Estrategia de la carambola
El desencuentro entre Zidane y Mourinho desencadena una crisis en la cantera del Madrid y provoca la destitución de Alberto Giráldez
Los clubes que han hecho fortuna en el fútbol español a lo largo de la última década giran cada vez más alrededor de perdurables proyectos de cantera. No es el caso del Real Madrid. En Chamartín la administración de las categorías inferiores está sujeta a los vaivenes sociales, cuando no a decisiones de marcado signo personal. En esta línea el club destituyó oficialmente ayer a Alberto Giráldez, el director de la cantera bajo cuya gestión ascendió el Castilla a Segunda y se pulieron los talentos de los equipos juveniles. Según fuentes de la cantera madridista, los cambios en el organigrama vienen impulsados por el desembarco de Zidane.
La destitución de Giráldez no obedece a una estrategia institucional. Se produce tras una serie de carambolas que tiene su origen en el empate del Madrid en Villarreal (1-1) durante la última Liga. Ante el temor de que el campeonato se le escapase, el entrenador José Mourinho pidió a los jugadores y al club que le respaldasen en una campaña de comunicación dirigida a acusar a los árbitros de conspirar contra el equipo. Los capitanes le negaron el apoyo y el club, encarnado en la figura de Zidane, también. La decepción del técnico con el director deportivo se ahondó durante las siguientes semanas. El francés tampoco se encontró cómodo bajo las presiones. Tímido por naturaleza, a Zidane le costó trabajo salir a defender al entrenador públicamente tras la derrota en Liga en el Bernabéu ante el Barcelona. Lo hizo de todos modos porque se lo pidió Mourinho. En su intento de reivindicarle frente a las críticas periodísticas, Zidane deslizó palabras que hicieron que los jugadores se sintieran menospreciados. Así se lo dijeron al propio Zidane, que pronto entendió que metiéndose en estos conflictos no ganaría nada más que disgustos. Cuando Mourinho le solicitó que le acompañara en una campaña de denuncias contra los árbitros el francés dio un paso atrás. La negativa provocó la ira de Mourinho, que reconoció a sus colaboradores que se sintió abandonado.
Zidane fue propuesto por Mourinho para relevar a Jorge Valdano, el director general expulsado del club a instancias del entrenador hace un año. Desde entonces, el exjugador desempeñó funciones de enlace entre su amigo, el presidente Florentino Pérez, los jugadores y el cuerpo técnico. La armonía de los primeros meses de la relación se deshizo a medida que Zidane sintió que las exigencias de Mourinho resultaban incompatibles con su modo de ser. Tras el desencuentro de Villarreal, el técnico y el club comenzaron a buscar un nuevo destino para Zidane, que a su vez pensó en llamar a Juan Eduardo Esnáider como compañero de viaje.
La destitución de Giráldez debilita la posición de Ramón Martínez, que además de formar un equipo con el exdirector de la cantera desde 2009, se responsabiliza de la estructura de las categorías inferiores. Ambos técnicos llegaron al club nombrados por Valdano. Ambos poseen un largo historial de trabajo en la cantera madridista, interrumpido en 2006 tras las elecciones a la presidencia que ganó Ramón Calderón.
En 2006 Calderón nombró a Míchel a la cabeza del organigrama de técnicos de la cantera. Míchel renunció en 2008 alegando diferencias con Calderón. El periodo que va de 2006 a 2009 está marcado por el desaprovechamiento del semillero y sus talentos, jugadores como Granero, Javi García, De la Red, Soldado, o Mata. El retorno de Florentino Pérez al club en 2009 provocó el penúltimo movimiento de tierras: el club echó a la práctica totalidad de los entrenadores de formación y nombró a Ramón Martínez.
En su retorno en 2009, Florentino Pérez echó casi a la totalidad de los técnicos de formación
La cantera de Valdebebas no ha tardado mucho en exhibir brotes nuevos. Han bastado tres años de trabajo constante para producirlos. En el Castilla destacan Jesé Rodríguez, Álvaro Morata y Dani Carvajal. En el escalón inferior se vislumbran perlas como José Rodríguez y Cristian Benavente. Los nuevos cambios han generado gran inquietud en los escalafones de las inferiores. Cunde el temor al desmantelamiento del proyecto actual y a otra destitución en masa de entrenadores. Hasta ahora, Florentino Pérez se ha mostrado reacio a echar a Ramón Martínez y mucho menos a permitir que Mourinho y su agente, Jorge Mendes, extiendan su control a la academia madridista. Ahora todo está en el aire.
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