Lorenzo se arma de paciencia
El español, líder del campeonato, suma su cuarta victoria en seis carreras con una exhibición de pilotaje ● “Hace unos años no habría tenido tanta calma”, dice
Estampó la firma en su nuevo contrato y despejó una incógnita. Se supo el piloto deseado por Honda y el más querido por Yamaha, que le demostró que sigue apostando por él. Así que, con el ego saciado y la cabeza sosegada, Jorge Lorenzo se concentró en ganar, pues su gran reto es sumar un nuevo título mundial al de 2010. En ello está. Ni siquiera importa que le cueste arrancar, como este fin de semana, en el que se clasificó con el quinto mejor tiempo. Cuando se apaga el semáforo, no tiene más cosas en la cabeza que las curvas y las rectas del trazado. Esta vez, el británico de Silverstone, en el que el año pasado terminó por los suelos.
Esta vez, Lorenzo dio una lección de paciencia y pilotaje. Porque este curso todo es diferente: se siente a gusto con su moto, la más estable, la más completa —aunque él sigue pidiéndole “más aceleración” y “mejorar el motor”—, es feliz en su equipo y está orgulloso de sus mecánicos, que le dejan una máquina capaz de un día para otro y de arreglar un fin de semana de entrenamientos con resultados discretos.
Su Yamaha, su madurez y su suavidad en la pista le permitieron recuperar la estela de los primeros tras unas vueltas iniciales en las que rodó algo más lento que la cabeza. Terminó marcando el ritmo de la parrilla, lo mantuvo hasta los últimos compases de la carrera e incluso mejoró sus cronos acechado como se vio por el empuje de Casey Stoner al final de la prueba.
“Mantuve la calma. Hay que estar concentrado y pensar en el campeonato. Hace unos años no habría tenido tanta paciencia”, comentó Lorenzo tras la prueba. Sacando provecho de esa madurez que dice haber ganado en los últimos años, supo esperar al momento oportuno para lanzar su ataque. No se precipitó a pesar de verse demasiado retrasado al inicio, adelantado por Spies, Stoner, Bautista e incluso Hayden, que logró abrir una brecha de casi un segundo con el de Yamaha.
Pero la especialidad del español es mantener un ritmo constante pese a la degradación de los neumáticos e incluso incrementarlo cuando más sufren sus rivales. Lo rentabilizó. Empezó a recortar distancias con Hayden y comprobó que a sus adversarios no les aguantaría la pólvora para completar las 20 vueltas a aquel ritmo tan elevado.
Stoner supo que había perdido y tiró la toalla. Como pareció tirarla también Pedrosa
Tras cinco giros, ya tenía al estadounidense a tiro. Dos vueltas más tarde adelantó a Bautista y Spies. Y se centró en alcanzar a Stoner. Probó suerte Lorenzo en la chicane, una sucesión de curvas a escasos metros de la meta. Pero el australiano se resistía. Y se defendió en la recta, donde su Honda es más rápida. Así que el adelantamiento se prolongó con un tuya-mía durante las siguientes curvas. Hasta que Stoner supo que había perdido y tiró la toalla.
Como pareció tirarla también Dani Pedrosa después de una gran remontada. Llegó a rodar en la séptima posición. Pero su ritmo era bueno y pudo, también poco a poco, llegar al colín de Stoner. Pero apenas le enseñó la rueda delantera en la última vuelta, en su último intento. Tras un susto, se conformó con subir al podio, ese que se le resistió a Bautista, el hombre de la pole, que, eso sí, hizo una excelente carrera, siempre en cabeza. El cuarto puesto en Silverstone es su mejor resultado en MotoGP. Aunque para resultados, los de Lorenzo, que sumó su cuarta victoria de la temporada en seis carreras. Y todavía no se ha bajado del podio. Está embalado. Más que su M1. Lo suyo es un no parar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.