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La segunda batalla del Vístula

El duelo Polonia-Rusia supone para el anfitrión un doble reto deportivo y político

Ramon Besa
Cracovia (Polonia) -
Aficionados rusos, en el partido ante la República Checa.
Aficionados rusos, en el partido ante la República Checa.KACPER PEMPEL (REUTERS)

“¡Detened a los rusos!” El titular del diario Gazeta Wyborcza podría resumir el estado emocional que vive Varsovia en vísperas del partido de hoy en el estadio nacional. No se juega solamente un encuentro de fútbol sino que por el tono de la prensa hay una cuestión nacional en litigio, reflejo al fin y al cabo del contencioso histórico de los dos países, influencia también de las críticas que ha recibido Rusia por el comportamiento de algunos de sus hinchas radicales en el partido contra la República Checa.

No sorprende por tanto que el Super Express presente al seleccionador Franciszek Smuda uniformado, montado a caballo y con un sable en la mano, mientras le pide “un segundo milagro” en el río Vístula, alusión a la batalla ganada por los polacos contra los rusos en 1920. “¡Despertad! ¡Rusia o la muerte!”, insisten los periódicos. Hay un combate por el resultado, por el honor, por una plaza en la historia. Los rusos, mientras, se quejan porque se les acusa de todos los pecados, como si fueran el símbolo del mal.

La confianza en Smuda, sin embargo, no es ilimitada. La crítica deportiva y muchos analistas le responsabilizan del empate contra Grecia por no hacer ningún cambio durante el partido, a excepción del obligado por la expulsión del portero Szczesny, sustituido por Tyton, el héroe de la jornada inicial después de que le parara un penalti a Karagounis (1-1). La desconcertante actuación de Polonia ante Grecia contrasta con la solvente actuación del equipo de Arshavin contra la República Checa (4-1).

El equipo que entrena Advocaat aspira a cerrar su clasificación en el campo sagrado de Polonia. El desafío del anfitrión es complicado deportivamente y a nivel político el reto es igualmente mayúsculo. Así lo asegura el ministro del interior, Jacek Chicocki, cuando se le pregunta por el riesgo de incidentes después de que los seguidores rusos hayan sido autorizados a desfilar desde el centro de la capital hasta el estadio y, por tanto, se crucen con miles de aficionados polacos camino también del campo.

La iconografía de los rusos, deseosos de celebrar su fiesta nacional, y sus modales ha provocado ya multitud de quejas en Polonia. La propia UEFA ha abierto un expediente disciplinario a la Federación Rusa por el comportamiento violento de un grupo de hinchas en Wroclaw. Rusia ha respondido que lamenta el suceso y, al tiempo, se ha quejado de que sus aficionados son el saco de todos los golpes y de que alguno ha sido detenido o interpelado sin ninguna razón aparente.

La federación rusa, avisada por la violencia de sus hinchas, se siente discriminada

El gobierno polaco confía en su dispositivo policial y espera que se imponga la sensatez, como ya pasó el domingo con la manifestación que cada día 10 de mes se convoca para recordar al presidente Lech Kaczynski, muerto hace dos años en un accidente aéreo en tierras de Rusia. La concentración discurrió con normalidad y para nada influyó que la selección rusa se hospede en un hotel muy cercano al lugar del acto, circunstancia que fue criticada en su día por la ministra de deportes Joanna Mucha.

También han sido menores las manifestaciones contra la Eurocopa. La mayoría se agrupan bajo el lema “Pan y no partidos” y se quejan por el coste de un torneo en un momento delicado económicamente para el país. Aunque se ha constatado algún comportamiento racista y se cuentan actitudes violentas de algunos aficionados (la UEFA pidió ayer a las autoridades locales que aumenten los controles en los entrenamientos abiertos al público), el torneo discurre por ahora con normalidad.

Hoy pasa seguramente su mayor prueba: el partido entre Polonia y Rusia. “No vamos a especular”, advierte el seleccionador de los rusos, consciente de que le conviene ser primero por la dificultad del cruce de cuartos de final con el grupo B, llamado el grupo de la muerte. Acaso Pavlyuchenko podría sustituir a Kherzakov. Las dudas polacas se centran en el medio campo, y especialmente en la titularidad de Obranniak. La presión es máxima para Smuda. Le piden que conquiste el Vístula contra Napoleón Advocaat.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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