“¿Quién hace la porra este año?”

La ausencia de Carles Puyol en la selección española por lesión no solo supone un problema sobre el terreno de juego, sino que incide abiertamente sobre el funcionamiento grupal. “Carles es un referente en esta selección”, admite Torres; “Puyol es insustituible”, advirtió Del Bosque cuando supo que la rodilla del capitán del Barcelona le llevaba al quirófano y le alejaba de Polonia. Sabía lo que perdía no solo en los partidos, sino en los entrenamientos, donde resultaba tan contagioso por su compromiso y vitalidad como lo suele ser en el campo por su entrega. Intuía que el grupo le echaría de menos, pero no se imaginaba hasta qué punto. Por eso, el pasado miércoles, tras la cena en el hotel de concentración en Gniewino, el bigotudo seleccionador preguntó a los jugadores: “¿Y la porra quién la hace este año?”.

Del Bosque busca alguien que se encargue de la organización de las apuestas internas de la selección durante los días que dure el torneo. Una tradición que empezó con Luis Enrique en el Mundial de Corea y Japón, de quien tomó el relevo Carles Puyol con el tiempo, perfeccionando el sistema. “Antes apostábamos hasta la final, pero si te echaban en cuartos, ya no tenía gracia”, cuenta Puyol en el libro Los secretos de la roja. Por eso, desde la concentración en Neustift hace cuatro años, la organiza por fases. Puede jugar quien quiera, futbolistas y cuerpo técnico, de manera individual o colectiva, y se trata de acertar los resultados de cada partido y el máximo goleador. A partir de ahí, fase por pase: cuartos, luego semifinales…

Xavi y Busquets se encargarán de una tradición que sirve para unir al grupo y mejorar la convivencia

Las dos últimas porras, en Austria y Sudáfrica se alargaron hasta la final, obviamente. En la Eurocopa del 2008 ganó Sergio García, y en el Mundial 2010 Piqué, que se apoyó en su amigo Albert Pedret. El primer premio suma la mitad de lo apostado, el treinta por ciento se lo lleva el segundo y el resto, el tercero.

Siendo una anécdota, detalles como la organización de la porra sirven para unir al grupo en una causa común: o sea, que se generan piques, muchas risas y además, ayudan a que el jugador mate el tiempo pensando en el campeonato. A Puyol en particular le daba buena faena. Cada noche debía hacer recuento de las apuestas y distribuir los puntos conseguidos por cada jugador. “Y la inversión: un paquete de folios y varios bolis”, bromea el capitán azulgrana. Preguntó Del Bosque quién cogía el relevo y tuvo respuesta. Xavi y Busquets levantaron la mano, confiando en que Puyi les asesore, claro…