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La depresión de Milan Baros

El delantero checo, máximo goleador de la Eurocopa 2004, solo ha anotado tres tantos en dos años con su selección

Rafael Pineda
Milan Baros, en un entrenamiento en Wroclaw.
Milan Baros, en un entrenamiento en Wroclaw.DANIEL MIHAILESCU (AFP)

La selección checa, una habitual en las fases finales de la Eurocopa desde su explosión en Inglaterra 96, donde llegó a la final ante Alemania, se juega su futuro ante Grecia. El conjunto centroeuropeo, vapuleado por Rusia en su estreno (4-1), ha dejado de ser el equipo que asombrara en la ya lejana cita inglesa o, más recientemente, alcanzara las semifinales de Portugal 2004. “No es el momento de que entre el pánico”, afirma Michael Bilek, su seleccionador, exfutbolista del Betis, que una vez fue expulsado en la Liga española por expresarse en checo a un colegiado. Este entendió que lo había insultado. Ahora Bilek, como su equipo, anda sumido en una cierta parálisis, la que emana de los jugadores destinados a marcar las diferencias, caso de Cech, Plasil, Rosicky o Baros, una vieja guardia en horas bajas.

Especialmente significativo es el caso del delantero. Baros, un trotamundos del fútbol ahora en el Galatasaray, fue la sensación en la Eurocopa de 2004, de la que fue máximo goleador con cinco goles. Su velocidad, desborde y definición llamaron la atención sobremanera en la cita portuguesa. Instalado en la elite en ese torneo, la figura de Baros en el fútbol de selecciones comenzó a menguar de forma preocupante desde entonces.

El delantero no brilló ni marcó en la pasada Eurocopa de Austria, donde pasó desapercibido, tampoco en la fase final del Mundial de Alemania 2006. Contra Rusia, en el estreno de la actual edición, apenas tocó el balón.

Baros no brilló ni marcó en la pasada Eurocopa de Austria, tampoco en la fase final del Mundial de Alemania 2006

Su último gol en una fase final llegó en los cuartos de final de Portugal 2004, ante Dinamarca. Curiosamente, justo antes de que Grecia enviara a los checos a su casa con un gol de plata del central Dellas. En ese encuentro, por el que ahora se reclama venganza desde el lado checo, se apagó en buena medida la estrella de Baros. El delantero no solo no volvió a marcar en una fase final, sino que bajó sus registros de forma preocupante. En los últimos dos años solo ha anotado tres goles con la República Checa en 12 partidos y en la fase de clasificación para esta Eurocopa solo reluce un tanto en siete encuentros, ante el débil combinado de Liechtenstein (2-0). “Es nuestro delantero”, proclamaba Bilek de Baros antes de jugar ante Rusia frente a un entorno que le cuestionaba la titularidad de Baros. Ahora, contra Grecia, a la que no vence la República Checa desde hace 30 años, vacila. “Cuando Baros jugaba junto a Koller funcionaba bien. Yo no tendría miedo de situar a Pekhart junto a él. Es un jugador con un excelente remate de cabeza”, indica uno de los mitos del fútbol checo, Antonin Panenka, en la web oficial de la UEFA. Bilek puede dar un paso más: plantea está la entrada de Pekhart, atacante del Nurenberg, por el propio Baros. Pekhart ha hecho con el equipo alemán un gol más, nueve, que los ocho anotados por su compañero en el Galatasaray. Si se plasma el relevo, quedaría reflejado un cambio generacional evidente. Pekhart, a sus 23 años, acabaría con la confianza que Bilek ha depositado en Baros, de 30, miembro de esa veterana generación sobre la que el seleccionador ha construido a su equipo. “Vamos a demostrar que somos muy buenos”, proclamó uno de los componentes de esta vieja guardia, Rosicky, participante ya en tres Eurocopas desde que debutara en la edición de 2000. Puede ser sin Baros.

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