Nadal y Ferrer, la reflexión; Almagro, el impulso

Sobre las maderas nobles del vestuario de Roland Garros van pisando campeones: Sergi Bruguera (1993 y 1994), Albert Costa (2002), el ecuatoriano Andrés Gómez (1990)... Antes de que hoy (Canal+ y Mediaset) Rafael Nadal se mida a Nicolás Almagro y David Ferrer al británico Andy Murray, analizan a los tres españoles en pos de las semifinales sin ceder un set.

“Sin duda, para la estrategia, para saber jugar al tenis, no hay nada como aprender a jugar en tierra”, puntualiza Bruguera. “Ahí, para ganar un punto, no basta con un golpe fuerte como sobre el cemento. Tienes que trabajarlo, que pensar mucho”, prosigue; “Rafa, por concepto, por estrategia, por saber qué tiene que hacer, es el mejor de largo. Utiliza toda la pista, los ángulos y las distancias”. “Crecer en la tierra”, continúa Costa, “hace que muevas mejor las piernas. Cada punto sabes jugarlo hacia donde al rival le moleste más, provocando su fallo”.

Nadal, como Ferrer, es un especialista en examinar al contrario e ir adaptando su propuesta. Almagro, que también se crió en el albero, es distinto, según los excampeones. “A Nico”, dice Bruguera, “una de las cosas que le faltan para dar otro salto es la estrategia. Tiene tan buen tenis que juega muchas veces con tiros sin pensar. Le faltaría un poco más de entender qué le está pasando, variar... Es, quizá, su punto más débil”. “Tiene una manera de jugar un poco distinta. Él lo hace más a tiros y los otros más a ritmo”, subraya Costa; “tiene un saque muy bueno, golpes muy directos y quizá juega un poquito más rápido, pero también es muy consistente desde el fondo”.

Por eso Almagro mirará hoy al cielo. Si sale el sol, llameantes serán sus tiros. Si hay nubes, si llueve, viajará atrás en el tiempo. “En los días nublados, las canchas se ven como hace 20 años: lentas, pesadas”, cuenta Gómez; “entonces había que trabajar mucho más el punto que ahora”.