El Rey LeBron acaricia el anillo

LeBron James acabó lesionado, contemplando desde el banquillo cómo sus compañeros remataban su excelente actuación y sumaban una nueva victoria ante Oklahoma (104-98). Lo celebró como el que más. A sus 27 años, en su novena temporada en la NBA, está más cerca que nunca de su ansiado primer anillo.

Domina Miami la final por 3-1. Un triunfo más y se habrá consumado el gran sueño de LeBron. Ningún equipo ha conseguido remontar un 3-1 en las finales desde que se disputan al mejor de siete partidos y, además, el quinto partido se disputa de nuevo en Miami, la madrugada del jueves al viernes (3.00, Canal+, hora española).

El Rey, rabiando de dolor por los intensos calambres musculares que le atormentaron durante los últimos cinco minutos, hizo de tripas corazón y, a pesar de encontrarse en ese estado, logró anotar un triple valiosísimo antes de rendirse a la evidencia de que no podía continuar. Desde el banquillo observó cómo Wade y Chalmers completaban el éxito de los Heat. Porfió Russell Westbrook con una actuación estelar, con 43 puntos, los dos últimos para poner el marcador en 101-98 a 40 segundos para el final. Pero el propio Westbrook, víctima de la precipitación que a veces le caracteriza, cometió una absurda falta personal cuando se le agotaba el tiempo de posesión a los Heat.

Erik Spoelstra, el entrenador de Miami, informó de que las molestias musculares de LeBron se tratan de fuertes calambres y, en principio, no peligra su participación en el próximo partido.

Miami demostró más consistencia como equipo y se benefició de la valiosa aportación de su base reserva Norris Cole, primero, y de Mario Chalmers, después. Gracias a ello logró superar el vertiginoso inicio de Oklahoma que dominó por completo el primer cuarto y llegó a contar con una ventaja de 17 puntos (16-33).

Por supuesto, el big three de los Heat tuvo un enorme peso en el desenlace. LeBron completó otra estupenda actuación y rozó el triple doble con 26 puntos, 12 asistencias y 9 rebotes. Wade aportó 25 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias y Bosh, 13 puntos y 9 rebotes. Pero el jugador que más sorprendió por su extraordinaria aportación ofensiva fue el base titular, Mario Chalmers, con 25 puntos.

Westbrook, con una actuación portentosa, con 43 puntos fruto de 20 canastas en 32 lanzamientos además de 3 tiros libres, fue quien lideró el ataque de los Thunder. Kevin Durant sumó 28 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias. Pero el equipo de Scott Brooks pagó la flojísima aportación en ataque de Harden, muy apagado en toda la final, si se exceptúa el segundo partido. El barbudo alero de los Thunder se quedó en 8 puntos fruto de una floja serie de tiro: 2 de 10. La aportación de Ibaka fue discreta: 4 puntos, 7 rebotes y un tapón.

La esperanza de los Thunder es que logren recomponer su potencial y vuelvan a rendir de la forma en que lo hicieron cuando fueron capaces de barrer a Dallas en la primera ronda (4-0), a los Lakers en la segunda (4-1) y de remontar un 0-2 adverso ante San Antonio (4-2). La tarea se antoja descomunal, porque para conquistar el anillo deberían ganar los tres partidos que quedan. El próximo, en Miami, se antoja decisivo. De conseguir ganarlo los Thunder, forzarían un sexto partido en Oklahoma y de irse al séptimo también se celebraría en su cancha.

LeBron está ante la gran ocasión de su carrera. En las dos anteriores finales que había disputado hasta ahora nunca se había podido situar tan cerca del título. En 2007, todavía con Cleveland Cavaliers, perdió por 4-0 ante San Antonio. Y la pasada temporada, ya con Miami, cayó ante Dallas por 4-2. Entonces los Heat llegaron a dominar la final por 1-2 pero los Mavericks vencieron en los tres siguientes partidos y dejaron una vez más sin el ansiado anilla a LeBron James.