“Mi juego es cuestión de orden”
Sergio Busquets, (Badía, Barcelona; 1988) lleva un tatuaje en un brazo que honra la memoria de su abuelo, que de niño le llevaba a los entrenamientos. En la cabeza tiene un radar que le permite intuir antes que nadie el pase correcto y un imán en las botas que parece atraer el balón cuando su equipo lo pierde. Piedra fundamental del campeón, habla poco pero juega y piensa mucho.
Pregunta. ¿Por qué lleva más de un año callado?
Respuesta. Porque en el club se decidió que no habláramos y a mí, sinceramente, me hicieron un favor. No me gustan las entrevistas y atendí tras los partidos. Prefiero hablar en el campo.
P. ¿Por eso decidió parar la salida de su Facebook y de su cuenta de Twitter?
R. Cabía la posibilidad, la estuve estudiando pero al final decidí no hacerlo. Por una parte es positivo, mucha gente te sigue y puedes mejorar el contacto con ellos, pero por otra afecta a tu vida privada, ocupa un tiempo que debes proteger. Siendo tan joven he preferido preservar mi intimidad, estar más tranquilo.
Cuando me llaman teatrero, me entra por un oído y me sale por el otro
P. Su silencio comenzó con la denuncia que presentó el Madrid a la UEFA antes de la final de la Champions de 2011. ¿Fue el peor momento de su carrera?
R. Sí, probablemente. Fue un momento muy duro, por injusto. Siempre defendí mi inocencia y quedó probada por la UEFA. La rivalidad se llevó al límite, las cosas fueron como fueron y yo pasaba por ahí. Fue la consecuencia de una rivalidad mal entendida. Esto no deja de ser un deporte.
P. ¿Dejó secuelas en la relación con los jugadores del Madrid?
R. Si dejó alguna, se curó la herida. Mira, aquí todos luchamos por lo mismo. Hubo momentos que no fueron tan buenos, pero ahora está todo bien. Somos del mismo equipo, luchamos por lo mismo y está todo perfecto. Puede que no seamos amigos, pero ser compañeros implica muchas cosas. Es difícil tener una amistad con alguien con el que no te ves en todo el año. Pensar que estamos enfrentados es una tontería. Nos gusta estar aquí.
P. Xavi dijo que…
R. No sé qué dijo, pero Xavi siempre tiene razón. Es uno de mis referentes principales. Supongo que por afinidad. Por cómo ve el fútbol y la vida. No sé, antes de conocerle ya me fijaba mucho en él como jugador. Somos diferentes en el campo pero compartimos una manera de entender la profesión muy parecida.
P. ¿Hablan en el campo?
R. No, hay sinergia. Hablamos más antes del partido sobre lo que va a pasar. En el campo no da tiempo, has de solucionarlo con una mirada, un gesto, o por intuición. Una palabra ya basta.
En la selección no jugamos con doble pivote. Ya se verá contra Italia
P. ¿Usted juega los partidos antes de que empiecen?
R. Los visualizo, claro. Y el entrenador también lo prepara, te da claves. Pero cuando estás en casa ves partidos, piensas en lo que te vas a encontrar. Intento anticiparme siempre, ver las cosas antes. La mayoría de los jugadores a los que les gusta el fútbol lo hacen. No es tan raro.
P. ¿Es usted desconfiado?
R. No, soy precavido.
P. ¿Y exagerado?
R. ¿Exagerado en qué?
P. Le acusan de teatrero...
R. No tengo que defenderme de nada. Es un juego que quieren hacer. Cuando me llaman teatrero me entra por un oído y me sale por el otro. Me centro en jugar. Y las patadas me las dan a mí.
P. Dice Piqué que en el campo tiene un imán.
R. ¡Qué va! Solo trato de estar bien colocado. Básicamente, mi juego depende de mantener la posición, debo dar equilibrio a la defensa y al centro del campo.
P. Y, según Guardiola, es fundamental para desequilibrar.
R. Es importante. Mi posición pilla en medio de todo el sistema. Mi juego es cuestión de orden.
P. Su fútbol no luce, ni siquiera ha marcado con España, pero es imprescindible. ¿Cómo lo lleva?
R. Bien. Hay días en que puedes lucir más, jugar más la pelota, y otros en que has de participar menos, trabajar más en tapar espacios, depende… Pero tengo claro mi papel, y disfruto. Y metí uno en la Copa Confederaciones que me anularon injustamente. No vengo a eso, ¡bastante faena tengo! Meter un gol no es mi trabajo. Mi preocupación principal es ayudar al compañero, no meter un gol. Me gusta hacerlo.
P. ¿Cómo lleva lo de jugar en la selección con dos pivotes, con Xabi Alonso a su lado?
R. Bien. Pero España no juega con doble pivote. En teoría no tenemos que jugar a la misma altura. Hemos de estar siempre atentos, pero pocas veces durante el partido coincidimos en la misma zona, ya lo verán contra Italia. Me siento muy identificado con el trabajo que hago porque ayuda a jugar como lo hacemos.
P. ¿Tiene la facilidad de ordenar al equipo con sus pases?
R. No, al revés, si el equipo está ordenado yo juego más rápido. Trato de saber qué hacer con la pelota antes de que me llegue. Para eso necesito saber dónde están mis compañeros, es una cuestión posicional, de automatismos. Si no perdemos las posiciones, es más fácil que la pelota corra.
P. Últimamente divide más…
R. Lo exige el rival. La mayoría se cierra mucho atrás, es más difícil dar un pase de primeras. Tienes que dividir porque, para superar, hay que dividir.
Nuestro estilo no se discute. No debemos desesperarnos. Hay que tener paciencia
P. El ejemplo más claro sería el Chelsea. Dice Piqué que él prefiere mandar en el juego a jugar de según qué forma, aunque pierdan.
R. Sí, yo también prefiero mandar en el partido. Normalmente, cuanto mejor juegas, cuanto más tienes la pelota, más fácil es que ganes. Puede pasar lo de Suiza una de cada 10 veces, pero nuestro estilo no se discute. Es evidente que se hace muy complicado, porque hay menos espacios, están más juntos. No debemos desesperarnos, hay que tener paciencia. Salir con 10 atrás es una manera de entender el fútbol que no me gusta, pero que también da resultado y con la que tenemos que contar. En el fútbol vale todo: meter 10 atrás y buscar dos contras, dejar la hierba alta, no regarla… Todo eso va en contra del juego y del espectáculo.
P. ¿Espera catenaccio en Italia?
R. No sé, últimamente han cambiado un poco su estilo. Hay que ver qué hacen. Sin duda, es de los rivales más fuertes que nos podía tocar en el inicio. Tenemos que empezar bien porque marca la forma de afrontar los dos siguientes. Vamos a intentar que no pase lo de Suiza. En cualquier caso, es difícil jugar mejor que aquel día.
P. En un amistoso ante Italia tras el Mundial acabó de lateral.
R. Guardo un mal recuerdo. Perdimos y acabé en el hospital por un esguince en una costilla. Se habían hecho todos los cambios porque hubo compañeros que se lesionaron, aunque yo también estaba para pedir el cambio. Cuando acabó el partido me asusté pero quedó en anécdota. Por el equipo, hago lo que sea necesario.
P. Cuando piensa en Italia, ¿qué visualiza?
R. ¡A Pirlo! En serio, supongo que me veré con Pirlo, con los dos mediapuntas… Juegan un 4-4-2 en rombo. Bueno, normalmente, no sé si lo usarán esta vez. Tienen mucha gente por el centro y quieren la pelota. La intentaremos tener nosotros, y estar muy atentos a las contras. Italia es muy buen equipo.
Intentaremos darle una alegría a la gente, pero ganar no soluciona los problemas
P. Cuando era un niño, iba de la mano de su abuelo a entrenarse. ¿Qué le decía, qué consejo le daba?
R. Con mi abuelo no hablaba de fútbol, solo me decía que me lo pasara bien. A mí el fútbol me gusta gane o pierda, pero siempre quiero ganar, no me gusta perder.
P. En medio de la crisis económica, son generadores de ilusión. ¿Pesa mucho esa carga?
R. No somos ajenos a una realidad e intentaremos darle una alegría a la gente, pero ganar la Eurocopa no soluciona los problemas. Todos tenemos amigos en el paro. Bueno, yo tenía uno y ha encontrado trabajo en una tienda de electrónica, ha tenido suerte. Lo vamos a intentar pero esta Copa está muy cara, hay muchos candidatos a ganarla y no será fácil. Nunca es fácil.
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