Psicoanálisis holandés
El equipo ‘oranje’ se pregunta por qué fallan los automatismos en su juego
Aunque depende de Alemania, nadie tira la toalla todavía en Holanda. “Hablaré con mis compañeros del Bayern y les pediré que, por favor, ganen a Dinamarca”, advierte Robben. “¡Dejadlo de nuestra cuenta, vamos a vencerles!”, le aseguró Schweinsteiger a Van Bommel. A no ser que hagan el paripé, la amistad de algunos jugadores holandeses y alemanes por compartir club pesa más que la histórica rivalidad entre ambas selecciones. Habrá que ver qué ocurre el domingo en Kharkiv y Lviv. Los oranje solo se clasificarán para los cuartos de final de la Eurocopa si los muchachos de Löw derrotan al equipo de Morten Olsen y, naturalmente, si además el equipo de Van Marwijk gana por al menos dos goles a Portugal, un resultado nada sencillo.
Los portugueses siempre han sido un mal enemigo para los holandeses: les ganaron en las semifinales de la Eurocopa 2004 y en los octavos del Mundial 2006 y, además, juntamente con los irlandeses, les dejaron sin la fase final de la Copa del Mundo de 2002. Ahora se cruzarán de nuevo en un partido decisivo para ambos equipos, y algunos medios holandeses ya han comenzado a manejar el término “decadencia” para explicar la precaria situación europea de la actual subcampeona del mundo. Hacía 17 años que Holanda no perdía dos partidos seguidos y la última vez que no alcanzó los octavos o cuartos de un torneo para que el que se había clasificado previamente se sitúa en 1980.
No estamos igual de bien que en 2010. No es una cuestión solo de los delanteros, sino del equipo. Hay demasiada distancia entre las líneas” Arjen Robben
“No estamos igual de bien que en 2010”, admite Robben. “No es una cuestión solo de los delanteros, sino del equipo. Hay demasiada distancia entre las líneas”. El equipo se parte fácilmente y es muy vulnerable en las áreas, de manera que la crítica afecta por igual a medios, delanteros y defensas. “Tuvimos nuestras ocasiones y jugamos tal y como habíamos planeado el partido durante los primeros 20 minutos”, repite Van Marwijk. “El problema es que encajamos un gol después de un error y ya actuamos a contracorriente hasta el final. Además de mezclar mejor el fútbol, nos falta iniciativa y valor”, añade. “No nos queda más remedio que continuar creyendo en nosotros, y así se lo dije a los jugadores en el vestuario. Todavía tenemos una oportunidad. Y los muchachos piensan como yo”.
Los muchachos le dan muchas vueltas a por qué no funciona el equipo. Aunque las opiniones son múltiples y variadas, se coincide en que las mejores figuras no responden a su cartel y, de forma sorprendente, falla el juego de posición, uno de los mejores valores de la escuela holandesa. Ya se sabe que la defensa no tiene remedio históricamente, y menos ahora que está formada por dos laterales sin experiencia y unos centrales con recursos limitados. La sorpresa es la poca cohesión entre la medular y la delantera. No funciona el doble pivote defensivo (Van Bommel-De Jong) y el seleccionador no encuentra a la mejor delantera. Los dos jugadores de banda, Robben y Afellay, han tenido poca incidencia y Van Persie solo ha marcado un gol, el miércoles contra Alemania. Huntelaar, por el contrario, solo juega medio partido y Van der Vaart y Kuyt comparecen a ratos.
La sorpresa es la poca cohesión entre la medular y la delantera
“¿Dónde están nuestros automatismos?”, se pregunta Sneijder, consciente de que en la actual Eurocopa se vienen alineando nueve de los 11 finalistas en la pasada Copa del Mundo —las novedades son Willems y Afellay—. Juegan los mismos y el resultado es distinto. El estilo, en cualquier caso, no se cuestiona. El director de la federación holandesa, Bert van Oostveen, ha dejado dicho al periódico Metro: “Nosotros queremos que nuestro equipo juegue un fútbol en el que se reconozca nuestra identidad”. No está muy claro, sin embargo, que Van Marwjik lo esté consiguiendo en la Eurocopa. Oostveen, por si acaso, ya afirmó antes del partido contra Alemania que la continuidad del actual seleccionador está garantizada después de que hace un año renovara hasta 2016 .
“Nuestro objetivo, como siempre, es llegar a las semifinales, meta que se ajusta a nuestra cuarta posición en la clasificación mundial”, dijo Oostveen “Y si nos tuviéramos que ir antes de lo previsto no habría consecuencias. Siempre se puede perder un partido”. Quizá no preveía que pudieran ser dos: Dinamarca y Alemania.
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