propia con una Honda satélite, pero, finalmente desistió. Y la estrategia se ha descubierto como la más adecuada, no solo porque ahora que se ha eliminado la regla que impedía a los novatos estrenarse en un equipo oficial Márquez podrá tener el mejor material a su alcance, sino también porque tiene otra oportunidad de lograr el campeonato que hace un año se le escapó por los pelos.

“Veía que todos los grandes, Valentino, Pedrosa o Lorenzo habían hecho mínimo dos años en la categoría intermedia y eso me hizo pensar que para llegar a MotoGP tienes que estar lo más preparado posible”, afirmaba este jueves en Mugello. Márquez quiere ser como ellos, como Rossi, como Pedrosa, como Lorenzo, que dieron el salto a la categoría reina con el título en el bolsillo y después de, mínimo, dos años, a pesar de que, por ejemplo, los dos españoles ya habían logrado el Mundial un año antes -ambos tienen dos títulos de 250cc-. Así que el actual líder de Moto2 puso freno a las prisas que han acompañado a su talento y precocidad desde que empezó a competir y decidió tomárselo con paciencia.

Se subiría ya mismo a la Honda, confiesa, pero esperará su momento. “No quiero ninguna confusión este año. Cuando acabe la temporada en Valencia ya tendré la posibilidad de probarla. No quiero despistarme”, afirmó. “Tengo que aprovechar y disfrutar este año en Moto2. En estas carreras que quedan tengo que concentrarme al 100% y coger la máxima experiencia y evolucionar todo lo que pueda para intentar llegar lo más preparado posible”, añadía. Es lo que le recomendó Shuhei Nakamoto, vicepresidente de Honda, que se centrara en apuntarse una corona más -ganó el título de 125cc en 2010- ahora que su futuro ya está claro. Márquez ni siquiera tendrá trato de segundo piloto, afirma el directivo japonés: “No tenemos número uno en la fábrica, los dos pilotos serán iguales”.

“Hoy en día aquello del número uno ya no es tan importante”, decía Pedrosa, contento por poder prolongar su estancia en el equipo de su vida, a pesar de que en algunos momentos estuvo más fuera que dentro, pues Honda quiso retener primero a Stoner -“Es una pena que Casey se marche, queríamos que se quedara”, dijo Nakamoto- y reconoció haber hecho también una oferta por Lorenzo. “Es lógico que Honda quisiera a Jorge. Yo, por mi parte, he intentado buscar siempre la mejor opción. Y lo importante es que, al final, he podido decidir dónde quería estar”, afirmó el español que, asevera, se maneja mejor con presión.