“¡Lo siento!”, escribe Youzhny

“¡Despierta!”, le grita el público a Mikhail Misha Youzhny, el número 31 del planeta, que lleva una mañana de perros. En 20 minutos, David Ferrer le propina un 6-0. El ruso rompe una raqueta y se la regala a un espectador. En 28 minutos, el alicantino le endosa un 8-0 (6-0 y 2-0). El ruso grita, chilla y se ríe, señala a su adversario, mira al público y se encoge de hombros, diciendo: ‘Contra esto, ¿qué puedo hacer?’ A los 32 minutos, Ferrer pierde el primer juego del encuentro, y el número 31 hace una cosa pocas veces vista. Lentamente, con su pie izquierdo, va escribiendo letras sobre la arena (6-0 y 2-1). “Sorry!”, se lee. “¡Lo siento!”, escribe Misha, que logra ya el apoyo de la grada para siempre, lo que no evita que se despida rápidamente del duelo (6-0, 6-2 y 6-2 en 1h41m).

“Allez Misha!”, se escucha en la Suzanne Lenglen, porque el público quiere partido y el ruso ha ganado seis puntos en toda la primera manga; “Davai Misha!”, se oye, porque lógicamente al ruso le anima su banquillo. Ante eso, el número seis mundial sigue mordiendo su toalla, gesto tan característico como para ilustrar su perfil de Twitter. Ferrer juega con profundidad, buscando casi siempre el maravilloso revés de Youzhny, que inevitablemente se resquebraja ante la presión de la derecha del alicantino. No hay solo un Ferrer notable sobre la pista. El español logró 22 puntos seguidos y cinco juegos en blanco a su favor. Encima del albero también se mueve un Youzhny desdibujado, de borrón en borrón, frustrado por sus continuos desaciertos. Acaba el duelo con 37 errores no forzados y solo 48 puntos sumados por los 83 del su contrario.

Ferrer jugará ahora los octavos contra el vencedor del Marcel Granoller-Paul-Henri Mathieu. Una victoria del catalán garantizaría un español en cuartos. Algo que también buscará Almagro que ya está en octavos tras vencer a Mayer 6-4, 6-1 y 6-2.